El fentanilo es un fármaco aprobado para tratar el dolor intenso, pero desde hace varios años se ha convertido en la sustancia predilecta de los traficantes debido a su precio, tamaño y potencia.

¿Hay fentanilo en México? Esta es una sustancia 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más potente que la morfina, y que de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), mata por sobredosis a más de 150 personas cada día. Es la droga “de moda” que está causando graves problemas de salud en Estados Unidos y México, y de la que ningún gobierno parece hacerse cargo.  

M-30, fenta y tango, son algunos de los nombres con los que popularmente se le conoce al fentanilo en México; mientras que en Estados Unidos recibe nombres como He-Man, Jackpot, King Ivory, Murder 8, Poison o china white, según mencionó Hugo López-Gatell, titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, en conferencia del martes 11 de abril. 

Aunque esta sustancia no es nueva (fue creada en la década de 1960 por el médico belga Paul Janssen) existen muchas dudas acerca de su origen, efectos en la salud, y qué tan presente se encuentra en nuestro país.  

En esta nota te explicamos las dudas que la mayoría de personas tienen acerca del fentanilo en México y por qué es un tema clave para entender cómo se configurarán las relaciones entre nuestro país y Estados Unidos en el futuro.

¿Qué es el fentanilo?

Seguramente habrás escuchado que el fentanilo es un “opioide sintético”. Pero, ¿qué quiere decir esto? Pues bien, se le llama opioide a todas aquellas sustancias cuya función es “acoplarse” a unos receptores que se encuentran en nuestro sistema nervioso para decirle a nuestro cerebro que bloquee el dolor y nos haga sentir tranquilos.

El cuerpo humano produce estos opioides de manera espontánea y los libera cuando hacemos ejercicio o nos encontramos en situaciones de estrés o dolor. Sin embargo, desde hace cientos de años los seres humanos encontramos esta sustancia en la naturaleza y la hemos utilizado para potenciar sus capacidades sedantes y analgésicas. 

El opio y la morfina, por ejemplo, son drogas con cientos de años de antigüedad que se obtienen del jugo de la planta de la amapola (por eso no son drogas sintéticas). Sin embargo, existen otras sustancias que si bien son derivadas del opio o la morfina, se mezclan con otros compuestos químicos para alcanzar un proceso de “síntesis” en el que sus efectos son potencializados. La heroína y la oxicodona son ejemplos de estas sustancias.

Por otra parte, hay opioides que no necesitan una sustancia base derivada del opio para su elaboración, pues su fabricación es totalmente sintética. La petidina, la metadona y el fentanilo son ejemplos de estas.

¿Cuándo se receta fentanilo?

“Cualquiera de nosotros que nos hayan hecho una cirugía mayor (grave) en los últimos 60 años, hemos pasado por el fentanilo”, menciona el doctor Javier Tello, médico cirujano y analista de políticas de salud en entrevista para el programa Al habla. 

El fentanilo es un fármaco aprobado para tratar el dolor intenso, por lo general el dolor por cáncer avanzado, cirugías, artritis, fracturas o dolores crónicos. 

Actualmente la industria farmacéutica y las exigencias médicas por “calmar” cualquier clase de dolor lo más rápido posible, han provocado que cada vez más médicos receten opioides, incluído el fentanilo. 

Según datos de los CDC, en 2017 se emitieron casi 58 recetas de opioides por cada 100 habitantes de Estados Unidos y más del 17 por ciento de los estadounidenses tenían al menos una receta de opioides surtida, con un promedio de 3.4 recetas de opioides despachadas por paciente.

Esto ha llevado a que Estados Unidos reconozca que tiene una severa crisis de opioides, debido a que cada vez más personas se vuelven adictas a esta sustancia y mueren por sobredosis. 

Entonces, si el fentanilo fue creado para mitigar los dolores más fuertes en el ser humano, ¿por qué es tan peligroso?

Fentanilo, la “droga de moda”

Por lo general, los opioides recetados que se usan como analgésicos no causan daño cuando se toman por un período breve y de acuerdo con las indicaciones del médico. Sin embargo, también es posible utilizarlos de forma indebida, es decir cuando se consumen en dosis distintas a las indicadas, cuando alguien más toma el medicamento recetado o cuando alguien toma el medicamento solo por el efecto que causa.

El peligro con los opioides es que como su función es la de bloquear las señales de dolor que el cerebro envía al cuerpo y liberar grandes cantidades de dopamina (sustancia que hace que tengamos sensaciones placenteras), fácilmente se puede convertir en una sustancia altamente adictiva. 

De acuerdo con el National Institute on Drug Abuse, el uso continuo de las sustancias opioides hace que las neuronas se adapten de tal manera que solo funcionan “de manera normal” en presencia de la droga.  Esto genera la búsqueda y el consumo compulsivo o incontrolable de la sustancia, a pesar de las consecuencias perjudiciales para el cuerpo. 

Es por esta razón que muchas personas que consumían algún tipo de opioide bajo receta busquen opioides en el mercado negro una vez que concluye el periodo en el que lo consumen bajo supervisión médica. 

Según datos del National Institute on Drug Abuse entre cuatro y seis por ciento de quienes consumen opioides recetados en forma indebida pasa a consumir heroína y alrededor del 80 por ciento de las personas que consumían heroína habían consumido anteriormente opioides recetados.

Al llegar al mercado negro, los consumidores de opioides tiene muchas opciones de sustancias. Sin embargo, en años recientes, el fentanilo ha acaparado el mercado debido a su rápida fabricación, bajo costo y potente efecto.  

Según la agencia de Administración de Control de Drogas (DEA) un kilo de heroína comprado por narcotraficantes en Colombia en seis mil dólares, puede venderse al por mayor en unos 80 mil dólares en Estados Unidos. Mientras tanto, un kilo de fentanilo que se compran en China por menos de 5 mil dólares es tan potente que puede procesarse para producir de 16 a 24 kilos y vender cada kilo en 80 mil dólares.

Otra vía que los narcotraficantes descubrieron es que teniendo los precursores necesarios (moléculas útiles para crear componentes complejos empleados en ciertos productos de uso cotidiano) ellos mismos podían crear fentanilo. 

“Alguien muy ingenioso se dio cuenta de que podría sintetizar la molécula del fentanilo de una manera artesanal tomando como base algunos precursores. Cualquier persona con algunos conocimientos de química puede desarrollar una molécula que es básicamente fentanilo casero” refiere para el programa Al habla el doctor Javier Tello. 

Un “cocinero” tarda en promedio dos horas en elaborar fentanilo, mientras que producir la heroína puede tardar de tres a cuatro meses, esto de acuerdo con un reporte del titular de la Secretaría de la Defensa (Sedena), Luis Cresencio Sandoval. 

Además, a diferencia de otras drogas, el fentanilo puede ser transportado en dosis muy pequeñas, mientras que las ganancias son enormes. Raúl Martín del Campo, director adscrito en el Instituto Nacional de Psiquiatría y antiguo miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de Naciones Unidas, afirma que producir y transportar un kilo de la droga le cuesta a los carteles cerca de mil dólares, pero las ganancias rondan los 1.5 millones de dólares, por lo que resulta un negocio muy lucrativo para el crimen organizado.

“Es como si yo te pidiera un peso de inversión para iniciar un negocio y te prometiera mil 500 (pesso) en ganancias”, dijo Raúl Martín del Campo en entrevista con El País.

Todas estas características han hecho que el fentanilo revolucione el narcotráfico por completo, pues además de sustituir a otros opioides en el mercado, el fentanilo también se usa para cortar (mezclar) la cocaína, modificar la heroína, para hacer pastillas “piratas”, adulterar el “cristal”, entre otros usos.

Peligros del fentanilo

El fentanilo se puede encontrar de forma ilícita en diferentes presentaciones: en forma de pastillas, como polvo, como aerosol nasal, gotas para los ojos o aplicado en gotas en papel o en golosinas pequeñas.

De acuerdo con la DEA, dos miligramos de fentanilo —menos que una pizca de sal— son suficientes para provocar la muerte en una persona.

Por esta razón el fentanilo de uso médico está altamente controlado y su producción involucra múltiples procesos de control y calidad. Sin embargo, esto no es así cuando se trata de “fentanilo artesanal”.

“El problema es que como se fabrica sin un control de calidad, no sabemos lo que están haciendo [los fabricantes ilegales] pues este fentanilo puede venir en dosis totalmente heterogéneas. Puede ser que lo ingieras y no pase nada, o puede que tengas una muy mala dosificación y a la primera tableta que ingieras mueras inmediatamente”, menciona el cirujano Javier Tello.  

Así, si bien algunos usuarios buscan intencionadamente el fentanilo, a menudo la droga se ingiere en forma involuntaria, pues como ya habíamos mencionado, el fentanilo se usa para adulterar la heroína, falsificar sedantes y analgésicos.

De acuerdo con los CDC, más del 80 por ciento de las muertes por sobredosis en Estados Unidos, durante 2019, estaban relacionadas con opioides, y la mayoría de estas muertes involucraron el fentanilo fabricado ilegalmente.

En 2020 más de 56 mil personas murieron por sobredosis de opioides distintos de la metadona (principalmente fentanilo) en ese país. Esta es una cifra 18 veces mayor a las muertes notificadas por esta causa en 2013. 

En 2021 la cifra volvió a aumentar, llegando a 70 mil 600 muertes por sobredosis de  opioides sintéticos, de acuerdo con el National Institute on Drug Abuse. 

Por otra parte, según esta agencia, la cantidad creciente de muertes por sobredosis entre consumidores de cocaína también podría estar vinculada con la adulteración de esa droga con fentanilo.  De acuerdo con cifras presentadas por López-Gatell durante la conferencia del 11 de abril, las muertes por sobredosis de opioides (incluido el fentanilo) en México durante 2020 y 2021 apenas suman 45.

“La epidemia de fentanilo es una epidemia importada (…) No se comparan las cifras de México con el enorme problema de salud pública que tiene Estados Unidos en el abuso de fentanilo”, mencionó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud Hugo López-Gatell. 

Fentanilo en México, ¿se debe prohibir?

“Voy a pedir a médicos y científicos mexicanos que analicen la posibilidad de que podamos sustituir el fentanilo con fines médicos por otros analgésicos para dejar de usarlo”, dijo López Obrador en su conferencia de prensa del 16 de marzo. 

Sin embargo, para Raúl Martín del Campo nada tiene que ver la venta legal de fentanilo en México con la comercialización ilegal.

“Si tú le cierras la llave a la importación legal, no le haces nada a esta importación ilegal que ya está sucediendo de producto terminado o de precursores”, afirmó para El País. “Lo único que logras es quitarle a doctores y pacientes una alternativa terapéutica, muchos de quienes sí la necesitan”

Martín del Campo menciona también que existe una especie de satanización de todo el fentanilo, cuando en realidad es necesario e insustituible en algunos tratamientos médicos que sí necesitan sustancias así de potentes.