Proteger la diversidad biológica y cultural de México

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Medio ambiente
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“Protegeremos la diversidad biológica y cultural de México. Impulsaremos prácticas agroecológicas que aumenten la productividad sin dañar a la naturaleza. No se permitirá la introducción y el uso de semillas transgénicas”.

Andrés Manuel López Obrador, 1 de diciembre de 2018

Avance

El 31 de diciembre de 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció mediante un decreto que durante su gobierno el maíz transgénico y el herbicida glifosato serían sustituidos de manera gradual hasta 2024.

Según el decreto, las autoridades federales deberán revocar y abstenerse de otorgar permisos de liberación al ambiente de semillas de maíz genéticamente modificado, así como del uso del grano de maíz genéticamente modificado en la alimentación mexicana.

Además, el presidente pretende que las dependencias federales dejen de usar, adquirir, distribuir, promocionar e importar el herbicida glifosato (que se utiliza al limpiar los campos antes de sembrar el maíz transgénico). Con esto, el gobierno actual busca recurrir a alternativas que permitan mantener la producción y resulten seguras para la salud humana, la diversidad biocultural del país y el ambiente. El plan del gobierno federal es sustituir totalmente tanto el maíz transgénico como el glifosato para 2024.

Pero casi todo el maíz amarillo (que en México es utilizado para la industria de la alimentación animal, la fabricación de aceites, frituras y hojuelas) es maíz genéticamente modificado proveniente en su mayoría de los Estados Unidos, de acuerdo con Agustín López Munguía, investigador emérito del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en entrevista con Serendipia.

Según López Munguía casi todo el maíz amarillo, el cual se destina en México para la industria de la alimentación animal, la fabricación de aceites, frituras y hojuelas, es maíz genéticamente modificado proveniente en su mayoría de los Estados Unidos.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, México es autosustentable en maíz blanco, el cual es destinado para el consumo humano. No obstante, según los datosdel Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera del (SIAP) y el Servicio de Información Arancelaria Vía Internet (SIAVI) en 2020 la importación de maíz amarillo fue de 15.7 millones de toneladas, de los cuales más del 12 millones de toneladas provenían de Estados Unidos.

Así, la población mexicana sí consume maíz genéticamente modificado proveniente de diversos productos del mercado como frituras, aceites, hojuelas y carne animal.

En México, tanto la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados como la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo impiden en su totalidad la siembra de maíz genéticamente modificado, al ser país de origen de esta planta.

No obstante, para López Munguía, prohibir el maíz transgénico mientras se importan anualmente millones de toneladas del mismo con estas características es un contrasentido, pues más allá del discurso, el gobierno es consciente del riesgo que implicaría la introducción del maíz amarillo para la industria que depende de esta planta.

“Si se prohibiera toda la importación del maíz genéticamente modificado, el país se metería en una dinámica compleja, ya que no hablamos de una cantidad de maíz que va a satisfacer las necesidad de una pequeña población, sino que hablamos de todo el maíz destinado a la industria y la alimentación animal”, dice López Munguía. 

Un miedo infundado

Muchas de las preocupaciones sobre los posibles efectos de los alimentos genéticamente modificados sobre la salud de las personas son infundadas, de acuerdo con el investigador. Después de más de 20 años de estudios no ha habido ninguna evidencia o consecuencia que justifique la preocupación acerca de los alimentos modificados genéticamente, pues el avance en el desarrollo de las ciencias fónicas ha permitido estudiar la composición de un alimento con sumo detalle. Con esto ha quedado descartada la toxicidad en alimentos genéticamente modificados como el maíz.

En octubre de 2021, el Gobierno de México se negó a permitir la importación de maíz modificado genéticamente por primera vez en su historia. Por lo que la farmacéutica Bayer –propietaria de la empresa Monsanto, pionera de los transgénicos– impugnó la decisión del regulador mexicano del consumo de rechazar su solicitud de importar el maíz para la alimentación animal e interpuso un recurso ante el Tribunal Supremo apoyado por otros pesos pesados de la agricultura, entre ellos la empresa de capital chino Syngenta.

La Suprema Corte de Justicia de México (SCJN) rechazó el recurso de Bayer, confirmando una sentencia de 2013 conocida como “el principio de precaución”, la cual permite a las autoridades rechazar las solicitudes de permisos para plantar cultivos transgénicos sobre la base de que pueden dañar la salud de los mexicanos y el medio ambiente.

Además, el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) mencionó a Reuters en junio de 2021 que la Comisión Estatal de Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) lleva dos años retrasando los permisos para importar organismos genéticamente modificados, entre los que se encuentra el maíz.

Según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, México compró 16.49 millones de toneladas de maíz amarillo en 2021, con importaciones de 17.30 millones proyectadas para este año.

A mitad de ese mismo año (2021), el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Juan Cortina, aseveró para Reuters que la autoridad sanitaria, Cofepris, ha dilatado el aval a 16 solicitudes de compras externas de organismos genéticamente modificados, incluyendo ocho para maíz.

De acuerdo con el dirigente del CNA, estas medidas obedecen al plan gubernamental para eliminar gradualmente el uso del maíz genéticamente modificado y el herbicida glifosato para el 2024. Sin embargo, Cortina descartó que se pueda cumplir la meta de remplazar el maíz amarillo importado en el corto plazo.

“Aunque quisiéramos importarlo de otro lado, no lo existe, transgénico o no transgénico. No hay esos volúmenes para que México pueda importar y mucho menos de la manera tan eficiente que hoy en día se tiene con Estados Unidos”, subrayó para Reuters.

De esta manera, la prohibición a la introducción y el uso de semillas transgénicas en México aún no es un hecho. Si bien desde el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador no se ha sembrado maíz transgénico en México y actualmente existen leyes que propician la disminución de la introducción de este tipo de maíz, año con año se continúa importando grandes cantidades del mismo.

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