El Hotel Safi en Monterrey prohíbe la entrada al perro guía de una mujer invidente. ¿Fue un acto de discriminación?
El Hotel Safi en Monterrey prohibió la entrada a una joven con discapacidad visual porque iba acompañada con su perro guía. En un video que se viralizó en redes sociales, una joven llamada Sari denunció que al intentar ingresar al hotel junto con su perro guía, Odín, para asistir a la posada navideña de su trabajo el 16 de diciembre, el personal de seguridad le negó la entrada argumentando que no se permitían mascotas, ni dentro del hotel ni en el restaurante.
La joven intentó aclarar que su acompañante no era una mascota, sino un perro guía, y que por ley tenía derecho a permanecer con él en todo tipo de establecimiento público o privado. Pero el personal del Hotel Safi, ubicado en la avenida Pino Suárez en el centro de Monterrey, los dejó esperando más de 30 minutos afuera del establecimiento sin ofrecer ninguna solución.
Tras ese tiempo, los empleados finalmente le permitieron entrar al hotel, pero con la condición de que dejara a su perro fuera. De acuerdo con Sari, el perro que la acompañaba tiene el entrenamiento adecuado para asistirla. La joven es invidente y fue víctima de discriminación por parte del Hotel Sari. Y de hecho, está amparada por la Ley Federal de Protección al Consumidor y por la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad.
Sari y su perro Odín están protegidos por la ley; la joven fue discriminada
Los perros guía no son mascotas, son animales de servicio que desempeñan una labor de asistencia muy importante para las personas con discapacidad visual. Según el Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad, “prácticamente se convierten en sus ojos, ayudándole a evadir una infinidad de obstáculos, que podrían representar un peligro”.
De acuerdo con el artículo 58 de la Ley Federal de Protección al Consumidor, ningún proveedor de bienes, productos o servicios puede negarlos o condicionarlos al consumidor por razones de género, nacionalidad, étnicas, preferencia sexual, religiosas o cualquiera otra particularidad.
Asimismo, tampoco pueden incurrir en conductas de “selección de clientela, condicionamiento del consumo, reserva del derecho de admisión, exclusión a personas con discapacidad y otras prácticas similares”, salvo por causas que afecten la seguridad o tranquilidad del establecimiento.
En el caso del Hotel Safi, la ley también indica que los proveedores están obligados a dar las facilidades o contar con los dispositivos indispensables para que las personas con discapacidad puedan utilizar los bienes o servicios que ofrecen. Es decir, debería ser responsabilidad del establecimiento darle las condiciones óptimas a Sari y su perro guía para que su experiencia sea adecuada y no discriminatoria.
Además, el artículo 16 de la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, indica que debe promoverse “que las personas con discapacidad que tengan como apoyo para la realización de sus actividades cotidianas, un perro guía o animal de servicio, tengan derecho a que estos accedan y permanezcan con ellos en todos los espacios en donde se desenvuelven. Asimismo, queda prohibido cualquier restricción mediante la que se impida el ejercicio de este derecho”.
“Tratamos de explicarles que se trata de un perro guía, que por ley tiene derecho al acceso y permanencia, pero se negaban a escucharme, dirigiéndose siempre a mi acompañante, incluso me prohibieron bajar del auto, alegando que podía molestar a los clientes”, dijo Sari en la descripción de su testimonio.
9 millones de mexicanos con discapacidad esperan un país más inclusivo
Después de que el personal los dejó esperando más de 30 minutos afuera del hotel, los empleados le pusieron la condición de que dejara a su perro afuera, encargado con ellos. “Cuando finalmente salieron a decirme que me permitían la entrada, lo hicieron bajo la condición de que mi perro se quedara afuera. Les dije que eso era discriminación, pero ellos insistían en que solo hacían su trabajo y que las políticas de su empresa no lo permitían”.
Sari también denunció que los empleados insistieron que dejara a su perro en resguardo mientras alguna otra persona la acompañaba dentro del restaurante. “Eso, claro, es completamente inapropiado y hasta humillante”, aseguró. “Nunca dejaría a mi perro, que es una herramienta vital para mi independencia, en manos de extraños.”
La joven conoce la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad y dijo que el hotel tuvo prácticas discriminatorias contra ella. Finalmente, les permitieron el acceso después de decirles que iba a poner una denuncia y que llamaría a la policía, no sin antes aclarar que “por esta vez” la iban a dejar pasar, como si se tratara de un favor.
Hasta el momento, el Hotel Safi no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre el incidente. Pero medios locales tomaron fotografías de una presunta visita realizada por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) para intervenir en la denuncia.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2023 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México hay 8.8 millones de personas mayores de cinco años que viven con una discapacidad. Esto representa al 7.2 por ciento de toda la población mexicana. La denuncia de Sari y Odín es un recordatorio para sensibilizar a los establecimientos sobre la importancia de cumplir con las leyes que protegen a este sector de la población.
Personas ignorantes y absurdas a cargo de un negocio. Gracias Serendipia..💛💛💛…