En el 98.3 por ciento de las defunciones por COVID-19 registradas de agosto de 2021 a agosto de 2022 presentaron dificultad para respirar o disnea; mientras que en el 68.8 por ciento de los casos de fallecimiento, las personas reportaron haber padecido fiebre; y en un 67.2 por ciento reportaron dolores de cabeza.
respuesta a la solicitud de información con folio 330026922010414 de la Secretaría de Salud.
“En aquella ocasión comencé con tos, luego vino la pérdida del olfato y gusto, después tuve fiebres muy altas. Luego comencé a tener dificultades para respirar. Recuerdo que hasta tuve alucinaciones, pero no sé si se debieron a la fiebre o porque no me estaba llegando suficiente oxígeno a los pulmones”
Emmanuel Revuelta, paciente con COVID-19 en 2021.
Dificultad al respirar es el síntoma más frecuente en las personas que murieron por COVID-19 durante el último año y que fueron registradas en la base de datos de la SSa, a la que Serendipia tuvo acceso por medio de una solicitud de información. La fiebre, tos y dolores de cabeza han sido los tres síntomas más presentes en las cinco olas de COVID-19 en México.
¿Cuáles fueron los síntomas más graves de COVID-19 durante el último año en México? En octubre de 2021 Emmanuel Revuelta Rodriguez enfermó de COVID-19 por segunda ocasión. Estuvo 12 días aislado y recuperándose de la enfermedad. Fue durante la tercera “ola” de COVID-19 en el país.
Emmanuel fue uno de los tres millones 767 mil 803 personas que del 6 de agosto de 2021 al 6 de agosto de 2022 se contagiaron de COVID-19 en México, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud (SSa).
Emmanuel contó a este medio digital que los principales síntomas que experimentó cuando enfermó en octubre del año pasado fueron cansancio, dolor muscular y dolor de garganta.
Según muestran los datos de la SSa, durante el último año, los principales síntomas al padecer COVID-19 fueron tos, cefalea (dolores de cabeza), odinofagia (dolor al ingerir alimentos), fiebre, rinorrea (congestión nasal) y mialgias (dolor muscular). Esto de acuerdo con los datos proporcionados a Serendipia por la SSa en respuesta a la solicitud de información con folio 330026922010414. Aunque el número de contagios a causa de COVID-19 figuran en la base de datos del gobierno federal, la variable “síntoma” no se encuentra disponible para su consulta de forma pública.
Así, dos millones 840 mil 725 personas (75.3 por ciento de todos los contagiados con COVID-19 reportados por la SSa) dijeron haber tenido tos cuando enfermaron. Por su parte, dos millones 647 mil 272 personas (70.2 por ciento del total registrado) dijeron haber experimentado dolores de cabeza; mientras que el 55 por ciento refirió haber tenido “dolores de garganta” al ingerir alimentos (odinofagia); y el 54.7 por ciento refirió padecer fiebre. Por otra parte, 46.9 por ciento reportó padecer mialgias o dolores musculares.
Sin embargo, los síntomas más graves de COVID-19 entre las personas que murieron por esta enfermedad fueron dificultad para respirar, seguido por tos y fiebre.
Fiebre, tos y cefalea: los tres síntomas más presentes en las cinco olas de COVID-19 en México
A pesar de las molestias físicas que le causó enfermarse de COVID-19 en 2021, Emmanuel cuenta que no se comparó a la experiencia que vivió durante su primer contagio, en octubre de 2020.
“En aquella ocasión comencé con tos, luego vino la pérdida del olfato y gusto, después tuve fiebres muy altas. Luego comencé a tener dificultades para respirar. Recuerdo que hasta tuve alucinaciones, pero no sé si se debieron a la fiebre o por la falta de oxígeno”, mencionó Emmanuel.
De acuerdo con la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud y la Dirección General de Epidemiología, durante el curso de la pandemia de COVID-19 en México, se han identificado cinco “olas”, las cuales han tenido diferentes comportamientos tanto en los contagios como en las defunciones.
Así, si bien algunos síntomas se han mantenido con el transcurso de las olas epidemiológicas, otros han ido variando, menciona Vanesa López Guerrero, médica e investigadora de la respuesta inmune al virus SARS-CoV-2 en la Universidad Autónoma de Morelos.
“Ha habido una evolución de la enfermedad y por lo tanto también de algunos síntomas, por lo que se ha hecho cada vez más confuso saber si es COVID-19 o no, después de las primeras manifestaciones sintomatológicas”, dice López Guerrero.
Durante las dos primeras olas epidémicas, por ejemplo, los principales síntomas al enfermar eran cefalea, tos y fiebre, según muestran los datos de la Secretaría de Salud.
Durante la primera ola (del 16 de febrero al 26 de septiembre de 2020, de acuerdo con los registros de la SSa), las personas que tuvieron dolores de cabeza o cefalea representaron el 11.3 por ciento del total de personas contagiadas, mientras que los pacientes con tos representaron el 11.2 por ciento de los contagios. Las personas que tuvieron fiebre a causa de la COVID-19 durante este periodo fueron el 10.4 por ciento de todos los casos en la primera ola.
Síntomas reportados por personas con COVID-19 durante cada ola
Fuente: Solicitud de acceso a la información pública con folio 330026922010414 dirigida por Serendipia a la Secretaría de Salud.
Para la tercera ola (periodo que abarcó del 6 de junio de 2021 al 23 de octubre de 2021), la tos fue el principal síntoma, desplazando a los dolores de cabeza en segundo puesto como el síntoma más común. Después le seguían las fiebres y los dolores musculares.
Durante la cuarta ola (que abarcó del 19 de diciembre de 2021 al 5 de marzo de 2022), la tos y los dolores de cabeza seguían siendo los principales síntomas, pero los dolores al ingerir alimentos habían reemplazado a la fiebre como el tercer síntoma más habitual al contagiarse.
Para la quinta ola, el período epidémico más reciente (que abarcó del 29 de mayo de 2022 al 20 de agosto del mismo año), los principales síntomas seguían siendo tos, dolores de cabeza y dolor al ingerir alimentos, pero la congestión nasal y dolores musculares estaban ya presentes en 578 mil 470 y 517 mil 123 casos, respectivamente.
Los síntomas han ido variando con el tiempo por la aparición de nuevas variantes del virus, dice. López Guerrero. Eso se puede observar en aquellos síntomas que no son tan frecuentes.
Por ejemplo, durante la primera ola, la anosmia (pérdida del olfato) y disgeusia (pérdida o cambio del gusto) eran síntomas reportados solo por el 2.5 y 2.3 por ciento de contagiados; mientras que la diarrea era reportada por el 3.3 por ciento de los contagiados. Durante la segunda ola, la pérdida del olfato y gusto aumentó, mientras que las diarreas disminuyeron, como se puede apreciar en la gráfica. Para la cuarta ola estos síntomas fueron manifestandose con menor frecuencia entre la población, pues solo el 1 por ciento de los contagios reportaron haber tenido pérdida del olfato y del gusto, mientras que el 1.5 dijo haber padecido diarrea. En la quinta ola, la pérdida del olfato y del gusto como síntoma de COVID-19 fue menos del 1 por ciento de las personas contagiadas, y el 1.5 por ciento dijo haber tenido diarrea.
Los datos muestran, entonces, que durante las cinco olas de COVID-19 en México la tos, cefaleas, fiebre y odinofagia se han mantenido como los síntomas más recurrentes en las personas registradas por la SSa. Con el paso del tiempo y la aparición de nuevas variantes del virus, síntomas como la pérdida del olfato y gusto, así como síntomas gastrointestinales como la diarrea, han ido disminuyendo entre la población que padece la enfermedad.
“El virus ha ido cambiando a un ritmo muy rápido y esto se debe al alto número de contagios. Todavía tenemos muchas variantes circulando que dan la posibilidad de generar, a su vez, nuevas variantes. Mientras sigan existiendo infecciones, hay la posibilidad de generar variantes del virus”, dice López Guerrero en entrevista con Serendipia.
Disnea, fiebre y tos entre los síntomas más graves de COVID-19 en personas que fallecieron en el último año
En 2020, después de ver que la oxigenación de Emmanuel disminuía drásticamente, sus familiares lo llevaron a un hospital de atención COVID–19 en la ciudad de Puebla. Allí fue internado en el área de terapia intensiva a causa de la enfermedad. Durante el periodo que Emmanuel enfermó, en la tercera ola epidémica, la tasa de letalidad era de 42.2 por cada mil casos.
Así, en el último año existe un síntoma que la mayoría de las personas que murieron por COVID-19 describieron tener. Del 6 de agosto de 2021 al 6 de agosto de 2022, 65 mil 140 personas que murieron por COVID-19 presentaron dificultad respiratoria o falta de aire: disnea. Esta cifra representa el 98.3 por ciento del total de casos registrados por la Secretaría de Salud.
De acuerdo con la Guía Clínica para el Tratamiento de la COVID-19 en México, la disnea se puede presentar tanto en la enfermedad leve como en los casos en que se presenta neumonía moderada y en casos graves de COVID-19. Otros signos clínicos que se presentan en la enfermedad moderada y grave, según la guía clínica, son fiebre y tos.
En ese sentido, los datos proporcionados por la Secretaría de Salud muestran que el segundo síntoma que más reportaron padecer las personas contagiadas con COVID-19 y que fallecieron por esta causa fue tos, con 53 mil 862 muertes con este síntoma, lo que representa el 81.2 por ciento de todas las defunciones del 6 de agosto de 2021 al 6 de agosto de 2022.
Síntomas de COVID-19 reportados por personas que murieron por esta enfermedad
Fuente: Solicitud de acceso a la información pública con folio 330026922010414 dirigida por Serendipia a la Secretaría de Salud.
Por otra parte,el 68.8 por ciento reportó haber padecido fiebre; el 67.2 por ciento reportó dolores de cabeza; el 65.3 por ciento, ataques al estado general; el 58.5 por ciento dijo tener dolores en el cuerpo; y 54.2 por ciento, dolor en las articulaciones.
Después de casi dos meses, Emmanuel logró salir de la enfermedad grave, aunque sufrió secuelas permanentes: “quedé con 60 por ciento de fibrosis en el pulmón izquierdo y estuve ocho meses en rehabilitación respiratoria”, dice.
“La fibrosis pulmonar forma pequeñas cicatrices en el epitelio [el tejido que recubre los pulmones] lo que provoca que los pulmones pierdan su flexibilidad y su función de expandirse. Si no se lleva una rehabilitación adecuada después de padecer fibrosis a causa de la COVID-19, (las personas) tienen mayor probabilidad de que en un segundo contagio, la enfermedad se agrave”, menciona López Guerrero.
Aparte de eso, Emanuel se siente cansado constantemente y ha notado que su memoria no es la misma que antes de que le diera COVID-19.
Los síntomas que menos se reportaron en las personas que fallecieron a causa de COVID-19 en el último año fueron: vómito (solo en el 8 por ciento de las muertes se reportó este síntoma), cianosis –coloración azul o gris en la piel, uñas y labios–9 por ciento), pérdida del gusto (11 por ciento) y pérdida del olfato (reportada en el 11.4 por ciento de las muertes).
Finalmente, solo el 0.07 por ciento de las personas que fallecieron por COVID-19 (48 personas) no reportó ningún síntoma.
¿Cómo ha intervenido la edad y sexo en la sintomatología derivada de la enfermedad COVID-19?
A pesar de los pronósticos, Emmanuel no enfermó de gravedad después de contagiarse por segunda ocasión de COVID-19. Menciona que solo tuvo cansancio y tos, aunque volvió a experimentar pérdida del olfato durante 15 días.
A pesar de que el síntoma anosmia o pérdida del olfato solo se presentó en el 8.6 por ciento de los contagios de COVID-19 en el último año, éste lo padecieron en mayor proporción hombres cuya edad oscilaba entre los 18 y 29 años, según muestran datos de la SSa. De las 324 mil 966 personas que registraron pérdida del olfato como síntoma de COVID-19, el 30.2 por ciento fueron hombres en ese rango de edad.
En ese sentido, de entre todas las personas que padecieron tos a causa del COVID-19, los hombres de 18 a 29 años fueron quienes más padecieron este síntoma (25.8 por ciento), seguido de los hombres de 30 a 39 años, quienes representaron el 23 por ciento de todos los contagios que reportaron el síntoma tos ante la SSa.
Síntomas de COVID-19 por edad y sexo
Fuente: Solicitud de acceso a la información pública con folio 330026922010414 dirigida por Serendipia a la Secretaría de Salud.
En cuanto a las personas que enfermaron de COVID-19 durante el último año y refirieron padecer dolores de cabeza, la mayoría de ellas fueron mujeres entre 18 y 29 años de edad.
Finalmente, entre las personas que padecieron fiebre al enfermarse de COVID-19, la mayoría fueron las mujeres de 18 a 29 años, seguido de las mujeres de 30 a 39 años.
Menor porcentaje de síntomas febriles en personas con esquema de vacunación completo
Cuando a Emmanuel le dio COVID-19 por segunda ocasión ya contaba con una dosis de la vacuna Sputnik. Él cree que esto le ayudó a que la enfermedad no fuera tan grave como en 2020.
Según muestran los datos de la Secretaría de Salud, los síntomas como tos y dolor de cabeza fueron los principales reportados tanto por personas que recibieron el esquema de vacunación completo, como en aquellas con una dosis y sin vacunas. Sin embargo el síntoma “fiebre” disminuyó entre las personas que tenían esquema de vacunación completo, respecto de quienes no tenían ninguna dosis.
Del 6 de agosto de 2021 al 6 de agosto de 2022, el 56 por ciento de personas registradas por la SSa que fueron vacunadas contra la enfermedad grave de COVID-19 con al menos dos dosis, reportaron tener fiebre al contraer el virus SARS-CoV2. En contraste, el 60.6 por ciento de las personas sin vacunar reportaron padecer síntomas febriles al enfermar de COVID-19.
Síntomas de COVID-19 en personas vacunadas y no vacunadas
Fuente: Solicitud de acceso a la información pública con folio 330026922010414 dirigida por Serendipia a la Secretaría de Salud.
Otro de los síntomas que con menor frecuencia se presentaron entre personas vacunadas y no vacunadas al enfermar de COVID-19, fueron la polipnea o alteración en la frecuencia de la respiración. El porcentaje de personas que no habían recibido la vacuna y que presentaron este síntoma fue de 25 por ciento, mientras que solo el 21 por ciento de personas con el esquema completo de vacunación dijo padecer este síntoma.
Sin embargo, la mayor diferencia en cuanto a los síntomas y el estatus de vacunación se manifestó en la cianosis o coloración azul de la piel (sobre todo en uñas, labios o alrededor de los ojos) entre personas con una dosis de vacuna y personas sin vacunar. El 14.5 por ciento de la población contagiada de COVID-19 que no se aplicó ninguna dosis del biológico, manifestó este síntoma, encontraste con el 6.4 de personas con una dosis que refirió a la SSa haber padecido esta característica de la enfermedad.
En ese sentido, la alteración en la frecuencia de la respiración también se manifestó en mayor porcentaje entre quienes no tenían ninguna dosis de la vacuna: 25.7 por ciento. En contraparte, solo el 16.5 por ciento de las personas con una sola dosis (esquema de vacunación incompleto) refirieron haber presentado este síntoma.
Finalmente, en las personas sin vacunarse contra la enfermedad grave de la COVID-19 el síntoma fiebre fue reportado en el 60.6 por ciento de los casos. En ese sentido, la Dra. Vanessa López menciona que la vacunación es un factor determinante para que las personas no desarrollen la enfermedad grave de COVID-19.
En caso de síntomas de COVID-19, la Secretaría de Salud federal recomienda que la persona infectada se aisle por al menos siete días y estar pendiente de la evolución de la enfermedad. De presentar complicaciones, remarca la SSa, es necesario solicitar atención médica.
Por lo tanto, la vigilancia de la sintomatología, en especial de aquellos síntomas más graves de COVID-19 como la disnea o dificultad para respirar, resulta importante para la prevención de la enfermedad grave. En ese sentido, la Organización Panamericana de la Salud recomienda utilizar la oximetría de pulso como una herramienta fundamental en el manejo de los pacientes con COVID-19 por su capacidad de medir la gravedad de la enfermedad y en la indicación y monitoreo del tratamiento con oxígeno suplementario.
Existen oxímetros de pulso que se comercializan desde los 300 hasta los 900 pesos y que en cualquiera de sus presentaciones ayudan a los pacientes a detectar más tempranamente los síntomas de un cuadro clínico grave.
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