El feminicidio de Fany en Puebla ha conmocionado a la comunidad de Xicotepec. Tras días de protestas y demandas de justicia, la Fiscalía General del Estado detuvo a Diego Alberto N., de 23 años, como presunto responsable del crimen.
El feminicidio de Fany en Puebla ha desatado una ola de indignación que refleja una vez más la grave crisis de violencia de género que afecta al país. El 25 de marzo, Stefanya Rodríguez Cruz, conocida como Fany, fue brutalmente asesinada en el municipio de Xicotepec de Juárez.
La joven, de tan solo 21 años, sufrió más de 40 puñaladas, además de golpes en la cabeza, y sus manos mostraron signos de defensa. Tras días de protestas y demandas de justicia por parte de la comunidad, la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) informó, el 31 de marzo, la detención de Diego Alberto “N”., de 23 años, como el presunto responsable del crimen.
La detención fue producto de una investigación que incluyó la intervención de peritos y agentes investigadores que recopilaron diversas pruebas para identificar al agresor. Esta noticia llegó tras una serie de protestas organizadas tanto en las puertas de la FGE, como en las calles de Xicotepec, donde pobladores y colectivos feministas como “Vivas Nos Queremos Xicotepec” se movilizaron exigiendo que se esclareciera el caso. La marcha, realizada este domingo, fue un reflejo del hartazgo social ante la impunidad que persiste en muchos casos de feminicidio.
¿Quién era Fany, víctima de feminicidio en Puebla?
Fany había sido una joven que soñaba con convertirse en cantante de rap. Durante la pandemia de COVID-19, sufrió la pérdida de su madre, la única familia que tenía, lo que la dejó en una situación vulnerable. A pesar de las dificultades, Fany fue acogida por sus amigos y comenzó a trabajar en una boutique, aunque anteriormente había laborado en una bodega de polietileno. Fue precisamente en un inmueble ubicado en la calle 21 de marzo número 104 de la colonia La Rivera, en Xicotepec, donde su vida fue truncada. Según los informes, después de descender de un transporte público, Fany ingresó al lugar y fue atacada por Diego Alberto N., quien la agredió en múltiples ocasiones con un cuchillo.
El caso ha sido particularmente doloroso debido a las circunstancias que rodean la detención y las primeras versiones del crimen. Inicialmente, la familia del presunto agresor intentó desvirtuar los hechos, alegando que la joven se había suicidado. Esta versión fue rápidamente desmentida por los investigadores, quienes confirmaron que las heridas en el cuerpo de Fany eran consistentes con un ataque violento. La versión falsa que la familia de Diego Alberto N. difundió generó una mayor indignación entre los habitantes de Xicotepec, quienes han demandado que se levanten cargos contra los familiares que ayudaron a limpiar la escena del crimen y a obstaculizar la investigación.
La Fiscalía General del Estado de Puebla también dio a conocer que, tras las pruebas obtenidas, se solicitó la orden de aprehensión en contra de Diego Alberto N. La madrugada del 31 de marzo, el sospechoso fue detenido y trasladado al Centro de Reinserción Social de Huauchinango, donde quedó a disposición de un juez de control. A partir de ahora, será la autoridad judicial quien determine su situación jurídica.
Este feminicidio ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de reformas en el sistema de justicia y de un enfoque más firme en la protección de los derechos de las mujeres. A pesar de que la detención de Diego Alberto N. es un paso importante, el dolor y el sufrimiento de la familia y amigos de Fany persisten. La lucha por justicia no se detiene con la captura del presunto responsable, sino que sigue siendo un proceso constante que involucra a la sociedad, las autoridades y los colectivos feministas que siguen exigiendo que se hagan valer los derechos de las víctimas.
Este caso también refleja una de las mayores preocupaciones sobre la violencia de género en el país: el intento de encubrimiento de los feminicidios. En muchos casos, las familias de los agresores, o incluso miembros de la comunidad, intentan minimizar la gravedad de los crímenes o desviar las investigaciones. En el caso de Fany, la acusación de que su muerte fue un suicidio cuando claramente se trató de un asesinato es solo uno de los múltiples obstáculos con los que las autoridades se han encontrado para esclarecer los feminicidios en México.
El feminicidio de Fany en Puebla se suma a una larga lista de crímenes que dejan en evidencia la necesidad urgente de una respuesta eficaz del gobierno, tanto en la prevención de la violencia como en la administración de justicia. Aunque la captura de Diego Alberto N. es un avance, es crucial que el caso se lleve hasta sus últimas consecuencias, para evitar que se repita una vez más la impunidad que ha marcado tantos otros feminicidios en el país.
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