El asesinato de una familia en Culiacán ocurrió mientras el gobernador Rocha Moya aseguraba que “en Sinaloa se vive perfectamente”. Alexander y Gael tenían solo 9 y 12 años. 

El asesinato de una familia en Culiacán el 19 de enero contrasta con las declaraciones del gobernador de Sinaloa. La misma semana que el gobernador del estado de Sinaloa, Rubén Rocha Moya dijo que “en Sinaloa se vive perfectamente bien” y que es un estigma que el estado sea violento, un padre y sus dos hijos de nueve y 12 años fueron brutalmente asesinados. 

Era la madrugada del domingo 19 de enero cuando Antonio Jesús de 40 años transportaba a sus dos hijos y a su sobrino, Gael, Alexander y Adolfo. A la 1 de la madrugada, un grupo de hombres armados los atacaron a balazos dentro de su propia camioneta. Antonio y sus dos hijos murieron, y su sobrino sigue en estado de gravedad. 

A pesar de la tranquilidad y el “bienestar” que ha presumido el gobernador Rocha Moya, la ola de violencia en Sinaloa persiste. Solo del 1 al 22 de enero de 2025 se han registrado 96 homicidios en esta entidad, de acuerdo con los informes diarios de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). Esto es un promedio de cuatro personas asesinadas al día. 

Esto es lo que se sabe sobre el asesinato de la familia en Culiacán

Hasta el momento, las autoridades estatales no han emitido comunicados oficiales para explicar las posibles causas y las medidas que se han tomado tras el asesinato de la familia en Culiacán. Sin embargo, el Secretario de Salud de Sinaloa, Cuitláhuac González Galindo, rindió un informe sobre los niños “heridos” el 20 de enero en la conferencia matutina del gobierno. 

• En ese momento, Gael de 12 años ya había muerto. Falleció mientras intentaban auxiliarlo en el Hospital General del estado. 
• Alexander, de nueve años, tuvo una cirugía larga y compleja por heridas letales en el tórax y abdomen, después fue ingresado a terapia intensiva. Al siguiente día, el martes 21 de enero, el niño de 9 años perdió la vida. 
• Adolfo, de 17 años, continúa internado en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) por heridas de bala en el abdomen. 

Pero, ¿cuál fue el motivo de la balacera y el asesinato de la familia en Culiacán? Aunque la información es escasa todavía, los primeros reportes de medios locales afirman que Antonio iba manejando una Toyota Yaris de color gris cuando él, sus hijos y su sobrino fueron atacados por un grupo de sujetos armados, presuntamente para robar su camioneta. 

Los hombres que atacaron a la familia presuntamente iban en calidad de civiles armados, es decir, los intentaron detener sin estar dentro de un vehículo. En ese momento, Antonio aceleró y les empezaron a disparar. 

De acuerdo con Animal Político, el vehículo de la familia fue abandonado con las puertas abiertas, los cuerpos de los niños heridos y diversos impactos de bala frente al Hospital General.  Sin embargo, el cuerpo del padre de 40 años estaba fuera del auto, a varios metros de distancia en la calle Santa Rocío. 

De inmediato, los niños fueron trasladados a los tres hospitales. Gael murió casi inmediatamente y aunque se intentó salvar la vida de Alexander de nueve años con cirugías y terapia intensiva, no fue suficiente. 

“Con los niños no”: protesta la primaria de Alexander y la CEDH abre una investigación

“Atacaron lo que más queremos que son los niños y nos duele mucho”, dijo a la prensa Víctor Aispuro, director de la primaria Sócrates, a la que asistía Alexander y de la que se graduó Gael hace apenas un año. 

Tras el asesinato de la familia en Culiacán, la primaria de los dos pequeños canceló las clases y convocó una marcha el jueves 23 de enero para exigir justicia por Alexander, Gael y su padre. 

“Nos duele mucho, hay una familia consternada. El mismo Gael fue alumno nuestro, lo despedimos de sexto año, el año pasado y ayer Alexander lamentablemente perdió la vida. Nos estamos manifestando y venimos a mostrarle el apoyo a la familia en lo físico, en lo emocional y en lo psicológico, queremos que esto ya se acabe”, dijo el director y exmaestro de los niños.

Pero la escuela no ha sido la única en manifestarse. Ante el silencio y la opacidad en el asesinato de la familia en Culiacán, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Sinaloa empezó un oficio de investigación “en la cual de forma inmediata se solicitaron medidas precautorias o cautelares, así como los informes a las autoridades correspondientes”, dice el comunicado oficial de la CEDH. 

Rocha Moya dice que la violencia en Sinaloa “es un estigma”

Alexander y Gael no pueden ser otros “daños colaterales” de la ola de violencia en Culiacán. Desde el 9 de septiembre de 2024, Sinaloa enfrenta una crisis de asesinatos, desapariciones e incertidumbre causada por la desinformación de las autoridades.

De acuerdo con el informe de Incidencia Delictiva del SESNSP, entre septiembre y noviembre de 2024 fueron registrados 275 asesinatos dolosos en Culiacán, la mayor cifra registrada en este periodo desde 2015. 

• En septiembre se reportaron 65 homicidios dolosos (2 homicidios al día)
• Octubre tuvo 107 homicidios (3.5 asesinatos al día)
• Noviembre registró 103 asesinatos en Culiacán (3.4 asesinatos al día)

Y enero de 2025 abre con una tendencia similar para Sinaloa. Solo del 1 al 22 de enero de 2025 se han registrado 96 homicidios en esta entidad. 

Pero esta realidad ha sido invisibilizada por las mismas autoridades. Solo tres días antes del asesinato de la familia en Culiacán, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, afirmó que “en Sinaloa se vive perfectamente bien”, respondiendo a preguntas de la prensa. Asimismo, rechazó la idea de que su estado sea un lugar violento, calificando esta percepción como un “estigma”.

Rocha Moya también señaló que su gobierno brindará apoyo a los comercios que hayan sido afectados por los conflictos entre los grupos criminales de “Los Chapitos” y “Los Mayitos”. Sin embargo, aclaró que aquellos “enemigos que politizan la violencia” no recibirán ayuda por parte de su administración. 

Pero, ¿quiénes son sus verdaderos enemigos? Porque Alexander de 9 años y Gael de 12 eran niños, que no buscaban “politizar la violencia”. Hoy, ambos están muertos.