La brecha de género en México ha sido cerrada más de tres cuartas parte, pero aún enfrenta importantes retos en participación económica y salarios justos para alcanzar una igualdad plena.
La brecha de género en México ha registrado avances significativos en los últimos años, situando al país en el puesto 33 a nivel mundial según el reporte “Global Gender Gap 2024” del Foro Económico Mundial. México ha cerrado un 76.8 por ciento de su brecha de género, logrando su puntaje más alto desde que inició la medición en 2006. Sin embargo, a pesar de estos progresos, persisten desafíos importantes en materia de participación económica y acceso equitativo a ingresos.
México y América Latina: líderes en avances
América Latina y el Caribe se posicionan como la tercera región con mayor paridad de género a nivel mundial, con un puntaje promedio del 74.2 por ciento. Desde 2006, la región ha reducido su brecha en 8.3 puntos porcentuales, destacándose como la que más ha avanzado en términos de participación económica y oportunidades.
Datos destacados de la región:
- Paridad económica: La región alcanzó su mayor puntaje histórico (65.7 por ciento) en 2024, con países como Perú, Jamaica, Bolivia y Barbados superando el 80 por ciento de participación laboral femenina.
- Educación: 100 por ciento de los países alcanzaron la paridad en matrícula de educación terciaria.
- Salud: Se mantiene una paridad casi total (97.6 por ciento) en el índice de salud y supervivencia.
- Política: Nicaragua y México lideran en representación parlamentaria femenina, con una paridad del 100 por ciento.
Brecha de género en México: datos clave
El progreso de la brecha de género en México se debe principalmente a mejoras en participación económica y empoderamiento político. Estos son los principales indicadores:
- Participación política:
- Mujeres y hombres tienen igual representación en el Congreso mexicano (100 por ciento de paridad).
- Se ha cerrado un 72.7 por ciento de la brecha en cargos ministeriales.
- Educación y salud:
- Paridad total en matrícula de educación secundaria y terciaria.
- Paridad total en la proporción de sexos al nacer.
- Participación económica:
- Paridad del 61.2 por ciento en oportunidades económicas.
- El 98.1 por ciento de los roles profesionales y técnicos están ocupados por mujeres en paridad con los hombres.
- Liderazgo femenino en altos cargos alcanza un 63.3 por ciento.
Brechas persistentes: el reto económico
A pesar del progreso, las mujeres mexicanas siguen enfrentando barreras económicas:
- Ingresos: Las mujeres ganan menos que los hombres en todos los sectores económicos.
- Participación laboral: Aunque ha aumentado en más de 10.3 puntos desde 2006, la tasa de participación femenina se mantiene en 60.6 por ciento, aún por debajo de la masculina.
- Desigualdad en cargos directivos: Si bien el 63.3 por ciento de los altos cargos son ocupados por mujeres, existe una amplia variación entre sectores y estados.
Los países líderes y rezagados en la región
En América Latina y el Caribe, la diferencia entre los países con mayor y menor paridad es de 11.6 puntos porcentuales:
- Mejor desempeño:
- Nicaragua: 81.1 por ciento de paridad.
- Barbados: 86.6 por ciento de paridad en ingresos.
- Peor desempeño:
- El Salvador: 69.5 por ciento de paridad.
- Belize: solo 15.6 por ciento de representación femenina en el parlamento.
¿Qué sigue para cerrar la brecha?
Expertos señalan que México debe centrar sus esfuerzos en:
- Reducir la brecha salarial:
- Implementar políticas de igualdad salarial para trabajos de igual valor.
- Fomentar la participación laboral femenina:
- Crear programas de apoyo para madres trabajadoras y aumentar las opciones de cuidado infantil.
- Impulsar más liderazgos femeninos en la iniciativa privada:
- Incentivar cuotas de género en consejos directivos y altos cargos.
Un camino positivo en la brecha de género en México
El avance de la brecha de género en México es innegable. Desde 2006, el país ha reducido su desigualdad en 12.2 puntos porcentuales, y las mujeres han duplicado su participación en educación secundaria y terciaria. Sin embargo, la igualdad económica aún está lejos de ser alcanzada, y será necesario mantener un esfuerzo sostenido para garantizar que los avances políticos y educativos se traduzcan en oportunidades reales en el mercado laboral.
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