Murió Pepe Mujica: el presidente más humilde de América Latina deja un legado de dignidad, justicia y resistencia

Murió Pepe Mujica, el expresidente de Uruguay y símbolo de la política austera en América Latina, a los 89 años. Tenía cáncer de esófago.

Murió Pepe Mujica

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Murió Pepe Mujica, el expresidente de Uruguay y símbolo de la política austera en América Latina, a los 89 años. Tenía cáncer de esófago.

Murió Pepe Mujica, el exmandatario uruguayo que cambió la forma de hacer política en América Latina. José “Pepe” Mujica falleció este martes 13 de mayo a los 89 años, tras padecer cáncer de esófago que se extendió al hígado. La noticia fue confirmada por el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, quien lo despidió con un mensaje en redes sociales: “Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”.

Con Mujica se va no solo un expresidente, sino una figura icónica de la izquierda latinoamericana, un hombre que hizo de la austeridad una bandera y de la congruencia política una rareza admirable. Durante su mandato, entre 2010 y 2015, convirtió a Uruguay en pionero de políticas progresistas como la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y, en un paso sin precedentes, la regulación estatal del mercado de la marihuana.

Pepe Mujica: un presidente sin lujos

El mundo conoció a Mujica no solo por sus políticas, sino por su forma de vivir. Renunció a los privilegios del poder y vivió en su chacra (una pequeña granja) en las afueras de Montevideo, desde donde conducía su Volkswagen Escarabajo para ir a trabajar a la Casa Presidencial. Donaba hasta el 90% de su salario a organizaciones benéficas y jamás se dejó tentar por el lujo.

Esta coherencia entre el discurso y la práctica le valió el respeto, incluso de sus adversarios. En una región marcada por la corrupción y el autoritarismo, Mujica fue una excepción: un presidente que se aferró a sus convicciones con la misma fuerza con la que rechazó los símbolos del poder.

Antes de llegar al poder, Mujica fue militante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una guerrilla urbana que enfrentó a la dictadura uruguaya en las décadas de 1960 y 1970. Por ello pasó 13 años en prisión, muchos de ellos en condiciones infrahumanas, aislado en celdas diminutas y sometido a tortura. Esa experiencia lo marcó para siempre, pero no lo quebró.

Cuando salió en libertad, tras la restauración de la democracia en 1985, decidió cambiar las armas por las urnas. Fue diputado, senador, ministro y finalmente presidente. Pero nunca abandonó el lenguaje directo ni la crítica al poder. “La vida se me fue en esto. Lo único que tengo es una pasión por la vida, pero con sentido de lucha”, dijo alguna vez.

Murió Pepe Mujica, una figura internacional

Líderes de todo el mundo han expresado sus condolencias, reconociendo su contribución no solo a Uruguay, sino al pensamiento político global. Durante su presidencia, Mujica también asumió causas internacionales: aceptó refugiados sirios, recibió a presos de Guantánamo liberados por el gobierno de Barack Obama y posicionó a Uruguay como un referente en energía renovable.

En 2013, presentó y defendió la ley que convirtió a Uruguay en el primer país en legalizar y regular la producción y venta de cannabis. La medida fue resistida por amplios sectores, pero Mujica la impulsó con la convicción de que era una manera de arrebatarle poder a los narcotraficantes y controlar el consumo desde una perspectiva de salud pública.

“No se trata de hacer apología de nada. Es cambiar una política que ha fracasado”, dijo entonces. Ese enfoque pragmático, alejado de los dogmas, fue una de sus mayores fortalezas.

La despedida de Pepe Mujica

El 29 de abril de 2024, Mujica anunció que tenía un tumor maligno en el esófago. Se sometió a 31 sesiones de radioterapia en Montevideo, pero en enero de este año, su situación se complicó: el cáncer se había propagado al hígado. En una decisión profundamente humana, el exmandatario comunicó que ya no recibiría más tratamiento y que pasaría el resto de sus días en paz, rodeado de sus seres queridos.

Su esposa, Lucía Topolansky, también exvicepresidenta de Uruguay, confirmó apenas un día antes de su muerte que Mujica se encontraba en fase terminal y estaba recibiendo cuidados paliativos. Pocas horas después, se confirmó lo que muchos temían: murió Pepe Mujica.

A pesar de su imagen serena, Mujica también era conocido por su lengua suelta. En 2013, durante una conferencia de prensa, fue captado sin saber que el micrófono estaba abierto mientras se refería a la entonces presidenta de Argentina, Cristina Fernández, como “peor que el tuerto”, en alusión a su esposo fallecido, Néstor Kirchner. La frase provocó revuelo, pero también reveló su humanidad: Mujica no era perfecto, ni pretendía serlo.

Su estilo era el de un sabio rural, cargado de sentido común, filosofía práctica y una visión existencial del poder y la vida. “Cuando compras con dinero, no estás comprando con plata. Estás comprando con el tiempo de tu vida que tuviste que gastar para conseguir ese dinero”, decía en una de sus frases más compartidas.

El legado imborrable de Mujica

Murió Pepe Mujica, pero su ejemplo persiste. No solo por las leyes que impulsó o por el crecimiento económico que vivió Uruguay durante su mandato gracias, en parte, a una recuperación de los precios internacionales tras la crisis de 2008, sino por lo que representó: un político que no se enriqueció, que vivió como pensaba y que nunca olvidó a los más pobres.

Pepe Mujica decía que no creía en el poder, sino en la influencia. Hoy, millones lo recuerdan no solo como el presidente más pobre del mundo, sino como uno de los más ricos en dignidad.

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Comentarios

2 comentarios en la nota: Murió Pepe Mujica: el presidente más humilde de América Latina deja un legado de dignidad, justicia y resistencia


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  1. Miguelito dice:

    Este SI FUE UN EJEMPLO, no como el miserable PRIejestorio macuspano que ni dignidad, ni austeridad, ni justicia, ni nada para recordar. Difícilmente encontraremos otro Pepe Mujica.

  2. Danae dice:

    😔….💛💛💛