Huachicol Fiscal

Huachicol fiscal en México: Matamoros concentra la mayoría de los decomisos desde 2019

El huachicol fiscal es la modalidad más sofisticada del robo de combustibles: un esquema que utiliza buques y aduanas para introducir millones de litros sin pagar impuestos.

Por y

8 minutos, 1 segundo

Investigación

El huachicol fiscal es la modalidad más sofisticada del robo de combustibles: un esquema que utiliza buques y aduanas para introducir millones de litros sin pagar impuestos.

¿Qué es el huachicol fiscal? Cuando se habla de huachicol, la imagen inmediata suele ser la de ductos perforados en la oscuridad de la noche, pipas clandestinas o bidones llenos de combustible a pie de carretera. Pero hay un esquema mucho más sofisticado, silencioso y letal para las finanzas del país: el huachicol fiscal. Un esquema de contrabando masivo de combustibles que opera con complicidad institucional y una maquinaria financiera que termina minando los ingresos tributarios del país.

Roban combustible
El combustible es llevado a USA
Introducen el combustible a USA y lo legalizan
Llega a refinería en USA
Evaden impuestos
El combustible regresa a México

El huachicol fiscal comienza igual que el huachicol tradicional: con la perforación de ductos de Pemex. Grupos delictivos identifican puntos vulnerables en la red de transporte de combustibles y extraen diésel o gasolina de manera clandestina. Esta etapa requiere conocimiento técnico y, en muchos casos, información privilegiada sobre la ubicación y operación de los ductos, que puede provenir de funcionarios corruptos.

Una vez que el combustible ha sido sustraído, se almacena en grandes contenedores o pipas diseñadas para cruzar la frontera. Estos cargamentos no viajan como “gasolina” o “diésel” en los papeles; se documentan con descripciones genéricas o se declaran como otro tipo de aceites industriales para evitar el pago de impuestos y pasar desapercibidos en los filtros aduanales.

Para que el cargamento pase sin problemas, es común que integrantes del crimen organizado se reúnan con funcionarios de aduanas, militares o agentes de comercio exterior. Aquí se negocia el tipo de mercancía que aparecerá en los documentos oficiales y se acuerdan las fracciones arancelarias con las que se registrará la carga. Esta complicidad es clave para mover grandes volúmenes sin levantar sospechas.

Ya dentro del territorio estadounidense, el combustible robado se dirige a refinerías o instalaciones de almacenamiento. En este punto se “legaliza” el producto, cambiando la documentación para hacerlo pasar como si fuera un aceite industrial o un combustible importado legítimamente. El objetivo es “blanquear” su origen ilegal antes de ingresarlo de nuevo a México.

Antes de volver a cruzar la frontera, se realiza otra negociación con funcionarios y agentes aduanales para definir la nueva clasificación del producto. Se declara con códigos arancelarios distintos a los de la gasolina o el diésel para evitar el pago del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que puede sumar varios pesos por litro. Así, el combustible regresa a México como si fuera otro tipo de mercancía.

Finalmente, el combustible vuelve a entrar a México con documentación falsa, sin pagar los impuestos que deberían aplicarse y sin aparecer en los registros oficiales como gasolina o diésel.

Una vez dentro, es vendido a gasolineras, flotillas de transporte o intermediarios a precios más bajos que el mercado formal, generando enormes ganancias para el crimen organizado. Pero para el gobierno mexicano significa una pérdida de alrededor de 170 mil millones de pesos anuales.

El 19 de marzo de 2025, el Gabinete de Seguridad aseguró 10 millones de litros de diésel en el puerto de Tampico, Tamaulipas. En la operación participaron la Secretaría de Marina (Semar), la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la Fiscalía General de la República (FGR) a través de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa) y la Guardia Nacional (GN).

El diésel asegurado en marzo se encontraba a bordo del buque Challenge Procyon, procedente de Beaumont, Texas, y entró a México como aditivos para aceites lubricantes para evitar pagar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y después venderlo en México. La empresa encargada de importar el combustible posteriormente declaró que la carga real era de aproximadamente 20 millones de litros, el doble de lo reportado por el Gabinete de Seguridad, según informó Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) en mayo.

Esta práctica, bautizada como huachicol fiscal, “no es otra cosa más que el contrabando de combustibles“, dice Gonzalo Monroy, experto en Energía especializado en México y Norteamérica. Según detalla, siempre ha existido, principalmente en las zonas fronterizas, pero solía ser una actividad de baja escala.

“Era común ver que esto pasaba con una pipa de 20 mil litros, quizá una vez al mes. Sin embargo, a partir de 2022 y sobre todo en 2023, el fenómeno se disparó, pasando de volúmenes modestos a operaciones que hoy se miden en millones de litros”.

Gonzalo Monroy, experto en Energía

El combustible asegurado en Tampico refleja solo una parte del problema, porque el contrabando de combustibles no se limita a buques. Una parte significativa de los hidrocarburos ilegales llega a México por vía terrestre, a menudo camuflados como otros productos, lo que convierte a ciertas regiones del país en puntos estratégicos para estas operaciones.

Tamaulipas se ha convertido en un punto recurrente para el huachicol fiscal. Desde 2019, en la aduana de Matamoros han sido decomisados un millón 946 mil 425 litros de hidrocarburos, consolidándola como la aduana con mayor volumen de decomisos en los últimos seis años, según la información proporcionada por la Agencia Nacional de Aduanas a la solicitud de información con folio 332746525000160, consultada por Serendipia en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT).

El volumen de hidrocarburos decomisados en la aduana de Matamoros es el 66.94 por ciento de los dos millones 907 mil 531 litros decomisados en ese periodo en todas las aduanas del país.

Decomisos de huachicol fiscal en aduanas mexicanas

Fuente: Solicitud de acceso a la información pública con folio 332746525000160 dirigida a la Agencia Nacional de Aduanas de México, consultada en la Plataforma Nacional de Transparencia.

Otros puntos con decomisos de huachicol fiscal registrados desde 2019 son la aduana de Mexicali (Baja California), la de Sonoyta (Sonora), la de Ciudad Juárez (Chihuahua), la de Colombia (Nuevo León) y las de Nuevo Laredo y Reynosa (Tamaulipas).

Además, según estos datos, entre 2019 y abril de 2025 fueron registrados 58 decomisos de huachicol fiscal en las aduanas del norte de México. De acuerdo con la respuesta a la solicitud de información, en ninguno de estos 58 casos hubo personas detenidas.

En Matamoros han sido decomisados gasolina, diésel, aceite diésel gasóleo y otros combustibles, pero hay otras aduanas, como la de Mexicali (Baja California) en donde solo ha sido reportado el decomiso de diésel y la de Colombia, en Nuevo León, en donde solo se reporta un decomiso de gasolina en enero de 2025.

La base de datos de la Agencia Nacional de Aduanas muestra que la gasolina es el combustible más decomisado en las aduanas mexicanas, seguido por el diésel y el aceite ligero. 

Decomisos por aduana por tipo de combustible (litros)

Fuente: Solicitud de acceso a la información pública con folio 332746525000160 dirigida a la Agencia Nacional de Aduanas de México, consultada en la Plataforma Nacional de Transparencia.

Monroy explica la magnitud del fenómeno: “La gente usualmente cree (esto afecta) a Pemex, pero no, nos pega más que nada al Sistema de Administración Tributaria (SAT).” Además, advierte sobre cómo estos combustibles decomisados se integran en redes de comercialización: “Lo vemos en todas las áreas, a veces en gasolineras establecidas, que muchas veces son fachada del crimen organizado, y ahí se vende este producto; otra parte se ofrece directamente a empresas transportistas o de flotillas para autoconsumo.”

El experto subraya que este esquema no solo representa un desafío legal y operativo, sino un golpe directo a los ingresos tributarios del país, al permitir que grandes volúmenes de combustible ingresen al mercado sin pagar impuestos, generando competencia desleal y pérdidas significativas para el Estado.

Opacidad y patrones de decomisos: la dificultad de rastrear el huachicol fiscal

En su primer informe de gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo reportó que entre el 1 de octubre de 2024 y el 30 de junio de 2025 fueron detectados dos mil 937 casos de contrabando de hidrocarburos. De acuerdo con el documento, la identificación de este combustible “permitió su correcta clasificación arancelaria, contribuyendo significativamente al incremento de la recaudación fiscal”.

Los detalles sobre esos dos mil 937 casos, como en dónde ocurrieron, qué volumen de hidrocarburos fue identificado o qué tipo de combustible entraría de manera ilegal al país no son públicos. Por lo tanto, hasta ahora es imposible divulgar información más precisa sobre estos operativos. 

El gobierno de México no cuenta con una base de datos pública que permita consultar información sobre el huachicol fiscal, incluyendo litros incautados o el posible daño al erario. Lo poco que se conoce proviene de solicitudes de información (como la citada en esta investigación) y de estimaciones realizadas por expertos o firmas especializadas. Los escasos datos públicos disponibles para su consulta muestran un incremento notable de huachicol fiscal en 2022 y 2023, tras un período de casi nula actividad durante la pandemia de COVID-19. 

Decomisos por mes (litros) por aduana

Fuente: Solicitud de acceso a la información pública con folio 332746525000160 dirigida a la Agencia Nacional de Aduanas de México, consultada en la Plataforma Nacional de Transparencia.

Los datos proporcionados por la ANAM muestran un pico de decomisos durante mayo de 2025 en la aduana de Matamoros, Tamaulipas. La segunda incautación más grande se registró en abril de 2021 en Mexicali, y la tercera, en diciembre de 2022 en Reynosa.

Además, los registros indican que las aduanas de Mexicali, Reynosa, Nuevo Laredo y Colombia han presentado decomisos aislados, concentrados en un solo mes de un año específico, sin repetición posterior. En contraste, las aduanas de Matamoros, Ciudad Juárez y Sonoyta muestran incautaciones recurrentes en distintos meses y años.

Total de decomisos por mes y aduana

Total de decomisos:

Fuente: Solicitud de acceso a la información pública con folio 332746525000160 dirigida a la Agencia Nacional de Aduanas de México, consultada en la Plataforma Nacional de Transparencia.

Según Gonzalo Monroy, consultor en el sector energético, durante la pandemia “el mundo se paró” y, como consecuencia, el contrabando de combustibles prácticamente desapareció. Sin embargo, a partir de 2022 y 2023, con la recuperación de los precios internacionales y la eliminación de subsidios, el fenómeno del huachicol fiscal volvió a incrementarse, mostrando una expansión significativa de este ilícito: “a partir del año 2022, entrando sobre todo el 2023, pasa (el huachicol fiscal) de algunos miles a millones de litros”.

Las rutas del huachicol fiscal

El reciente escándalo que involucra a dos sobrinos políticos del exsecretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, y otros altos mandos castrenses ha puesto al descubierto la participación directa de funcionarios de alto rango en esta red.

Esto contradice la lógica bajo la cual el expresidente López Obrador decidió poner a las Fuerzas Armadas al frente de tareas de seguridad. El exmandatario aprovechó la idea “de que el ejército y que la Marina eran incorruptibles (…) como son militares, ellos no se van a corromper”, dice Monroy. Pero esa creencia no tenía sustento, dice el experto. 

“Ya no estamos ante bandas de huachicoleros improvisados. Esto es crimen organizado de cuello blanco, con vínculos políticos, empresariales y militares”. Gonzalo Monroy, experto en Energía.

Además de una red de complicidades, el huachicol fiscal necesita una ruta. La base de datos de la ANAM muestra que la más utilizada es la de Estados Unidos-México, seguida por Canadá México y, en último lugar, el contrabando dentro del propio país. 

Decomisos de huachicol fiscal: Aduana → Ruta → Tipo de Combustible

Fuente: Solicitud de acceso a la información pública con folio 332746525000160 dirigida a la Agencia Nacional de Aduanas de México, consultada en la Plataforma Nacional de Transparencia.

Según estos datos, la aduana de Sonoyta fue la única en donde el huachicol fiscal provenía de dentro de México, mientras que en la de Mexicali fue incautado combustible proveniente de Canadá. En el resto de las aduanas, los hidrocarburos venían de Estados Unidos. Desde 2019, por estas rutas han circulado casi tres millones de litros de combustibles que pretendían ser introducidos al país sin pagar impuestos para después ser comercializados aquí, perjudicando la recaudación fiscal. ¿Cómo llegaron esos casi tres millones de litros a las pipas y buques? ¿Quiénes fueron los funcionarios que lo permitieron? Estas son respuestas que el gobierno mexicano aún no responde, al menos de manera pública.  

El huachicol fiscal combina corrupción institucional, operaciones transnacionales y redes de crimen organizado de alto nivel. Las cifras de decomisos y las investigaciones realizadas muestran que el contrabando de hidrocarburos ha alcanzado dimensiones millonarias, involucrando aduanas, funcionarios públicos y empresas, y poniendo en evidencia la sofisticación con la que se mueve este ilícito. La participación de personal de alto rango, como se ha visto en recientes escándalos, rompe con la idea de que las fuerzas armadas eran inmunes a la corrupción y refleja que el huachicol fiscal se ha convertido en un negocio de cuello blanco con enormes ganancias económicas y repercusiones directas en las finanzas del país.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades, la opacidad de los datos y la falta de información pública sobre los volúmenes reales, rutas y actores involucrados dificultan la tarea de controlar este delito. Mientras tanto, las aduanas estratégicas del norte del país, como Matamoros, Mexicali y Reynosa, siguen siendo puntos clave para el contrabando de combustible, y el flujo de hidrocarburos ilegales continúa generando pérdidas millonarias al erario y competencia desleal para el mercado legal. El huachicol fiscal demuestra que la lucha contra el contrabando y la corrupción requiere no solo decomisos y operativos, sino también transparencia, vigilancia institucional y estrategias que desarticulen las redes detrás de este negocio ilícito.


Con información de Fernanda Izúcar.

Serendipia es una iniciativa independiente de periodismo de datos. Puedes apoyarnos compartiendo nuestras notas, suscribiéndote en YouTube o ayudarnos de otras maneras .

Comentarios

1 comentario en la nota: Huachicol fiscal en México: Matamoros concentra la mayoría de los decomisos desde 2019


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


  1. Danae dice:

    Muchas gracias por la información y felicidades por tan excelente trabajo de investigación y presentación.. Bravísimo Serendipia 💛💛💛