Estos productos subieron de precio en 2024: desde la ensalada de chayote hasta el jugo de naranja, ¿qué está pasando en el campo mexicano?
El señor toma dos chayotes. Reyna los pesa y le dice: “son 60 pesos”.
“En esta tienda todo está más caro”, el señor deja los chayotes sobre las monedas regadas de Reyna.
En julio de 2024, la Verdulería Reyna dejó de surtir chayote porque estaba a cien pesos el kilo.
“La naranja llegó a $60”, dice Reyna mientras despacha. El costal se quedó lleno hasta fermentar y
tuvieron que tirarlo.
En julio de 2024, el chayote alcanzó su precio máximo en los registros del INEGI, con un incremento de hasta 419 por ciento respecto al precio de 2019. Otras dos hortalizas también padecieron un incremento descomunal en México: la cebolla y la naranja, como el costal de Reyna. Pero, ¿en quién recae la responsabilidad de que estén subiendo los precios de la verdura mexicana?
Es verdad: los productos subieron de precio en 2024. Las razones van desde la inflación en los bienes agropecuarios, las lluvias abundantes y la sequía extrema, hasta el “cobro de piso” del crimen organizado para los productores mexicanos. El pico de gallo, el jugo de naranja y la ensalada de chayote representaron un lujo para los mexicanos este año.
En la verdulería “Reyna” de la ciudad de Puebla, el chayote alcanzó los cien pesos por kilo durante julio. Pero pagar esa cantidad por cuatro chayotes de 250 gramos no es conveniente para una gran parte de los consumidores mexicanos, considerando que el salario mínimo diario es de 248.93 pesos este año.
Con su experiencia de 20 años en la verdulería, Reyna y su esposo dejaron de comprar chayote porque “no se iba a vender”. En julio, solo compraron dos kilos que “apenas” fueron saliendo, uno por uno, porque comprarlo completo era excesivo para sus clientes. Mientras despacha, Reyna recuerda que hace “mucho tiempo” vendía el kilo de chayote a ocho o diez pesos.
Pero los años siguen pasando, y como dicen los clientes de la verdulería Reyna, “todo está más caro” y los productos subieron de precio. En 2024, las hortalizas como el chayote, la cebolla y la naranja ya alcanzaron los costos más altos del registro histórico de precios del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Entre junio y julio, el kilo de naranja llegó a sesenta pesos en la verdulería de Reyna. Como nadie la compró, su costal fermentó hasta pudrirse y tuvo que deshacerse de él.
Entonces, ¿fue la verdulería, el cultivo o el gobierno? Serendipia realizó un análisis de los datos de precios del INEGI, así como el historial de sequía y lluvias del Sistema Meteorológico Nacional (SMN) de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
Y con los datos, ¿es posible hallar la relación entre los fenómenos naturales y el incremento de precios en las frutas y verduras mexicanas? Para responder esta pregunta, es crucial comprender que la agricultura en México no depende exclusivamente de sus determinantes naturales.
De acuerdo con el ingeniero en agrobiotecnología y maestro en desarrollo e innovación rural por la Universidad de Wageningen en Holanda, Carlo Núñez Aguilera, hacer un diagnóstico del incremento de los precios en México a partir de un solo aspecto, como la sequía, es “intentar diagnosticar la enfermedad a partir de estudiar un solo síntoma”, dijo en entrevista con Serendipia.
Según CONAGUA, el sector agrícola consume entre el 68 y el 70 por ciento del agua útil en México. Y si tiene casi tres cuartas partes de las concesiones del país, ¿por qué los productos subieron de precio?, ¿no es suficiente para solventar las necesidades de producción del chayote y la naranja?
No fue casualidad: el chayote alcanzó su precio más alto en julio de 2024
Cuando la verdulería Reyna dejó de vender chayotes en julio de 2024, el INEGI registró el precio histórico más alto para esta hortaliza. El municipio de Izúcar de Matamoros en Puebla lideró la lista con un costo promedio de 90 pesos el kilo.
Precios de productos en México
Linea Nacional
Linea Estatal
Cinco años antes, en julio de 2019, el precio del chayote en Puebla fue de 17.4 pesos, en promedio. Esto representa un incremento de 414 por ciento en los precios de 2024. Pero no se trata de un evento aislado. Al contrastar los registros desde enero, Puebla tuvo de sequías moderadas a severas hasta julio de 2024, cuando se registró el precio máximo del chayote.
- A diferencia de años anteriores, en los que se registraron niveles de “anormalmente seco”, el estatus más bajo en las categorías de sequía de CONAGUA.
Entonces, ¿la responsabilidad recae en las sequías del país? De acuerdo con el especialista, la sequía generalizada en el país sí fue un aspecto importante entre las causas del incremento en los precios “sin duda, el agua es una parte fundamental de todos los procesos agropecuarios, pero no es la única. Y la realidad es que el apuntar a la sequía como la única fuente de negativos para la cadena agropecuaria no es certero”.
¿Y cuáles son esas otras fuentes? Desde las políticas de cultivo hasta los costos de producción y el crimen organizado, estos elementos también son críticos en el análisis de los cultivos mexicanos, explica Núñez.
Desde la ensalada hasta el jugo de naranja, estos productos subieron y fueron un lujo
El agua, la sequía y las políticas públicas dependen una de la otra para entender algo que parecería tan cotidiano como un jugo de naranja. Según los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), se necesitan hasta 50 litros de agua para producir una sola naranja. Ahora, imagina el costal podrido de la Verdulería Reyna.
“Las pérdidas de frutas y hortalizas representan un despilfarro de recursos crecientemente escasos como el suelo y el agua”, dice el reporte de la Fao. Y no solo es el uso exorbitante de litros de agua para la producción de los insumos, también se debe contemplar la cantidad “considerable” de frutas y hortalizas que son perfectamente aptas para el consumo, pero se desperdician en su recorrido por el sistema alimentario debido a irregularidades estéticas o físicas.
¿Y esto qué tiene que ver con el incremento en los precios de los productos mexicanos? Empecemos con dos aspectos: el uso del agua y la cadena del sistema alimentario.
Existe un proceso sistémico en los gastos de la siembra. Para Carlo Núñez, referirse a “el campo” en México es ambiguo, ya que hay productores de diversos tipos de hortalizas, con distintas tecnologías y procedimientos. Sin embargo, es posible dividir los costos de los cultivos en cinco aspectos:
- La siembra: inicia desde que se adquiere la planta o semilla hasta sembrarla.
- La fertilización del cultivo.
- El proceso y método de riego.
- Atención y labores culturales, que consisten en quitar malezas y supervisar el crecimiento.
- La cosecha y comercialización de las hortalizas.
Una vez identificados los puntos, ¿en qué medida repercute el uso del agua y la sequía en la distribución y que los productos subieron de precio?
Recordemos que la agricultura es responsable de aproximadamente el 70 por ciento del consumo de agua dulce en México. Para la FAO, la falta de agua implica una reducción en la cantidad disponible para la producción agrícola, que a su vez afecta la oferta de alimentos y pone en riesgo la seguridad alimentaria y la nutrición de los mexicanos.
Pero si no existen políticas públicas que garanticen el aprovechamiento del agua en los sistemas agropecuarios, que ocupan casi tres cuartas partes del agua nacional, se está “metiendo el pie en las grandes operaciones agrícolas del país”, explica Núñez.
En el caso de la naranja, la variación más significativa en los precios de 2024 se registró en Fresnillo, Zacatecas. En julio, el cítrico alcanzó un precio de venta de 45.95 pesos por kilo. Esto es 394 por ciento mayor a los 9.3 pesos que costaba en julio de 2019.
Al comprar y pelar una naranja, los cuerpos se nutren de un complejo trayecto de semillas y políticas agropecuarias. El hecho de que se fermenten en la verdulería por estar encarecidas, hasta que se pudren y no queda otra opción que tirarlas junto con muchos otros desperdicios, es una muestra de que existe un eslabón herido en la cadena alimenticia del país.
¿Qué tienen que ver las políticas públicas con el pico de gallo? Los productos para prepararlo subieron de precio
En julio, la ensalada de chayote y el jugo de naranja fueron más caros. Pero la tercera hortaliza que padeció el mayor incremento en México durante 2024 respecto a sus años previos, es un ingrediente esencial para gran parte de los platillos típicos mexicanos: la cebolla.
Es difícil imaginar la cultura culinaria del país sin añadir cebolla. Pero en julio de 2024, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó el reporte de cierre de inflación en el país para la primera quincena de julio. La cebolla fue el tercer producto con mayor incremento de precios en México, solo debajo del aguacate y los transportes aéreos.
Cabe mencionar que dicha lista incluye los primeros diez productos con mayor incremento de precios durante la quincena.
- Tres de ellos son casi lujosos: viajar en avión, tener una vivienda propia y contratar servicios turísticos en paquete.
- Los siete restantes, que ocupan los primeros lugares, son hortalizas de la canasta básica: cebolla, chayote, naranja, aguacate, plátanos, chile serrano y lechuga.
En julio de 2024, hacer una ensalada en México tuvo una inflación con proporciones similares a la que incrementó tomar un viaje aéreo o ir de vacaciones.
De acuerdo con los datos del INEGI, en 2024 la cebolla alcanzó precios superiores a los 53 pesos por kilo, en promedio. Esta es la tercera hortaliza que más se produce en el país, ocupando el 9.4 por ciento de la producción nacional de hortalizas, según el Gobierno de México.
Entonces, ¿importa que los precios estén superando los máximos históricos? y principalmente, ¿qué ha hecho el gobierno al respecto?
Durante el sexenio del ex presidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), el gobierno de México estableció un objetivo prioritario: el apoyo a los “pequeños productores”.
Con una serie de programas sociales y la repartición de recursos económicos y materiales a los trabajadores del campo, el gobierno de López Obrador buscó impulsar la actividad primaria sostenible “con una transformación en las actividades productivas y los sistemas alimentarios”.
Entre dichos programas prioritarios, Carlo Núñez destaca Sembrando Vida y Fertilizantes para el Bienestar. Los objetivos de ambos coinciden en la entrega de apoyo económico, así como de semillas y fertilizantes a agricultores mexicanos para la producción de alimentos. Pero ¿la agricultura mexicana ha mejorado? Y si lo ha hecho, ¿por qué los precios de las hortalizas básicas alcanzaron su máximo histórico en 2024?
Los programas sociales no son suficientes para que los productos no suban de precio: el campo mexicano necesita tecnología
De acuerdo con la la Evaluación de Impacto Cualitativa del Programa Sembrando Vida del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), las transferencias económicas sí han mejorado los ingresos de las personas beneficiarias en el campo. Sin embargo, este beneficio sigue siendo mínimo a comparación de sus necesidades más básicas, como la alimentación, la educación y el fortalecimiento de los tejidos sociales.
“Para aquellas en condiciones de mayor vulnerabilidad se identificó que, aún recibiendo la transferencia, su condición no ha cambiado”, explica el informe. Y algunos factores que continúan siendo preocupantes en estos casos fueron:
- El elevado número de integrantes del hogar.
- Menores fuentes de recursos complementarios a los montos que les otorga el programa.
Esto significa que, efectivamente, los programas sociales para el campo mexicano han mejorado aspectos en la vida de sus beneficiarios. Pero sus pequeños negocios no están creciendo, y no se ha estimado una estrategia para que se “gradúen” de estas transferencias, “asegurando que pasen de la dependencia del apoyo continuo a la autosuficiencia”.
Para el especialista en desarrollo rural, la inversión del gobierno en la agricultura y las políticas públicas son insuficientes. Y añadiendo problemas fundamentales, como la sequía, los principales actores en la cadena de valor de los alimentos mexicanos están en crisis.
Cuando los productos agrícolas pasan del campo a la mesa del consumidor, hay varios intermediarios que participan en el proceso de venta. Y en cada etapa de la cadena de distribución, el precio del producto incrementa. Por ejemplo:
- El productor en el campo recibe 2 pesos por cada kilo de un producto.
- El recolector o primer intermediario lo vende por 4 pesos.
- El mayorista lo vende por 8 pesos.
- Al llegar al mercado o a la ciudad, el precio final puede ser de 36 pesos.
Núñez explica que este aumento del precio no se debe “satanizar” (no debe verse como algo negativo) porque es gracias a los intermediarios que el producto llega a los mercados y se distribuye en las canastas de cada mexicano, como en la Verdulería Reyna.
El gran problema “es que se juegan las reglas del capitalismo (es decir, se permite que haya libre competencia y mercado) sin tener todo lo demás bajo reglas del capitalismo”, explica el especialista.
Desde la sequía hasta el crimen organizado, ¿por qué los productos subieron de precio en México?
“La realidad es que la sequía, sin duda, nos va a afectar; tiene un efecto acumulativo”, aunado a esto, “se ha negado completamente invertir en la tecnificación del uso del agua en este país, ahí están las causas”.
Pero en la gran imagen, la tecnología para combatir la sequía es solo una parte del catálogo de motivos por los que los productos subieron de precio en México.
Es verdad, si el sector agrícola tiene hasta el 70 por ciento del agua nacional sin las tecnologías adecuadas para aprovecharla, “apuntar solo a la sequía es una manera sencilla de decir que toda la culpa está de ese lado y no la carencia de la capacidad productora en México” expresa Núñez Aguilera.
Y la producción no se detiene en las tecnologías de riego. Dentro y fuera del campo, es crucial garantizar la seguridad de los agricultores y transportistas que llevan las hortalizas a los mercados que conocemos. Incluso aquellas que exportamos.
Un ejemplo de la inseguridad en el campo se registró la noche del 14 de junio de 2024, cuando dos trabajadores del del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (APHIS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos fueron secuestrados en el estado de Michoacán.
El 18 de junio, las autoridades estadounidenses emitieron la suspensión de actividades de importación y exportación de aguacate en Michoacán, hasta que el Estado mexicano pudiera garantizar la seguridad de sus trabajadores.
Y el mismo día que se publicó el comunicado de la suspensión de importaciones por parte de Estados Unidos, la embajada emitió una alerta de seguridad a sus ciudadanos y turistas estadounidenses en México, solicitando que no viajaran a Michoacán por “peligro de crimen organizado y secuestro”.
- Para julio de 2024, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) anunció un incremento del 40 por ciento en el precio del aguacate, responsabilizando al crimen organizado y la suspensión de exportaciones para Estados Unidos en Michoacán.
Entonces, ¿quién es responsable de que los productos subieran de precio? Los pequeños productores del campo “no tienen poder para influir en los precios o negociar con los grandes actores del mercado” y esto se debe a que no tienen suficiente volumen de producción, seguridad y recursos para competir con los grandes actores comerciales.
Para Núñez, la soberanía y educación para atender el campo mexicano es fundamental. No solo desde los programas sociales para mejorar la calidad de vida de los agricultores, sino desde las entrañas del campo. Empezando por lo más básico: verdaderas políticas de producción y protección.
Excelente investigación.. 💛💛💛