¿Quién mató a Carlos Manzo? El autor material sería un joven de entre 17 y 19 años vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación.
¿Quién mató a Carlos Manzo? El asesino del alcalde de Uruapan fue identificado como Osvaldo Gutiérrez Vázquez, alias “El Cuate”, un joven de entre 17 y 19 años con presuntos vínculos con operadores del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La Fiscalía de Michoacán sostiene que el ataque fue planeado y ejecutado con precisión, en represalia por los golpes que el alcalde había dado al crimen organizado en Uruapan.
La noche del 1 de noviembre de 2025, Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan, Michoacán, fue asesinado a balazos frente a decenas de personas durante un evento público. Horas después, la Fiscalía General del Estado difundió los videos del ataque: en ellos se observa el momento exacto en que el agresor se acerca al alcalde y le dispara a corta distancia.
El fiscal estatal, Carlos Torres Piña, explicó que las imágenes fueron clave para reconstruir los minutos previos al homicidio. Según sus declaraciones, el asesino de Carlos Manzo actuó con total conocimiento del terreno: se hospedó días antes en un hotel del centro de Uruapan, vigiló los movimientos del edil y esperó el momento preciso para atacarlo.
Durante las primeras horas, la Fiscalía no contaba con una identificación oficial del agresor. Por eso, pidió ayuda al Instituto Nacional Electoral (INE) y difundió imágenes de los tatuajes del sospechoso para solicitar colaboración ciudadana.
¿Quién mató a Carlos Manzo? El asesino: un joven con nexos criminales
La tarde del 3 de noviembre, las autoridades confirmaron la identidad del asesino: Osvaldo Gutiérrez Vázquez, conocido como “El Cuate”. A pesar de su corta edad (entre 17 y 19 años—) ya estaba vinculado a una de las organizaciones criminales más violentas del país.
De acuerdo con fuentes federales, El Cuate era originario de la colonia Miguel Hidalgo, en Apatzingán, y mantenía relación con un hombre apodado “El Prángana”, operador de los hermanos Ramón y Rafael Álvarez Ayala, alias “R1” y “R2”, presuntos miembros del CJNG.
Estos hermanos, junto con Jesús Santiago Álvarez Ayala, formaron parte del círculo más cercano de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del cártel. En la década de 2010, R1 fue el encargado de coordinar la expansión del grupo criminal hacia Michoacán y Guanajuato, donde hoy el CJNG mantiene presencia activa.
En 2012, los tres hermanos Álvarez Ayala fueron capturados por el Ejército en un operativo que desató bloqueos e incendios en Jalisco y Colima. Sin embargo, una década después, R1 recuperó su libertad tras una polémica decisión judicial que las autoridades federales calificaron como “un sabadazo”.
El golpe que provocó la venganza
Para entender el motivo detrás del ataque, hay que retroceder unos meses. En agosto de 2025, Carlos Manzo encabezó uno de los operativos más relevantes contra el crimen organizado en Uruapan: la detención de René Belmonte, alias “El Rino”, identificado como jefe regional del CJNG y principal responsable de las extorsiones a productores de aguacate.
Estas extorsiones (conocidas localmente como “cobro de piso”) representaban una fuente millonaria para el cártel. Con la caída de El Rino, el negocio se tambaleó, y según fuentes citadas por El País, el CJNG ordenó una venganza directa contra Manzo.
Días después de aquel operativo, el alcalde advirtió públicamente que podrían venir represalias. Solicitó apoyo urgente al gobierno federal y activó un código rojo ante posibles ataques. Aun así, la protección fue insuficiente: el día del evento, el asesino logró acercarse a escasos centímetros del presidente municipal y disparar sin que los escoltas pudieran reaccionar.
Fallas de seguridad y señalamientos
El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, ha sido criticado por la falta de coordinación en el operativo de seguridad del evento. Diversos sectores políticos y sociales acusan al gobierno estatal de haber desatendido la protección del edil, pese a las amenazas que ya se conocían.
Especialistas en seguridad señalaron que la capacidad del agresor para infiltrarse tan cerca de la víctima evidencia fallas graves en la planeación y ejecución del dispositivo de resguardo.
¿Quién gobernará Uruapan ahora?
Tras el asesinato, la síndica Hilda Flor del Campo asumió temporalmente la presidencia municipal. De acuerdo con la ley, el Congreso del Estado de Michoacán deberá designar al sustituto oficial propuesto por el movimiento independiente que encabezaba Manzo.
Sin embargo, los reflectores ya apuntan hacia Grecia Quiroz García, viuda del alcalde asesinado. Quiroz ha participado activamente en el movimiento político de su esposo y cuenta con respaldo social en Uruapan. En recientes apariciones públicas, ha exigido justicia y prometido continuar el legado de Manzo: “Antes que nada, quiero justicia para Carlos y para todos los que han sido víctimas de la violencia en Michoacán”, dijo.
Su eventual nombramiento como alcaldesa podría definirse en las próximas semanas.
Protestas y exigencia de justicia
El asesinato provocó una ola de indignación. En Apatzingán, manifestantes tomaron las calles y vandalizaron el Palacio Municipal durante una protesta por el homicidio de líderes sociales, entre ellos Manzo y Bernardo Bravo, dirigente de los productores de limón.
El Ayuntamiento de Apatzingán condenó los hechos y calificó las acciones como “actos de violencia de grupos ajenos a la construcción de la paz”. Aun así, las imágenes de los destrozos circularon ampliamente en redes sociales, reflejando el enojo acumulado por la violencia en la región.



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