¿La vacuna cubana Abdala es eficaz? Aunque la OMS aún no la aprueba, un estudio señala que tiene un alto porcentaje de eficacia contra la COVID-19.
Abdala (cuyo nombre técnico es CIGB-66) es una vacuna contra la enfermedad del Coronavirus 2019 (COVID-19) desarrollada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología del Ministerio de Salud Pública de Cuba (CIGB). Aunque aún no cuenta con la certificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un estudio comprobó que Abdala es eficaz hasta en un 92.28 por ciento contra la COVID-19 asintomática.
Su desarrollo comenzó el 7 de diciembre de 2020 y tras haber superado las pruebas para corroborar el perfil de seguridad y el nivel de reacción de los inmunógenos que componen a la vacuna, el CIGB comenzó la Fase 2 de ensayos clínicos con su aplicación a 760 personas voluntarias (casi todas ellas pacientes con enfermedades crónicas y comorbilidades) el 1 de febrero de 2021, en el Hospital Saturnino Lora de Santiago de Cuba. En esta etapa se logró comprobar que Abdala sí era capaz de desarrollar actividad inmunitaria contra la COVID-19.
Durante el ensayo clínico de Fase 3 en el que participaron 48 mil 290 personas de las provincias de Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo que presentaban alta incidencia de COVID-19, se concluyó que el grado de eficacia de Abdala en un esquema de tres dosis es de 92.28 por ciento contra la COVID-19 sintomática y de 92.88 por ciento contra formas moderadas y más avanzadas de la enfermedad.
Abdala es eficaz: los resultados de la fase 3 del estudio
En la Fase 3 del estudio clínico, se comprobó que el esquema de administración de tres dosis (que se aplica en intervalos de 0, 14 y 28 días) cumple con las pautas establecidas por la OMS para todas las vacunas existentes contra el virus, los cuales deben tener un mínimo de 50 por ciento de eficacia con tendencia a un 70 por ciento, sin importar sexo, edad, etnicidad y comorbilidades de la persona a la que se le aplique.
Los participantes del estudio fueron distribuidos de forma aleatoria en dos grupos: el primero con 24 mil 144 personas, recibió la vacuna combinada con un placebo (según el diccionario del National Cancer Institute, estas son sustancias intervenidas que se administran de la misma forma que el medicamento activo que se encuentra en periodo de prueba) mientras que el segundo grupo con 24 mil 146 participantes recibió 50 microgramos de Abdala. En ambos casos la vacuna fue aplicada por vía intramuscular en el esquema que comprende a las tres dosis.
Abdala fue tolerada por un 94 por ciento de las personas participantes, únicamente llegando a tener incidencia de reacciones adversas en un 5.1 por ciento del grupo placebo y un 6.7 por ciento del grupo al que se le aplicó la vacuna en su estado natural. Cabe destacar que un 74 por ciento de los pacientes presentaba algún tipo de factor de riesgo o comorbilidad, entre los cuales los más frecuentes fueron sobrepeso y obesidad de tipo 1, hipertensión, enfermedades por tabaquismo, asma bronquial y diabetes.
Otro subanálisis arrojó que la vacuna resultó ser eficaz en un 91.27 por ciento para las personas con morbilidad y un 94.93 por ciento en aquellos que no presentaban algún padecimiento.
La conclusión del estudio arrojó que Abdala es una buena alternativa para las estrategias de vacunación contra la COVID-19, pues mantiene un alto nivel de efectividad en diferentes sectores poblacionales. Gracias a su esquema de vacunación compacto y su sistema de almacenaje que no requiere de congelación o instrumentos muy avanzados, es una de las opciones más viables para su distribución en condiciones socioeconómicas complejas.
Abdala y su distribución en México
Como parte de la Estrategia Nacional de Regulación Sanitaria cuyo objetivo es dar acceso al mayor número de insumos para la salud, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) autorizó la aplicación de Abdala para uso de emergencia en México en diciembre de 2021, luego de que el Comité de Moléculas Nuevas (CMN) diera su aprobación de la vacuna a través de una opinión técnica favorable de parte de expertos.
Personal especializado en sistemas de vacunación del país analizó los expedientes y la información existente sobre Abdala, certificando que cumple con los requisitos de calidad, seguridad y eficacia que se requieren para una aplicación adecuada.
El problema es que estos resultados corresponden a las cepas iniciales del SARS-Cov2, hoy prácticamente inexistentes. El virus ha estado mutando continuamente y las cepas actuales ya poco tienen que ver con la cepas iniciales. Vacunarte contra cepas que ya no existen (o de muy baja presencia), es aplicarte un fármaco para una enfermedad prácticamente inexistente. Por esa razón se tienen campañas anuales de vacunación contra la influenza. Porque se debe aplicar una vacuna que haya sido probada contra cepas actuales. De la misma manera, hoy por hoy hay que aplicar vacunas anti-Covid que hayan probado su eficiencia contra las mutaciones actuales del virus. No hay un solo reporte ACTUAL que indique una alta eficiencia de la vacuna Abdalá para las mutaciones actuales. Si hay dinero suficiente para comprar vacunas (al menos eso es lo que dicen los diputados), entonces… ¿porqué querer AHORRAR comprando vacunas Abdalá, obsoletas en el contexto actual de la Covid-19, si ya existen vacunas mejor probadas para las nuevas cepas? López Gatell dice que “Hay una serie de requisitos técnicos, no es papeleo, es técnico, que tienen que demostrar calidad, seguridad y eficacia en las condiciones que pudieran comercializarlo. Si esos expedientes, que se presentan a la Cofepris, se analizan y son satisfactorios, no tenemos ningún inconveniente en darles uso”. Es curioso que, bajo estos criterios, Pfizer, Astra y Moderna hayan presentado sus solicitudes de aprobación hace ya meses y sigan esperando, mientras que la Abdalá ya fue aprobada. Las vacunas de Pfizer, Astra y Moderna van muy adelante de la Abdalá en actualización a nuevas cepas. La Adbalá se ha quedado en estacionada en las cepas iniciales. Extraña, muy extraña la “lógica” del gobierno mexicano en un asunto no menor: garantizar la SALUD de la población.