Un año de guerra en Sinaloa: ciudadanos exigen paz mientras los homicidios y desapariciones aumentan

Un año de guerra en Sinaloa transformó al estado en uno de los más violentos del país. Desde el 9 de septiembre de 2024, tras la ruptura entre los “Chapitos” y los “Mayos”, los homicidios, secuestros, desapariciones y robos de vehículos se dispararon, dejando cifras históricas y un promedio mensual de violencia sin precedentes.

Un año de guerra en Sinaloa

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Un año de guerra en Sinaloa transformó al estado en uno de los más violentos del país. Desde el 9 de septiembre de 2024, tras la ruptura entre los “Chapitos” y los “Mayos”, los homicidios, secuestros, desapariciones y robos de vehículos se dispararon, dejando cifras históricas y un promedio mensual de violencia sin precedentes.

Un año de guerra en Sinaloa transformó al estado en uno de los más violentos del país. Antes de septiembre de 2024, la violencia era alta pero estable; después del estallido del conflicto entre los “Chapitos” y los “Mayos”, los delitos de alto impacto crecieron de forma abrupta.

El 9 de septiembre de 2024, tras la ruptura entre las facciones del Cártel de Sinaloa conocidas como los Chapitos y los Mayos. En un solo día, convoys armados atacaron municipios de Culiacán, se produjeron balaceras y bloqueos en carreteras, y la vida cotidiana de miles de familias cambió drásticamente.

Desde entonces, la violencia no ha cesado.

Según cifras oficiales, entre septiembre de 2024 y julio de 2025 hubo mil 142 homicidios, mil 551 secuestros, 921 desapariciones y cinco mil 432 robos de vehículos, un repunte claro en las estadísticas de incidencia delictiva publicadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Desapariciones en un año de guerra en Sinaloa: la herramienta de guerra más letal

Las desapariciones son el delito que más evidencia la transformación de la violencia. En 2023, se registraban un promedio de 25 casos al mes, y de enero a agosto de 2024, 36 casos mensuales, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL) de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).

A partir del 9 de septiembre de 2024, las desapariciones se dispararon. Solo en ese mes se registraron 101 casos, muchos vinculados a enfrentamientos armados y levantones de poblaciones rurales. De septiembre de 2024 a julio de 2025 se contabilizaron 921 desapariciones, con un promedio de 84 al mes.

“La desaparición se ha convertido en una estrategia criminal. Es una forma de guerra: desaparecer enemigos, ocultar la violencia y controlar territorios”, dice Armando Vargas, coordinador del programa de Seguridad de la organización México Evalúa.

Homicidios en Sinaloa: de la estabilidad al repunte masivo

Entre enero y agosto de 2024, los homicidios se mantenían en un promedio mensual de 40 asesinatos, similar al registrado en 2023. La violencia ya preocupaba, pero las autoridades aún podían mantener cierto control sobre los enfrentamientos y las ejecuciones aisladas.

El 9 de septiembre marcó un punto de quiebre: los homicidios se triplicaron, pasando de 39 en agosto a 103 en septiembre, y la mayoría estaban relacionados con enfrentamientos entre las facciones rivales del cártel. Desde entonces, los asesinatos se volvieron más frecuentes y públicos, incluyendo balaceras en plazas, ejecuciones en carreteras y asesinatos con mensajes para intimidar a la población.

“La caída de Ismael ‘El Mayo’ Zambada produjo un violento reacomodo del régimen criminal en varias regiones del país, como no lo habíamos visto en las últimas décadas”.

Armando Vargas, coordinador del programa de Seguridad de la organización México Evalúa.

Los picos más altos de homicidios en Sinaloa fueron registrados en octubre de 2024, con 141 homicidios, y en junio de 2025, con 156. En los once meses posteriores al inicio de la guerra, se contabilizaron mil 142 homicidios, con un promedio mensual de 121 muertes violentas.

Secuestros en Sinaloa: de menos de 130 a más de 200 casos al mes

Antes de septiembre de 2024, los secuestros ya mostraban una tendencia al alza, con un promedio de 104 casos al mes, afectando principalmente a comerciantes y transportistas. Sin embargo, la guerra interna aceleró el fenómeno de forma dramática.

En septiembre de 2024, 181 secuestros fueron registrados, y en octubre se alcanzó un máximo histórico de 203 casos. Las víctimas no solo eran miembros de bandas rivales, sino también personas comunes, incluidos estudiantes y trabajadores, que fueron utilizados como moneda de cambio o víctimas de represalias.

En los once meses siguientes, Sinaloa acumuló mil 551 secuestros, un promedio mensual de 141 casos, dejando a familias enteras en estado de alerta permanente y generando desplazamientos internos en comunidades rurales y urbanas.

Los robos de vehículos se duplicaron tras septiembre de 2024

El robo de autos también experimentó un aumento marcado. Antes de la guerra, el promedio mensual era de 243 vehículos, mayormente hurtos aislados.

Tras el inicio del conflicto, la cifra se duplicó y adquirió un carácter logístico: 411 robos en septiembre, 595 en octubre y 604 en enero de 2025. Muchos de estos vehículos fueron utilizados en bloqueos, transporte de sicarios y enfrentamientos armados, convirtiéndose en una herramienta más de la guerra.

En Sinaloa, muchos de los robos de autos tienen una lógica clara de financiamiento y apoyo operativo para las facciones en disputa”.

Armando Vargas, coordinador del programa de Seguridad de la organización México Evalúa.

Muchos de estos autos terminan siendo usados por células armadas para bloqueos, transporte de sicarios o actividades logísticas de guerra”, advierte el especialista. Uno de los casos más trágicos ocurrió en enero de 2025, cuando un intento de robo resultó en la muerte de un padre y sus dos hijos. El vehículo sería utilizado posteriormente para un bloqueo en la carretera estatal.

Extorsiones en Sinaloa: la aparente excepción

Las extorsiones se mantuvieron relativamente estables: de un promedio de seis casos al mes antes de la guerra a siete durante el conflicto. Sin embargo, Vargas destaca que los números son engañosos. Muchas extorsiones no se denuncian y otras han mutado en cobros obligatorios a comerciantes, transportistas y hospitales, sirviendo como fuente de financiamiento de la violencia.

“En Sinaloa hay un incremento de extorsiones que tienen como objetivo financiar la guerra criminal. No es solo un ingreso, es una herramienta de control territorial”, explicó el especialista. Por eso la cifra oficial solo refleja una pequeña parte del problema: la gran mayoría de extorsiones no se reporta, y los registros disponibles no necesariamente representan la magnitud real del delito ni la complejidad de sus modalidades.

Ciudadanos marchan para exigir paz en Sinaloa

El 7 de septiembre una marcha en Sinaloa reunió a más de 58 mil personas que exigieron un alto a la violencia en la entidad. Entre las consignas más escuchadas estuvo el grito: “¡Basta de violencia!”, con el que ciudadanos de Culiacán y de otros municipios protestaron por la ola de asesinatos, desapariciones y delitos que han marcado a la entidad durante el último año.

Un día después de la protesta, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo aseguró que su gobierno “está trabajando” para pacificar el estado. Detalló que la estrategia de seguridad en la entidad incluye la presencia permanente del Ejército, la Guardia Nacional y la Marina, además de sesiones quincenales del gabinete de seguridad en Sinaloa.

Reconoció que entre abril y julio los índices de violencia aumentaron, pero afirmó que en agosto hubo una disminución gracias a un reforzamiento de las operaciones. “Hay muchas detenciones y vamos a ir pacificando Sinaloa”, sostuvo.

El gobernador Rubén Rocha Moya admitió que la paz aún no se ha conquistado en Sinaloa y respaldó a quienes participaron en la marcha del 7 de septiembre.

“No tengo más que decir: efectivamente no tenemos paz en Sinaloa, todavía no la hemos conquistado, tienen razón los que se manifestaron ayer”, señaló en su conferencia semanera.

Rocha agregó que la protesta mostró un ambiente de libertades en el estado: “Mi reconocimiento a los hombres y mujeres que participaron en la marcha, todos queremos la paz”, dijo.

Estrategia de seguridad y militarización en Sinaloa

La estrategia de despliegue militar y operativos punitivos ha generado resultados parciales, como detenciones y decomisos de drogas, pero no ha conducido a una pacificación efectiva. Tan solo entre julio y agosto de este año han sido desplegados más de dos mil elementos de las Fuerzas Armadas en Culiacán, y durante el último año se estima que más de 10 mil 450 elementos han transitado por Sinaloa.

“Más militares simplemente suponen más violencia. La pacificación no se logrará si no se desmontan las redes de colusión entre crimen organizado y actores políticos”, afirma Vargas.

Además, advirtió que la falta de desmontaje de las gobernanzas criminales locales y la debilidad institucional impiden crear condiciones reales de seguridad.

Del secuestro del Mayo a la cancelación del Grito en 2024

El 25 de julio de 2024, Ismael “El Mayo” Zambada fue citado por Joaquín Guzmán López en una finca de Culiacán. Lo que parecía una reunión de mediación terminó en traición: Zambada fue secuestrado y entregado a Estados Unidos, generando la ruptura definitiva dentro del Cártel de Sinaloa.

Desde entonces, los Chapitos y los Mayos se disputan el control territorial de forma abierta, marcando el inicio del conflicto que hoy se cumple un año.

“La caída del Mayo marcó el fin del Cártel de Sinaloa como lo conocíamos. Lo que hoy existe es una guerra interna por el control del territorio”, dice Vargas.

La violencia alcanzó su punto crítico durante las fiestas patrias. Ante balaceras y enfrentamientos en Culiacán, el gobernador Rubén Rocha Moya canceló el grito de independencia del 15 de septiembre de 2024, sustituyéndolo por un evento restringido dentro del Palacio de Gobierno, al que solo asistieron escolta, banda de guerra y gabinete.

Solo entre los días 9 y 10 de septiembre se registraron:

  • 16 robos de vehículos
  • 14 desapariciones forzadas (dos víctimas localizadas)
  • 9 homicidios

Además, dos mujeres resultaron heridas por disparos en un camión público. Instituciones educativas suspendieron clases y actividades cívicas, y medios documentaron enfrentamientos armados en espacios públicos.

La violencia se relaciona con la disputa entre facciones del Cártel de Sinaloa, tras la captura de Ismael ‘El Mayo’ Zambada en Estados Unidos el 25 de julio de 2024, lo que detonó la confrontación entre Los Chapitos y el grupo de Mayito Flaco.

“El conflicto ha mostrado la dificultad de mantener acuerdos formales e informales, dejando espacio a que los conflictos se diriman de forma violenta”, explicó el especialista.

Tras un año de guerra, ¿cómo se vivirá el 15 de septiembre de 2025 en Sinaloa y qué medidas tomará el gobierno para garantizar la seguridad de los ciudadanos?

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Comentarios

1 comentario en la nota: Un año de guerra en Sinaloa: ciudadanos exigen paz mientras los homicidios y desapariciones aumentan


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  1. Danae dice:

    😞…💛💛💛