El número de niñas y niños atendidos en las estancias infantiles en México a cargo del gobierno federal ha disminuido en 12.83 por ciento entre 2016 y 2022. El número de estancias y el presupuesto ejercido en ellas también ha disminuido en 5.16 por ciento y 39.3 por ciento respectivamente, dejando en abandono a estos programas que podrían sacar de la pobreza de tiempo a las mujeres.

¿Las estancias infantiles en México son necesarias? Montserrat Hernández, de 24 años, vive en Nuevo León y tiene tres hijos, el mayor de los cuales tiene cuatro años. Ella trabaja medio tiempo en una sucursal de Oxxo y su esposo trabaja como auditor con “un horario de entrada, pero no de salida”. 

Durante la mañana y parte de la tarde Montserrat se dedica a cuidar a sus hijos, y después trabaja medio turno en la cadena de tiendas de autoservicio. Ella quisiera poder cubrir un turno completo porque “ahorita estamos pagando casa y carro”, como dice en entrevista con Serendipia. 

“Estoy esperando que me acepten en la guardería para poder trabajar un turno completo”, dice Montserrat refiriéndose a una guardería del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ubicada cerca de su casa. Hace cinco meses que sus hijos están en la lista de espera.

Entre 2016 y 2022 el número de estancias infantiles en México disminuyó en 5.16 por ciento: de mil 618 quedaron solo mil 526. En consecuencia, el número de niñas y niños inscritos en estas guarderías también disminuyó: mientras en 2016 había 223 mil 258, seis años después el gobierno reporta 194 mil 613. Esta es una disminución de 12.83 por ciento. 

Pero la disminución de estancias infantiles en México no solo implica ver menos puntos en un mapa. Montserrat necesita trabajar más horas porque actualmente su esposo y ella no alcanzan a cubrir todos los gastos del hogar. Esta situación la ha llevado a tomar decisiones como no regresar a su casa después de dejar a su hijo mayor en el kínder porque “es (gastar) demasiada gasolina”.

Así que espera cerca de la escuela desde las nueve de la mañana hasta las 12 de la tarde. A veces aprovecha esas tres horas para jugar con sus otros dos hijos en un parque cercano o para comprar la despensa en el supermercado. Una vez que llegan a su casa, Montserrat hace los quehaceres pendientes “rápido, porque si no se va el agua” y a las cinco de la tarde llega su suegro, de 74 años, quien ha cuidado a los niños durante estos meses mientras Montserrat trabaja. 

Si Montserrat pudiera inscribir a sus hijos en la guardería del IMSS, tendría más tiempo para trabajar. En este contexto, la joven se enfrenta a la pobreza de tiempo, “la mayor pobreza a la que nos enfrentamos las mujeres y las personas pobres en general, y perpetúa la pobreza de ingresos y la pobreza en salud, de forma que estas poblaciones tienen menos oportunidades”, dice Aura Martínez Oriol, Coordinadora de Información, Asistencia Técnica y Colaboración en la Iniciativa Global para la Transparencia Fiscal (GIFT por sus siglas en inglés).

Montserrat no es la excepción, las estancias infantiles en México les permiten a las mujeres involucrarse en el mercado laboral o desarrollar otras actividades, así como no verse obligadas a decidir entre su desarrollo profesional o el cuidado de su familia”, explica Jorge Cano, investigador de la organización México Evalúa. 

En 2016 había mil 618 estancias infantiles en México a cargo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Seis años después quedaban solo mil 526: una disminución de 5.16 por ciento. En consecuencia, el número de infantes atendidos en estas guarderías disminuyó en 12.83 por ciento entre ambos años. 

En estos espacios de cuidados se encuentra la posibilidad para que las mujeres puedan trabajar y maternar con mayor libertad, refieren las personas entrevistadas para este reportaje. 

Y además del número de estancias infantiles, el presupuesto invertido en estos espacios también se ha reducido en este lapso en un 39.3 por ciento, de acuerdo con el análisis de México Evalúa. 

Puerta abierta a la privatización del cuidado infantil

En 2016 había mil 618 estancias infantiles en México, a cargo del gobierno federal. Mil 375 de ellas eran para derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Y 243 para aquellas personas que cotizan en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

Pero en 2022 la cifra ha disminuido en un  5.16 por ciento, pues había mil 526 estancias. Es decir, 92 de estos espacios han cerrado o dejaron de tener el apoyo directo de estas dependencias para brindar servicios de forma gratuita.

Montserrat Hernández recuerda que, hace unos años, de camino hacia su trabajo había una guardería subrogada del IMSS. Pero le quitaron el apoyo y ahora es un un espacio meramente privado. 

Esto ha reducido el número de niños y niñas inscritos en estas guarderías, en un 12.83 por ciento entre ambos años, de acuerdo con el análisis de Serendipia. Este se realizó a partir de datos abiertos, ubicados en las Memorias Estadísticas del IMSS y solicitudes de información realizadas por ciudadanos al ISSSTE. 

A nivel estatal, las entidades de mayores disminuciones en el número de infantes atendidos son Baja California (37.31%), la Ciudad de México (35.05%) y Tamaulipas (34.60%) y la Ciudad de México (35.05%).

Por otro lado, Tabasco, tierra del presidente Andrés Manuel López Obrador, es de las pocas entidades con un aumento tanto en su número de estancias (22.22%) como en el de infantes inscritos en ellas (20.47%).

En el caso de las personas que no cuentan con seguro del IMSS o ISSSTE existe el Programa para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras, que sustituyó en 2019 al programa de estancias infantiles de la extinta Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

Este nuevo programa, a cargo de la Secretaría de Bienestar, consiste en la entrega directa de mil 600 pesos bimestrales. No obstante, CONEVAL estima que el costo promedio de las actividades de cuidado de una niña y niño menor a 5 años, durante 2022, es de dos mil y un pesos mensuales. 

Con base en el análisis comparativo del diseño de ambos programas se sugiere que el objetivo y las acciones del nuevo apuntan hacia la privatización del cuidado infantil en las familias, así como a la posible invisibilización y devaluación del trabajo de cuidados

En su artículo científico “Hacia la (re)privatización del cuidado infantil en México” la investigadora del Colegio de la Frontera Norte, Silvia López, considera que “al no contar con suficiente dinero para pagar una estancia infantil es probable que las mujeres desistan de participar en el mercado laboral, o bien decidan dejar a sus hijos a cargo de las abuelas como ha sugerido el gobierno mexicano”. 

Montserrat Hernández, por ejemplo, no podría costear un servicio privado de estancia infantil. “Una opción estaba a ocho mil pesos la inscripción y por mes eran mil 500 por los dos [niños]. Y había otra con la inscripción de dos mil pesos; pero cuatro mil pesos [mensuales] por los dos niños”.

Ella ganaba 10 mil pesos mensuales, cuando trabajaba de tiempo completo. Desde que ha esperado un lugar en la guardería de IMSS, recibe 4 mil 800 por medio tiempo de jornada.

Montserrat y su esposo han considerado utilizar su aguinaldo para inscribir a sus hijos en alguno de estos espacios, “estamos viendo si comprar regalos de Navidad o inscribirlos en la guardería”, dice en entrevista con este medio digital.

Espacios de cuidado infantil y maternal

“Si yo tuviera que ponerle el almuerzo (a mi hija), tendría que pararme a las seis de la mañana y ya serían menos horas de sueño”, explica Nicté Luna, comunicadora, académica y madre de Elena. Elena tiene tres años y desde hace uno asiste a una estancia infantil del ISSSTE, en Cuernavaca, Morelos. 

Nancy Valdez, cuidadora en una guardería del IMSS, ubicada en la Ciudad de México, explica que después de cada desayuno o comida se hace una rutina de higiene, “que es lavarles dientes, manos y que ellos hagan del baño. Las actividades recreativas que hacen van desde pintar un dibujo hasta la danza. 

Sin los servicios de una guardería del IMSS que está ubicada en la Ciudad de México, Jazmín Pérez  tendría que renunciar a su empleo como trabajadora social. Ya que no cuenta con nadie que pueda apoyarla con el cuidado de su hija, de tres años. 

Jazmín ha enfrentado críticas por parte de su familia de no poder brindarle cuidados todo el día a su hija. “Pero también he entendido que no puedo renunciar a ser yo, por la maternidad” comparte en entrevista.

Nicté Luna, por su parte, considera que si no contara con la guardería podría ocurrir uno de dos escenarios: “Uno donde yo veo a una Nicté que ejerce académicamente su profesión. Logra éxitos, cumple sueños académicamente al precio del tiempo de la mamá de Nicté”, pues ella sería quién cuidaría a su hija. 

En el otro escenario, frenaría su trayectoria académica. “La tendría que hacer de manera más lenta. No tendría la misma productividad, porque tendría que salir más temprano para estar más presente con Elena”, explica.

Se necesita mucha ayuda de la sociedad que quiere que trabajemos como si no tuviéramos hijos y que criemos como si no trabajáramos”, apunta en entrevista Saraí Rangel, periodista y madre. Saraí usó los servicios de guardería del IMSS por un año en 2022. 

El presupuesto de las estancias también ha disminuido

De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), en 2016 y 2022 se aprobaron para los programas de estancias infantiles en México a cargo del IMSS e ISSSTE recursos por 14 mil 400 y 17 mil 087 millones de pesos, respectivamente. Un aumento presupuestal del 18.65 por ciento.

Sin embargo, el presupuesto ejercido finalmente se redujó en un 39.3 por ciento. En 2016 se ejercieron 26.97 mil millones de pesos (mmdp) en estos programas de cuidado, mientras que en 2022 el gasto fue de 16.37 (mmdp), de acuerdo con cifras estimadas por México Evalúa, ajustadas por inflación. 

“Invertir en las primeras etapas de la vida es más costo-efectivo que atender algunos problemas en las etapas posteriores. Toda la política de Educación Inicial y de los Centros de Atención Infantil debe ir de la mano con la creación de un Sistema Nacional de Cuidados”,  sostiene Tania Beltrán, investigadora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). 

Esta iniciativa de ley para crear un Sistema Nacional de Cuidados está pendiente de aprobación en el Senado de la República desde 2020.

Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda y Crédito Público, señaló en julio de este año que para implementar un SNC se necesitaría invertir entre el 1.2 y el 1.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. La estimación se hizo con base en datos proporcionados por ONU Mujeres México. 

Esta misma organización, señala Beltrán, estimó en 2020 que contar con un Sistema de Cuidados Infantil que sea universal, gratuito y de calidad se requeriría invertir 1.16 por ciento del PIB del año 2019, por cinco años. “Para dimensionar la brecha, actualmente lo que destinamos para cuidado infantil es 0.25 por ciento [del PIB]”, señala la especialista en economía de cuidados.

Por su parte, Jorge Cano investigador de México Evalúa considera que invertir en estancias infantiles en México fortalecería el crecimiento económico. “En el momento en que [las mujeres] tuvieran la capacidad de buscar trabajo y de involucrarse activamente en el mercado laboral beneficiaría también fiscalmente al momento del cobro del IVA o del cobro del ISR”, explica en entrevista con Serendipia.