¿Qué es la depresión postparto? La herida invisible tras dar a luz

¿Qué es la depresión posparto? Miles de mujeres enfrentan esta batalla silenciosa que representa una amenaza a su salud mental durante el embarazo y tras dar a luz.

¿Qué es la depresión posparto?

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¿Qué es la depresión posparto? Miles de mujeres enfrentan esta batalla silenciosa que representa una amenaza a su salud mental durante el embarazo y tras dar a luz.

La depresión postparto es una paradoja: aunque la maternidad es retratada a menudo como una experiencia llena de plenitud, ternura y alegría, para muchas mujeres, ese “mejor momento de la vida” viene acompañado de una profunda oscuridad emocional. También conocida como “depresión perinatal”, esta condición afecta a millones de mujeres en el mundo. 

Tan solo en México dos de cada 10 mujeres desarrollan depresión durante el embarazo o en el primer año tras dar a luz, según estimaciones de la Secretaría de Salud (SSa).

María y Diana (se utilizan seudónimos para proteger su privacidad) lo vivieron en carne propia: María fue madre primeriza cuando tenía 20 años, y hoy, dos décadas después, es consciente de que sufrió depresión durante el embarazo y tras dar a luz. Ahora sabe que no estaba loca, como constantemente afirmaba su marido en respuesta a sus persistentes cambios anímicos. A más de un año del parto, María dejó de sentir los síntomas de la depresión postparto. ¿Cómo? Ni ella lo sabe, porque nunca recibió atención médica profesional. 

Por otro lado, Diana es psicóloga y sufría de depresión desde antes de ser mamá. Pero durante la gestación y el postparto siguió medicada con fluoxetina: “es que si no, no podía ni levantarme”, comparte.  Al parto le siguió una fuerte ideación suicida que se prolongó durante tres meses, periodo en el que tuvo que cambiar de antidepresivo.

¿Qué es la depresión posparto?

María dice que “tenía mucho miedo de mí misma, de no saber cómo cuidar a mi bebé, luego nos fuimos a vivir con mi suegra y empeoró, me sentía inútil, que no hacía nada bien”. Su depresión postparto, como ocurre en muchos casos, pasó desapercibida por su entorno familiar y por ella misma.

La depresión postparto, clínicamente conocida como “Trastorno depresivo durante el período perinatal”, es un trastorno del estado de ánimo que afecta a mujeres durante el embarazo y hasta un año después del parto. A nivel mundial, la prevalencia es de alrededor del 15 por ciento, según la Organización Panamericana de la Salud.

¿Cómo identificar la depresión postparto?

Aunque María asistía a sus consultas prenatales, no compartió la gravedad de los síntomas que comenzaron a influir en ella. “Me sentía muy triste y me daban ganas de llorar de la nada, se me iba el sueño en las noches y a veces quería salir corriendo y desaparecer”, dice. 

María comenzó a experimentar síntomas de depresión perinatal semanas antes de dar a luz. “Me emocionaba ser mamá, pero mi temor era no hacerlo bien”, a su pesar emocional se sumó la presión de su entorno (la familia de su esposo) por ser “buena madre”, lo que la llevó a experimentar sentimientos de tristeza y vacío recurrentes; “Me refugié en limpiar y limpiar, así se me iba pasando lo que sentía, hasta llegué a lastimarme cuando me bañaba de tanto que me tallaba”.

Diana fue consciente de su segundo embarazo únicamente por su estado anímico; “suspendí el anticonceptivo y como a las dos semanas, sin tener ni siquiera un día de retraso, empecé a sentirme increíblemente devastada, como con el primer embarazo”. Diana recurrió a una prueba de farmacia y una de sangre, ambas con resultados negativos; su certeza era tal que tres días después repitió la prueba, obteniendo finalmente el resultado positivo que había anticipado, únicamente por su estado de ánimo. Y aunque los síntomas de la depresión perinatal pueden variar, lo más común es presentar algunos de los siguientes:

  • Ánimo depresivo: sentimientos de tristeza o vacío recurrentes
  • Irritabilidad: frustración o inquietud constante
  • Pérdida de placer: pérdida de interés en actividades cotidianas o hobbies.
  • Culpa: sentimientos de inutilidad o impotencia.
  • Alteraciones del sueño: fatiga, problemas para conciliar el sueño o dormir en exceso.
  • Alteraciones de apetito: ausencia de hambre o apetito excesivo.
  • Labilidad emocional: cambios incontrolables y radicales en el estado de ánimo.
  • Preocupación excesiva por el bebé: se cuestiona la capacidad de cuidar al bebé
  • Ideación suicida: pensamientos de muerte o de hacerse daño a sí mismas o al bebé

La depresión postparto: Una problemática desatendida

La depresión postparto sigue siendo un tema poco atendido en el sistema de salud mexicano. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua (ENSANUT) 2012 abordó el tema de forma limitada, y aunque el estudio “Sintomatología depresiva materna en México” (2015) estimó que 4.6 millones de niños vivían con madres que podrían sufrir depresión moderada o grave, no se ha actualizado esa información a nivel nacional.

Además, sólo el 64 por ciento de las unidades obstétricas en el país tienen servicios de salud mental y apenas el 37 por ciento cuenta con protocolos para identificar la depresión postparto. Se estima que el  75 por ciento de los casos no son diagnosticados, lo que impide ofrecer tratamiento oportuno.

Depresión postparto: la presión social y el mito de la maternidad feliz

La maternidad, bajo el discurso cultural dominante, es sinónimo de plenitud. Las redes sociales y los medios refuerzan este ideal, generando en muchas mujeres la creencia de que solo serán verdaderamente felices si se convierten en madres. Sin embargo, esta narrativa invisibiliza la complejidad emocional del postparto y presiona a las mujeres a “ser felices”, incluso en medio de un profundo malestar psicológico.

Durante el embarazo, muchas mujeres enfrentan una dura realidad emocional, que lejos de recibir comprensión, suele ser objeto de juicio y estigmatización. Diana, quién nos ofrece su testimonio como madre y especialista de la salud mental, advierte que existe un fuerte prejuicio social hacia las mujeres que experimentan depresión durante la gestación, a quienes se les señala como “malagradecidas” o incapaces de valorar su maternidad. Esta visión ignora por completo los complejos procesos biológicos y hormonales que afectan directamente el estado anímico de la mujer; procesos sobre los cuales no se tiene un control voluntario. 

A partir de su vivencia y del acompañamiento terapéutico a diversas pacientes, Diana destaca cómo esta condición emocional afecta con mayor frecuencia a mujeres con historias de infancias difíciles, vínculos inseguros o traumas no resueltos, que resurgen con fuerza ante la inminencia de la maternidad. 

La especialista menciona que muchas mujeres enfrentan el embarazo desde el conflicto, ya sea porque no lo desearon realmente, cedieron ante presiones externas (por parte de sus parejas u otras personas) o porque ocurre en etapas inesperadas de su vida, como en los llamados “embarazos pilón”, lo que genera una profunda crisis emocional. Este sufrimiento no implica falta de amor hacia los hijos, sino la confrontación con una realidad compleja y desafiante, en la que se requiere ofrecer a estas mujeres acompañamiento psicológico, y, en algunos casos, psiquiátrico, sin emitir juicios ni culpas. Normalizar estos padecimientos es fundamental para que las mujeres puedan atravesar este proceso.

Diana subraya la urgencia de visibilizar esta problemática, no solo para reducir la estigmatización, sino también para promover un enfoque médico informado y compasivo. En ese sentido, menciona que muchas mujeres son duramente criticadas por recurrir a antidepresivos durante el embarazo, cuando, en base a su experiencia clínica e investigación, la depresión no tratada puede representar un riesgo aún mayor para la salud del feto. Incluso algunos estudios sugieren una posible relación entre la depresión perinatal no medicada y alteraciones en el desarrollo neurológico del bebé, como el autismo, lo que refuerza la necesidad de profundizar en investigaciones sobre qué tratamientos son los más seguros y efectivos durante esta etapa.

El estado de la salud mental materna en México

Aunque la salud mental materna ha comenzado a ganar espacio en la agenda pública, los esfuerzos aún son limitados. La Nueva Agenda de Salud Mental para las Américas, impulsada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), propone integrar estos servicios a la atención médica primaria y secundaria. En esta línea, el Programa de Acción Específico de Salud Mental y Adicciones 2020-2024 plantea ampliar la cobertura de servicios. Sin embargo, el presupuesto destinado a salud mental en México representa apenas el 1.3% del gasto total en salud, muy por debajo del 5% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los servicios especializados en salud mental perinatal son escasos, se concentran en zonas urbanas y suelen estar vinculados a hospitales psiquiátricos. En comunidades rurales o marginadas, la atención es prácticamente inexistente. Además, la falta de protocolos clínicos estandarizados y de formación del personal médico sigue siendo una barrera crítica.

María nunca fue cuestionada sobre su estado emocional durante sus consultas médicas. Ella asistía al Seguro Social, más por obligación que por convicción, ya que, según relata, ni siquiera su médico daba adecuado seguimiento a su embarazo. En cada cita solo le preguntaba cuántos meses tenía, estimando una fecha de parto que, finalmente, fue incorrecta.

Diana ha observado, a lo largo de su trayectoria, que la depresión perinatal se presenta en mayor frecuencia en mujeres que tuvieron infancias difíciles, relaciones complicadas con sus padres o un apego inseguro. En estos casos la maternidad puede despertar temores profundos. 

Redes de apoyo: cuando las madres se acompañan desde la experiencia

Ante la falta de respuesta institucional, han surgido redes de apoyo creadas por y para madres, muchas de ellas en plataformas como Facebook. Estos espacios virtuales se han convertido en refugios donde las mujeres pueden compartir sus vivencias, encontrar comprensión y obtener respaldo emocional.

A nivel internacional, organizaciones como “Apoyo posparto internacional” ofrecen encuentros virtuales gratuitos, moderados por profesionales y voluntarias capacitadas. Estas redes permiten romper el aislamiento y validar experiencias que durante años han sido silenciadas.

Visibilizar la depresión postparto no es solo una cuestión de salud pública, sino de justicia social. Garantizar atención emocional durante el embarazo y el posparto es fundamental para proteger a las madres y al bienestar de sus hijos.

María logró salir adelante un año y medio después de dar a luz, pero lo hizo sola, en silencio y con dolor; hoy puede dar un testimonio que, afortunadamente, no tuvo consecuencias más graves para ella y su hija. Como María, miles de mujeres atraviesan el posparto en soledad, cargando con culpas, miedos y heridas invisibles, que aún en terapia son difíciles de abordar, asegura Diana.

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Comentarios

1 comentario en la nota: ¿Qué es la depresión postparto? La herida invisible tras dar a luz


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  1. Danae dice:

    😔…💛💛💛