Aumento en seguros

¿Qué pasa con los costos de seguros médicos en México? Protegerse ya cuesta más que vivir

Cubrir los costos de seguros médicos en México empieza a ser insostenible. Las aseguradoras dicen que se debe a la “inflación médica”, pero los datos no respaldan esa explicación.

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Datos y más, Investigación

Cubrir los costos de seguros médicos en México empieza a ser insostenible. Las aseguradoras dicen que se debe a la “inflación médica”, pero los datos no respaldan esa explicación.

Los costos de seguros médicos en México aumentaron hasta en 19 por ciento en 2024. Esta tendencia inició en 2022, después de la pandemia de COVID-19, cuando el sector financiero y de seguros registró una inflación de 9.22 por ciento, más del doble de la registrada el año anterior (4.35 por ciento). 

Pamela Padilla lo vivió en carne propia.

La inflación bajó. Los seguros no.

Pam entrenadora
Pam abre carta de su seguro con aumento
Pam revisa su póliza
Pam enoja con su seguro
Pamela con calculadora
Pam resignada

Pamela es una entrenadora física, con seis años sin siniestros en la póliza de su seguro de gastos médicos.

En 2024 recibió en un aumento cercano al 200 por ciento en el costo de la misma, pocos días antes de que tuviera que pagar la renovación.

El seguro era el mismo, con las mismas coberturas y sin cambios en su perfil de riesgo, pero el precio era mucho mayor.

Pamela dice que el costo de su seguro “se salió de control”. Nunca había recibido el aviso de renovación con un aumento de esa magnitud.

Pamela intentó ajustar su presupuesto para cubrir el nuevo monto, pero era imposible. Entonces decidió perder algunos beneficios de su póliza, para que el aumento no fuera tan abrupto.

Además, dice que no recibió una explicación detallada sobre la razón detrás del incremento. Al final, con la fecha límite acercándose, no tuvo más remedio que pagar el nuevo monto.

Como Pamela, muchas personas que contrataron un seguro de gastos médicos para estar protegidas, ahora enfrentan aumentos de precios que superan la inflación, sin explicaciones claras.

El caso de Pamela no es una anomalía.

Las aseguradoras suelen justificar los incrementos en las pólizas con un argumento recurrente: la “inflación médica”. Pero, ¿a qué se refiere ese término? Año con año, los agentes les explican a sus clientes que los precios de los medicamentos, los aparatos y los servicios hospitalarios han aumentado, y que ese encarecimiento inevitablemente se traslada a los seguros. Sin embargo, los datos oficiales no respaldan esa explicación.

Las cifras del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que, incluso en los años de mayor presión inflacionaria, los precios de los medicamentos, los servicios médicos y la inflación general han crecido a ritmos mucho menores que las primas de los seguros. El desfase es especialmente evidente a partir de 2022: mientras los componentes médicos del gasto avanzan de forma moderada, los seguros se encarecen muy por encima de ellos.

Inflación en México 2013-2024 vs. aumento en precios de seguros

Durante casi una década, el precio de los seguros creció de forma similar al resto de los precios en México.
A partir de 2022, esa relación se rompe. Mientras la inflación empieza a bajar, los seguros se disparan.
En 2023 y 2024, ningún otro rubro de la salud subió tanto como los seguros.

Fuente: INEGI. Índice Nacional de Precios al Consumidor. Cálculos de Serendipia tomando los datos al mes de noviembre de cada año.

En 2024, por ejemplo, la inflación general fue de 4.55 por ciento. Los medicamentos y aparatos médicos aumentaron 5.40 por ciento y los servicios médicos 4.98 por ciento. En contraste, los seguros médicos se dispararon 19.07 por ciento, casi cuatro veces más que el resto del gasto en salud.

Hasta noviembre de 2025 la inflación general ronda 3.8 por ciento y el aumento en el sector financiero y de seguros fue de apenas 3.04 por ciento, pero en la práctica las pólizas individuales siguieron aumentando muy por encima de estos promedios.

Las pólizas llegan a aumentar en ocho mil pesos de un año al otro

Serendipia tuvo acceso a las pólizas de una persona que contrató un seguro de gastos médicos en 2018, quien solicitó permanecer en el anonimato. Estos datos muestran un aumento del 26.67 por ciento en 2025, el mayor desde que la persona contrató su seguro de gastos médicos. 

Costo anual de la póliza de seguros (2018-2025)

Fuente: Datos de ejemplo de pólizas de seguros.

De acuerdo con este registro, la póliza registra aumentos de dos dígitos año tras año, con una aceleración marcada desde 2022. En 2018, por ejemplo, el asegurado pagaba 18 mil 483 pesos anuales por su seguro de gastos médicos. Desde entonces, el costo ha crecido de forma ininterrumpida. El punto de quiebre aparece a partir de 2022, cuando el ritmo de crecimiento se acelera. Ese año, la póliza aumentó 20.93 por ciento, lo que representó cinco mil 533.64 pesos adicionales, y el costo anual subió a 31 mil 970.83 pesos.

Comparación: Inflación de Seguros vs Porcentaje de Aumento en Pólizas (2018-2024)

Fuente: INEGI y datos de pólizas de seguros.

El de 2025 fue el ajuste más alto: 26.67 por ciento, es decir, 12 mil 356.06 pesos adicionales en un solo año. El monto total de la póliza se elevó a 58 mil 685.40 pesos, más del triple de lo que costaba en 2018.

El seguro de gastos médicos sí funciona, pero no para todos

La experiencia de Galilea de Lucio muestra la otra cara del sistema. En 2020, como paramédico, contrató un seguro ante el riesgo de contagio por COVID-19. Meses después, enfermó gravemente. El sistema público no pudo recibirla; el privado sí. Pasó 15 días hospitalizada y salió con una cuenta superior a tres millones de pesos. Su seguro fijaba un tope: 75 mil pesos. “Sin el seguro, habría quedado endeudada por años”, recuerda.

Ambas historias conviven en el mismo mercado: para unos, el seguro se vuelve impagable; para otros, es un salvavidas financiero. La diferencia no está en la utilidad del producto, sino en quién puede seguir pagándolo.

Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), en 2024 solo 14 millones de personas (el 10.5 por ciento de la población mexicana) contaban con un seguro médico privado. El resto depende del sistema público o paga de su bolsillo.

Pero datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), muestran que aunque 63 por ciento de la población está afiliada a alguna institución pública de salud, seis de cada 10 personas buscan atención privada cuando se enferman. Es decir, el estar afiliado al sistema de salud público no garantiza que la persona reciba la atención y esto empuja a millones de mexicanos a tener que gastar directamente de su bolsillo en caso de una emergencia médica, sin la protección de un seguro.

Los costos de seguros médicos en México: ¿por qué protegerse es más caro que vivir?

Serendipia consultó a dos asesores de seguros médicos, Luis Fernando Aguilera y Sergio Betanzos. Ambos coinciden en que la industria justifica estos aumentos con cuatro factores: 

  1. Inflación médica
  2. Mayor siniestralidad
  3. Envejecimiento de la población
  4. Inflación general. 

Explicaron también que los costos de las pólizas son basados en un tabulador que utilizan todas las empresas, el cual está en sincronía con los factores mencionados, y dependiendo del incremento en estas áreas, las pólizas se verán afectadas. Pero los datos cuentan una historia diferente: incluso cuando la inflación médica disminuye (como en 2024), el costo de los seguros sigue aumentando. 

Los asesores también subrayan que el sector está regulado por la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), que valida los cálculos actuariales. Pero esa regulación no se traduce en transparencia para el usuario. Y aunque existe la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (CONDUSEF), su intervención es limitada: puede recibir quejas por incrementos en las pólizas y, tras analizar el contrato, fungir como intermediaria con la aseguradora o brindar asesoría legal gratuita. En la práctica, su papel se asemeja al de la Profeco para los servicios financieros, pero no implica un control directo sobre los aumentos ni garantiza que estos se reviertan. 

El asegurado, de nuevo, enfrenta el ajuste como un hecho consumado y con escaso margen de negociación. La supervisión existe, pero no evita incrementos abruptos ni protege contra la incertidumbre.

Otro factor clave está en los hospitales privados. Según asesores, los costos de procedimientos, insumos y honorarios médicos se han elevado de forma sostenida. Cuando los hospitales ajustan sus tabuladores, el impacto se traslada directamente a las primas.

Además, reconocen prácticas abusivas: procedimientos innecesarios, cobros inflados o estancias prolongadas. El resultado es un sistema donde los incentivos empujan los costos hacia arriba y el asegurado absorbe el golpe.

Legisladores de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI) han presentado iniciativas para fijar un “tope” en los costos de las primas de seguros de gastos médicos y hacer otros cambios en el funcionamiento de los seguros de gastos médicos. No obstante, el sector asegurador afirma que los incrementos no son decisiones arbitrarias, y que establecer límites en los costos no sería “técnicamente viable”, ya que pondría en riesgo la operatividad de las empresas. 

Un cambio fiscal podría encarecer (aún más) los seguros en 2026

A este escenario se suma un cambio fiscal: a partir de 2025, las aseguradoras ya no podrán acreditar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) pagado a hospitales cuando cubren siniestros, lo que se reflejará en las pólizas de 2026, siendo trasladado al precio final de las mismas.

Para contrarrestar este cambio, se espera que las empresas aseguradoras aumenten los costos de sus primas entre 10 y 20 por ciento, al trasladarles ese impuestos sus clientes. 

De esta manera, actualmente contratar o conservar un seguro médico ya no es solo una decisión financiera: es una apuesta incierta en un sistema que combina inflación real, fallas regulatorias y costos desalineados. Los datos muestran que el problema no es únicamente la inflación médica, sino un modelo que, desde 2020, comenzó a expulsar silenciosamente a sus propios usuarios.La pregunta ya no es si los seguros son útiles, sino si México está dispuesto a seguir aceptando que la protección ante la enfermedad sea un privilegio y no una garantía.

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