Brechas educativas en México: una desigualdad persistente

Las brechas educativas en México evidencian profundas desigualdades entre estados y niveles escolares, afectando el acceso, la permanencia y la calidad de la enseñanza.

Brechas educativas en México

Por

3 minutos, 45 segundos


Las brechas educativas en México evidencian profundas desigualdades entre estados y niveles escolares, afectando el acceso, la permanencia y la calidad de la enseñanza.

Las brechas educativas en México siguen siendo una de las principales barreras para garantizar una educación equitativa y de calidad a nivel nacional. A pesar de los esfuerzos institucionales por mejorar la cobertura escolar, los indicadores clave muestran profundas disparidades entre entidades federativas, niveles educativos y condiciones socioeconómicas. Desde la matrícula escolar hasta la eficiencia terminal, los datos más recientes evidencian una realidad fragmentada, donde el lugar de nacimiento y el entorno determinan, en gran medida, las oportunidades educativas.

Los Indicadores Nacionales de la Mejora Continua de la Educación en México (MEJOREDU) son publicados anualmente como una iniciativa del gobierno mexicano e incluyen una variedad de métricas clave para medir la educación en el país. Algunos de los indicadores que permiten comparar el desempeño entre las diferentes entidades federativas son:

  • Grado Promedio de Escolaridad (GPE): Mide el promedio de años de estudio de la población de 15 años y más.
  • Tasa de Desafiliación Escolar: Porcentaje de estudiantes que abandonan el sistema educativo antes de concluir un nivel.
  • Eficiencia Terminal: Porcentaje de estudiantes que concluyen un nivel educativo en el tiempo establecido.
  • Cobertura Educativa: Proporción de la población en edad escolar que está matriculada en el sistema educativo.
  • Condición de Extraedad: Porcentaje de estudiantes cuya edad excede la correspondiente al grado que cursan.
  • Infraestructura Escolar: Disponibilidad de servicios básicos y recursos tecnológicos en las escuelas.

Acceso a la educación: un reto presente

Uno de los factores más evidentes al analizar las brechas educativas en México es la cobertura escolar por nivel educativo. En el ciclo escolar 2022-2023, se registró una cobertura prácticamente universal en educación primaria. Sin embargo, en niveles como secundaria (90%) y media superior (70%), los contrastes son notables. Entidades como Nuevo León y Ciudad de México presentan altas tasas de inscripción en secundaria, mientras que en estados como Chiapas y Oaxaca, estas cifras son significativamente menores. En el caso de la educación media superior, Baja California y Sonora reflejan una mejor cobertura, a diferencia de Guerrero y Michoacán, donde los retos se intensifican.

Otro indicador crucial es la tasa de absorción, que mide el porcentaje de estudiantes que transitan de un nivel educativo a otro. Aunque la transición de primaria a secundaria es relativamente alta en todo el país (con un promedio nacional del 98%), la transición de secundaria a media superior revela mayores desigualdades. Estados como Querétaro y Aguascalientes presentan tasas elevadas de absorción, pero en entidades como Oaxaca y Michoacán la proporción de estudiantes que logran avanzar es considerablemente más baja.

La eficiencia terminal también muestra contrastes preocupantes. Mientras que la educación primaria mantiene niveles altos de eficiencia en la mayoría de los estados, en secundaria y media superior la situación varía ampliamente. Por ejemplo, Yucatán y Nuevo León destacan con buenos resultados, pero en estados como Guerrero y Chiapas, las tasas de conclusión oportuna son significativamente menores.

A esto se suma la tasa de abandono escolar, que refleja la fragilidad del sistema educativo frente a factores sociales y económicos. En el ciclo 2022-2023, la tasa de abandono en secundaria fue de 2.7%, mientras que en media superior alcanzó el 11.6%. Las principales causas del abandono incluyen la necesidad económica de los estudiantes para incorporarse al mercado laboral, problemas académicos, falta de motivación, embarazo adolescente y condiciones escolares poco seguras. Estos factores, muchas veces interrelacionados, afectan con mayor fuerza a las poblaciones en situación de pobreza o marginación.

El grado promedio de escolaridad, otro indicador fundamental, confirma la inequidad estructural. Mientras que en entidades como Ciudad de México y Nuevo León se reportan promedios de 11.5 y 10.7 años de estudio respectivamente (es decir, completan la educación media superior), estados como Chiapas (7.8 años), Oaxaca (8.1) y Guerrero (8.4) reflejan un rezago alarmante, en el que apenas se contempla la educación secundaria. Esta desigualdad se traduce en menores oportunidades laborales y en la reproducción del ciclo de pobreza en las regiones más afectadas.

La brecha digital: el acceso a la tecnología educativa

Las brechas educativas en México también están profundamente marcadas por la brecha digital. Durante la pandemia, se hizo evidente que el acceso a tecnologías de información y conectividad es un factor determinante en la continuidad educativa. Aunque el 95.6% de los hogares encuestados por el INEGI en 2023 contaban con un teléfono celular, solo el 50.9% tenía computadora y apenas el 22.7% disponía de una tableta. A esto se suma que cerca del 28% de los hogares no tenía acceso a internet, con mayores carencias en zonas rurales e indígenas.

Este limitado acceso a recursos tecnológicos impactó de manera directa en la calidad del aprendizaje y en el abandono escolar. Las políticas para reducir esta brecha han incluido programas de infraestructura, dotación de dispositivos y capacitación docente, pero los avances aún son desiguales y no han llegado a todos los rincones del país.

¿Cómo se combate la brecha educativa?

En respuesta a este panorama, se han implementado políticas públicas como la Nueva Escuela Mexicana (NEM), que busca mejorar la equidad educativa mediante el fortalecimiento de la infraestructura en zonas marginadas, la capacitación docente y el acompañamiento académico. Otro esfuerzo es el programa La Escuela es Nuestra, que ha destinado recursos a más de 173,000 planteles de educación básica entre 2019 y 2024. Asimismo, las Becas para el Bienestar Benito Juárez han buscado reducir la deserción escolar apoyando económicamente a estudiantes de bajos recursos en educación media superior.

No obstante, los retos persisten. Las brechas educativas en México no solo responden a carencias materiales, sino también a estructuras sociales complejas donde la pobreza, la violencia, la exclusión de género y la falta de servicios básicos se entrelazan. La educación sigue siendo un derecho desigual, condicionado por el código postal y el contexto familiar. Para cerrar estas brechas, se requiere de una política educativa integral, intersectorial y sostenida, que no solo garantice el acceso, sino que asegure condiciones dignas para el aprendizaje y la permanencia escolar.

Mientras no se atiendan de forma contundente estas desigualdades, las oportunidades seguirán distribuyéndose de forma inequitativa, reproduciendo ciclos de marginación y limitando el potencial de millones de niñas, niños y jóvenes en todo el país.

Serendipia es una iniciativa independiente de periodismo de datos. Puedes apoyarnos compartiendo nuestras notas, suscribiéndote en YouTube o ayudarnos de otras maneras .

Comentarios

2 comentarios en la nota: Brechas educativas en México: una desigualdad persistente


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


  1. Danae dice:

    😔…💛💛💛

  2. Miguelito dice:

    Mientras las escuelas se utilicen como CENTROS DE ADOCTRINAMIENTO para beneficio del gobierno en turno, todo lo que se haga serán meras MAROMAS POLÍTICAS, como siempre ha sido, de la mal llamada “EDUCACIÓN” (lo correcto es llamarla “FORMACIÓN ACADÉMICA”). La “Nueva Escuela Mexicana” es una faramallada de la Cuarta Deformación que sólo hizo RETROCEDER aún más la calidad de la formación académica, priorizando el adoctrinamiento de los pequeños, mostrando en los textos escolares las visiones tendenciosas del Cacique macuspano. ¿”se busca mejorar la equidad educativa mediante el fortalecimiento de la infraestructura en zonas marginadas, la capacitación docente y el acompañamiento académico”? JAJAJAJA ¡De risa loca! Las escuelas físicamente siguen estando igual de mal, o peor, la “capacitación docente” siempre ha sido y sigue siendo un mal chiste y … ¿cuál acompañamiento académico? El programa La Escuela es Nuestra lo único que ha hecho es entregar sin control alguno dinero a los padres de familia, disque para que sean ellos y no los “corruptos” dirigentes escolares –¿¿¿???– quienes “administren correctamente” el dinero destinado a “mejorar” las escuelas. ¿El resultado? Lo que se puede esperar con una población ampliamente acostumbrada a la transa –”el que no transa, no avanza”–, el chanchullo, la triquiñuela, el engaño… la CORRUPCIÓN vamos (según un estudio realizado en este país, más del 80% de la población es propensa a participar de la corrupción): el dinero se esfuma sin que se vea reflejado en mejoras a las escuelas. Y las Pejebecas son… dinero destinado a la compra del voto. No se necesitan becas en un país en el cual la APROBACIÓN es AUTOMÁTICA. Si POR DISPOSICIÓN OFICIAL NO SE PUEDE REPROBAR a los alumnos, es IMPROBABLE que puedan existir bajas tasas de eficiencia terminal atribuídas a la evaluaciones académicas. Como se señala en el artículo, “Las principales causas del abandono incluyen la necesidad económica de los estudiantes para incorporarse al mercado laboral, problemas académicos, falta de motivación, embarazo adolescente y condiciones escolares poco seguras”, no la EVALUACIÓN ACADÉMICA. Y eso NO SE RESUELVE regalándole dinero a las padres para que se lo “administren” a sus hijos, con la única intención de COMPRAR EL VOTO DE LOS PADRES (y de algunos otros familiares, si es posible). Lo último que le interesa al gobierno es si la FORMACIÓN ACADÉMICA en México es de BUENA CALIDAD. Existe… para “taparle el ojo al macho”. Los MUY POBRES RESULTADOS en la prueba PISA demuestran el ESTREPITOSO FRACASO que HA SIDO y ES la FORMACIÓN ACADÉMICA en este país. Lo peor de todo es que la Cuarta Deformación desestima los RESULTADOS de la prueba PISA, la tacha de neoliberal, conservadora, neoporfirista y todas esas mariguanadas del pejebulario tabasqueño, y vocifera que lo único que busca es DESESTABILIZAR la “maravilla” que es… el CIRCO DE CUATRO PISTAS que se ha montado AMLOrena. Seguiremos igual, ¡O PEOR!… al menos de aquí hasta el 2030.