¿Cuándo inician las posadas 2022? Que no te agarren las prisas, y prepara tu posada sabiendo desde cuándo inician, por qué se celebran, y lo que se hace en ellas.

En diciembre, nunca falta el que dice: “¡ya saquen las posadas!”, pero oye, a todo esto, ¿cuándo inician las posadas? Tranqui, la buena noticia es que aún tienes tiempo, porque  inician el 16 de diciembre, y culminan el 24 de diciembre.

Esto es porque las posadas representan el peregrinaje bíblico de nueve días que José y María tuvieron que hacer para llegar a Belén, y para ello, “pedían posada”. De ahí el nombre de estas celebraciones. 

Historia de las posadas en México

En México existe un precedente prehispánico de las posadas: la celebración de la llegada del Dios Huitzilopochtli en el mes de Panquetzaliztli –o sea, el mes de diciembre–. Esta celebración duraba 20 días comenzando el 6 de diciembre, y consistía en diversas representaciones bélicas y simbólicas del nacimiento de este dios. 

Para empezar, había una representación de la lucha de Huitzilopochtli contra 400 huitznahuac y la Coyolxauhqui. Se llevaba a cabo con los cautivos de guerra de los señoríos que participaban en la celebración, y culminaba con el sacrificio de los participantes.

Después, se representaba a Huitzilopochtli en su juventud con un Painal (significa el presuroso o el que anda deprisa), y este recorría toda la Cuenca de México para representar la llegada del bienestar y la bondad del dios.

Finalmente se hacía una imagen representativa del Dios Huitzilopochtli con una pasta de semilla de amaranto y miel de maguey, que se colocaba en la cima del templo mayor. Esta imagen era bendecida por sacerdotes de Huitzilopochtli, y se repartía al pueblo mexica para que, de forma simbólica, se comieran a su Dios. 

Esta celebración duró hasta la llegada de los españoles, ya que al considerarla una celebración pagana, la intercambiaron por las llamadas misas de aguinaldo, que es lo que más se acerca a las posadas cristiano-católicas de la actualidad.

En estas celebraciones se leían pasajes bíblicos al aire libre, y se representaban con la ayuda de los feligreses –acto que hoy conocemos como las pastorelas–, además de dar regalos de fruta o alimento que se conocen como aguinaldos.

¿Qué se hace en las posadas?

Como ya dijimos, esta celebración hace alusión al camino que María y José tuvieron que hacer para llegar a Belén, y que antecede al nacimiento de Jesús. Por ello, las posadas consisten en replicar, simbólica y teatralmente la búsqueda de posada de estos personajes. 

Por ello, las familias se dividen en dos representantes de este pasaje: los peregrinos y los anfitriones. Y comienzan a recitar la letanía para pedir posada, que son diálogos que se entonan melódicamente, y suelen combinarse con rezos.

“En nombre del cielo, pedimos posada, pues no puede andar mi esposa amada”, así comienzan los representantes de los peregrinos con este intercambio de diálogos, y culmina con “entren santos peregrinos, peregrinos, reciban este rincón que aunque es pobre la morada, la morada, os la doy de corazón” que es representada por todos los participantes.

Y ahora sí, a entrarle a la comida. O bueno, casi siempre es así, pero también existen familias que hacen un arrullo al Niño Dios: una alusión al nacimiento de Jesús. Para esto se usan figuras representativas del niño dios, se arrullan con una canción de cuna:

A la rorro niño, a la rorro ro, 

que viniste al mundo, a buscar mi amor, 

esos bellos ojos que ya se están cerrando, 

pero que todos mis pecados ya estas mirando.

Con sus tiernas lágrimas, como reto de su amor, 

ya que tienes penas niño de mi amor, 

por cama yo te ofrezco mi noble corazón

 y aunque no lo merezco te pido tu perdón.

Así dicen algunas estrofas de la canción con la que se hace este arrullo. El acto se completa con la repartición de dulces, y/o aguinaldos que representan regalos que el Niño Dios da a los asistentes de la posada.

Por último, queda un infaltable en las posadas: romper la piñata de siete picos. Este divertido momento también tiene un trasfondo religioso, ya que cada pico, representa los siete pecados capitales:

1. Soberbia.
2. Ira.
3. Avaricia.
4. Envidia.
5. Lujuria.
6. Gula.
7. Pereza.

El propósito es representar que con fé y virtud –que es representada por el palo que rompe la piñata–, se podrán vencer a los pecados y recibir una recompensa por ello, ya que se vendan los ojos de quien quiera romper la piñata, como representación de la fe ciega. Y los dulces de la piñata, representan la recompensa por no haber caído en tentaciones. 

Las posadas no son una celebración exclusiva de México, ya que países latinoamericanos como Honduras, Guatemala, Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Guatemala, también tienen sus propias representaciones de la posada.