¿Cuánto contamina morir en México? Los panteones están saturados y cada cremación emite 400 kg de CO2

¿Morir en México genera contaminación? Tras la pandemia de COVID-19, el 47.8 por ciento de los panteones tienen sobrepoblación y la incineración genera altos niveles de CO2. 

Cuánto contamina morir en México

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¿Morir en México genera contaminación? Tras la pandemia de COVID-19, el 47.8 por ciento de los panteones tienen sobrepoblación y la incineración genera altos niveles de CO2. 

¿Cuánto contamina morir en México? La relación de los mexicanos con la muerte tiene raíces históricas, culturales e incluso sentimentales. El día de muertos, los panteones se llenan de vivos que visitan a sus seres amados para llenarlos de flores; algunos buscan caminar por pasillos y rincones para respetar las tumbas, pero otros las pisan porque es difícil no hacerlo. Los panteones están saturados: en México hay 197 municipios de 31 entidades que tienen una ocupación mayor o igual al 90 por ciento en sus panteones. 

Las tradiciones tienen un papel fundamental para decidir de qué forma honrar un cuerpo al morir en México. Muchas personas prefieren ser enterradas para tener un lugar en el que sus familias puedan honrarlos y “visitarlos”. 

Pero así como la vida, la muerte no se detiene. Según el informe “Recopilación de Información de los Cementerios Públicos en las Zonas Metropolitanas del País 2020” del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 47.8 por ciento de los municipios de zonas metropolitanas de México están sobrepoblados. 

Y durante la pandemia de COVID-19, las muertes en México incrementaron. Además, la normativa de la Ley General de Salud impidió que los cuerpos de personas que murieron por esa enfermedad fueran enterrados, llevando a los mexicanos a optar por otra alternativa: la cremación. 

Entre los cementerios saturados y la cremación, la segunda alternativa fue la más adecuada para las defunciones de COVID-19, por el fuego y los químicos con los que incineraban. Pero no se contempló un aspecto crucial: la contaminación causada por los crematorios. 

La crisis en los panteones mexicanos no inició con la pandemia de COVID-19

¿Por qué seguir hablando de la pandemia? La saturación de los panteones ya era una problemática vigente desde 2019, de acuerdo con los datos del INEGI. 

En 2020, fallecieron un millón 86 mil 743 personas: 

  1. La primera causa de muerte fue por enfermedades del corazón, con 218 mil 704 defunciones. 
  2. La segunda fue el COVID-19, con 200 mil 256 muertes. 

Pero al hablar de inhumaciones, la estadística ya era crítica. Al cierre de 2019, se registró un total de 154 mil 692 sepulturas. Mientras que para 2020 se reportaron 198 mil 686.

  • Esto representó un aumento de 28.4 por ciento en las inhumaciones de los mil 452 panteones de la zona metropolitana de México. 

Sin embargo, fue desde 1984 que el aumento de la población de personas fallecidas comenzó a causar que los cementerios fueran insuficientes. Ese año fue publicado el Reglamento de Cementerios del Distrito Federal, que comenzó a permitir exhumaciones (desenterrar cuerpos para llevarlos a fosas comunes) siempre que tuvieran autorización de las autoridades sanitarias. 

Entre los requisitos para liberar un lugar en los panteones, el artículo 50 indica que los restos no pueden ser exhumados en estado de descomposición. Y aquellos restos “exhumados por vecinos no sean reclamados por el custodio”, son depositados en bolsas de plástico polietileno y también se introducen a las fosas. 

En 2019 se reportaron 37 mil 821 exhumaciones, que representan el 24.4 por ciento de las personas sepultadas. Mientras que en 2020, la cantidad fue de 37 mil 185, representando el 18.71 por ciento de las personas sepultadas el primer año de la pandemia.  

¿Por qué aumentaron las inhumaciones y las cremaciones en el país? 

A partir de la pandemia de COVID-19, la cremación también se convirtió en una forma común para honrar los restos humanos. Tras el cambio en las normas de la Secretaría de Salud, las consecuencias de morir en México despertaron una nueva preocupación: la emisión de contaminantes. 

  • En 2019, se registraron 13 mil 831 cremaciones e incineraciones. 
  • Al cierre de 2020, se reportaron 29 mil 187 cremaciones en México. 

Esto representó un aumento del 111 por ciento en las personas que fueron cremadas en el país. Pero, ¿por qué aumentó con tanta rapidez? 

A raíz del alto índice de muertes a nivel global, la Secretaría de Salud hizo cambios en las disposiciones de salubridad para las defunciones. La Guía de Manejo de Cadáveres por COVID-19 (SARS-CoV-2), publicada en 2020, establece que: 

“La disposición final del cadáver deberá ser lo más pronto posible, preferiblemente mediante la cremación; y de no ser posible, se llevará  a  cabo  la  inhumación  en  sepultura  o  bóveda.  De  ser  por  entierro,  este  se  dará  en  condiciones habituales. Las cenizas pueden ser objeto de manipulación sin que supongan ningún riesgo”. 

Esto también explica por qué las sepulturas no dejaron de incrementar. Aunque la cremación era la primera alternativa, también se inhumaron cuerpos y continuaron usando fosas comunes. 

El IPN y la UNAM ya estudian la contaminación de morir en México 

Para 2021, las consecuencias de las cremaciones en México comenzaron a ser evidentes en investigaciones de universidades nacionales e internacionales. 

Sin embargo, estudios como el de “Estimación del incremento de las emisiones de contaminantes a la atmósfera, producto del proceso de cremación de cadáveres por COVID-19 en la ciudad de México” del Instituto Politécnico Nacional (IPN) han revelado que el CO2 no es el único factor contaminante al fallecer en México. 

Según el estudio del IPN, durante el periodo de 2019 al primer semestre de 2021, se generaron estos contaminantes en la Ciudad de México: 

  • Más de mil 542 kilogramos de ácido clorhídrico
  • Aproximadamente mil 417 kilogramos de plomo 
  • Más de 70 mil kilogramos de mercurio 

Este incremento en las emisiones también podría contemplar las consecuencias del número de personas cremadas en la CDMX, según indica el artículo. Entonces, ¿cuál es la imagen completa para México? 

Alternativas sustentables del futuro: ¿podrían existir compostas fúnebres en México? 

México no cuenta con estrategias de regulación ambiental para medir el impacto de la cremación. Y aunque los datos de los panteones se publicaron en 2021, el INEGI hizo una única publicación y el informe no ha sido actualizado después de la pandemia. 

Entonces, ¿contamina morir en México? La conclusión de la UNAM, es que sí. Morir tiene un impacto ambiental desde el momento en el que los panteones no pueden abastecer las defunciones de sus comunidades. 

En México, las familias honran a sus personas amadas en vida y muerte. Pero el avance de las tecnologías y el crecimiento de la población debe permitirnos pensar en alternativas más sustentables para morir. 

Entre ellas, la UNAM menciona una opción que ha sido estudiada en Washington desde 2018. Se trata de una “composta de cadáveres”, una investigación realizada con seis cuerpos donados, misma que se presentó en el congreso de la American Association for the Advancement of Science (AAAS) de 2020. 

De acuerdo con la UNAM, estos cuerpos se convierten en un generador de vida, más allá de contaminar. Aportan humedad, proteínas y nitrógeno al proceso de composta, que dura de cuatro a siete semanas. Sin embargo, el estudio continúa siendo una alternativa piloto. 

En un futuro, las alternativas para honrar la vida y la muerte de los humanos podrían ser más sustentables y justas para la tierra que habitamos. 

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Comentarios

2 comentarios en la nota: ¿Cuánto contamina morir en México? Los panteones están saturados y cada cremación emite 400 kg de CO2


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  1. Danae... dice:

    😱…💛💛💛…

  2. Miguelito dice:

    “Según el estudio del IPN, durante el periodo de 2019 al primer semestre de 2021, las incineraciones generaron estos contaminantes en la Ciudad de México:

    Más de mil 542 kilogramos de ácido clorhídrico
    Aproximadamente mil 417 kilogramos de plomo
    Más de 70 mil kilogramos de mercurio”

    Extraño, extraño, muy extraño. Soy egresado del IPN y quiero pensar que no ha habido más politización de la que ya había. Pero, decir que en una cremación se producen… PLOMO y MERCURIO… ¿De dónde salen? Porque el cuerpo humano por lo general no contiene NI PLOMO, NI MERCURIO (¡ambos son ALTAMENTE TÓXICOS!). Quizá el material cerámico de que están hecho los hornos de cremación contenga plomo y/o mercurio (no podemos descartarlo y yo desconozco de qué material sean esas cerámicas), pero… ¿70 mil kilogramos de mercurio en DOS AÑOS Y MEDIO? Dice en el artículo que:

    En 2019, se registraron 13 mil 831 cremaciones e incineraciones.
    Al cierre de 2020, se reportaron 29 mil 187 cremaciones en México.

    Es decir, 43,018 entre 2019 y 2020. No se proporciona el dato para el primer semestre de 2021, pero difícilmente será superior a la mitad del 2020, o sea, 14,600 en números redondos. Eso lleva la sumatoria de “el periodo de 2019 al primer semestre de 2021” a 57,618 cremaciones. ¿Con 57,618 cremaciones se generaron 70 mil kilogramos de mercurio? Es decir, ¿en cada cremación se generaron alrededor de 1.2 KILOGRAMOS DE MERCURIO? Sí, el mercurio es un material MUY PESADO (pesa 13.6 veces más que el agua, es decir, UN LITRO –SÍ EL MERCURIO ES LÍQUIDO A TEMPERATURA AMBIENTE– PESA 13.6 kg), pero pensar en 1.2 kg de mercurio por cremación, que son 88 ml de mercurio por cremación (la tercera parte de una taza de cocina), parece MUY POCO PROBABLE. Difícilmente TODOS LOS BLOQUES DE CERÁMICA DEL HORNO TENDRÁN ESA CANTIDAD DE MERCURIO, y más difícil es pensar que cada horno pudiera tener esa cantidad disponible PARA CADA CREMACION (al perder mercurio –si es que realmente lo perdiera la cerámica– le quedaría MENOS mercurio que perder en cada proceso). Definitivamente MUY POCO REALISTA ESE DATO.

    Lo mismo va para el dato reportado en el caso del plomo.

    Lo más curioso del asunto es que les preocupa la contaminación por CO2 que la cremación de UNA PERSONA produce (400 kg) –CONTAMINACIÓN… ¡UNA SOLA VEZ!– , y esa misma persona, ESTANDO VIVA… ¡GENERA MUCHA MÁS CONTAMINACIÓN POR CO2: 6,000 kg AL AÑO! Realmente de risa loca.