El término “crimen pasional” en México ha sido utilizado para disfrazar delitos derivados de violencias como el machismo, la homofobia o la transfobia. Aunque no está contemplado en el código penal, es utilizado para revictimizar a quienes han sufrido agresiones o han sido asesinados como resultado del odio a grupos vulnerables.
El término “crimen pasional” en México no se encuentra tipificado dentro de ninguno de los códigos penales locales ni en el federal. Sin embargo, el término aún es utilizado por algunos medios de comunicación y autoridades para referirse a un delito en el que supuestamente sentimientos de celos, inseguridad o enojo motivan al agresor a atentar contra la vida de la víctima.
La trampa está en que al utilizarlo las autoridades catalogan crímenes que son derivados de la violencia de género, el machismo, la homofobia, la transfobia y otros tipos de discriminación para restarle importancia a los asesinatos o agresiones que son producto de problemas históricos y estructurales de odio y discriminación no resueltos aún, y así revictimizar a la víctima impidiendo que exista verdadera justicia.
¿En dónde surgió el término de crimen pasional?
El término de crimen pasional surgió en Francia a mediados del siglo XIX como una expresión popular –crime passionnel- que implicaba un acto de violencia extrema entre dos personas vinculadas en una relación íntima y causado por una alteración de la conciencia provocada por los sentimientos de celos, la ira o el desengaño, según asegura la académica Saydi Núñez, en su artículo Entre la emoción y el honor: Crimen pasional, género y justicia en la Ciudad de México, 1929-1971 de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).
Núñez afirma que en México la noción de crimen pasional se popularizó durante el porfiriato por medio de la prensa y tomó fuerza a raíz de las teorías de la Escuela de Antropología Criminal bajo la dirección de César Lombroso sobre la clasificación de los criminales.
En la legislación penal mexicana, el crimen pasional fue tipificado entre los años 1929 y 1971 como “homicidio por pasión” u “homicidio en estado de emoción violenta” y era sancionado con las reglas del homicidio simple. Este era fruto del amor romántico en el que se creía que los enamorados debían desvivirse el uno por el otro, y, por lo tanto, caían en conductas irracionales influidas por el amor, según el artículo.
¿Por qué el crimen pasional revictimiza e impide el acceso a la justicia?
El término crimen pasional revictimiza a la víctima, pues culpa a quien sufrió la agresión por la reacción violenta de su pareja, al haberlo provocado por engañarlo o causarle celos, ya que este la “amaba mucho”. A la hora de juzgar un delito y disfrazarlo de crimen pasional, cuando realmente fue un crimen de odio o feminicidio, no se aplica la verdadera justicia, ni las medidas adecuadas para crear conciencia y frenar estos actos.
La importancia de investigar los casos con perspectiva de género reconoce que dentro de la sociedad hay grupos (mujeres, personas trans, personas no binarias, personas homosexuales y otros) que se encuentran en peligro porque son odiados solo por el hecho de existir y porque su presencia resulta incómoda a quienes no se encuentran conformes con sus posturas, sufriendo violencias psicológicas, laborales, sexuales, físicas y económicas.
¿En qué estados está tipificado el crimen de odio y el feminicidio?
Activistas y colectivos han hecho hincapié en la necesidad de tipificar los crímenes de odio y feminicidios dentro de los distintos Códigos Penales de los Estados de la República, de forma adecuada y reconocerlos por lo que son.
En México, los feminicidios ya han sido tipificados dentro de los códigos penales de todas las entidades. Mientras tanto, los crímenes de odio únicamente han sido tipificados en las siguientes 12 entidades:
- Aguascalientes
- Baja California Sur
- Ciudad de México
- Coahuila
- Colima
- Guerrero
- Michoacán
- Nayarit
- Puebla
- Querétaro
- San Luis Potosí
- Veracruz
Asesinato del magistrade Jesús Ociel Baena: ¿un crimen pasional o un crimen de odio?
Tras el asesinato del magistrade Jesús Ociel Baena, la reflexión sobre estos términos resurgió, ya que las autoridades y algunos medios de comunicación aseguran que su muerte fue producto de un crimen pasional.
La familia y la comunidad LGBTTTIQ+ rechazan que el asesinato de Baena y su pareja, Dorian Daniel Nieves, haya sido un crimen pasional entre elles, tal y como han manifestado las autoridades ministeriales. Además exigen llevar a cabo un proceso de investigación real y con perspectiva de género.
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