El Sistema Nacional de Cuidados en México existe solo en papel

Los cuidados sostienen a la sociedad. Cuando somos pequeños necesitamos del cuidado de nuestros padres y cuando envejecemos, se hace necesario de nuevo que alguien se haga cargo de nosotros. En el medio hay intervalos en los que cuidamos y somos cuidados. Entonces, ¿por qué relegamos las tareas de cuidados como si se tratara de labores sin importancia? ¿Por qué las asignamos "naturalmente" a las mujeres, restándoles oportunidades de desempeñarse, por ejemplo, laboralmente? Para solucionar la situación presente es necesario un sistema de cuidados que involucre y transforme a todas las esferas de la sociedad. En México, en 2020, parecía que ese sistema estaba cerca de ser puesto en marcha, pero la iniciativa está detenida y, mientras tanto, esta deuda del Estado con las mujeres sigue corriendo.

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8 minutos, 24 segundos

Los cuidados sostienen a la sociedad. Cuando somos pequeños necesitamos del cuidado de nuestros padres y cuando envejecemos, se hace necesario de nuevo que alguien se haga cargo de nosotros. En el medio hay intervalos en los que cuidamos y somos cuidados. Entonces, ¿por qué relegamos las tareas de cuidados como si se tratara de labores sin importancia? ¿Por qué las asignamos “naturalmente” a las mujeres, restándoles oportunidades de desempeñarse, por ejemplo, laboralmente? Para solucionar la situación presente es necesario un sistema de cuidados que involucre y transforme a todas las esferas de la sociedad. En México, en 2020, parecía que ese sistema estaba cerca de ser puesto en marcha, pero la iniciativa está detenida y, mientras tanto, esta deuda del Estado con las mujeres sigue corriendo.

Investigación por Ámbar Barrera
Análisis y visualización de datos por Marco Antonio Trujano
Ilustraciones por Carolina López Tello
Edición por Alejandra Padilla

Esta es la segunda parte de una serie. AQUÍ puedes leer la primera entrega y AQUÍ, la tercera.

¿Por qué es necesario un ​​Sistema Nacional de Cuidados en México? Según un proverbio africano “se necesita un pueblo para criar a un niño”, pero en México 70 por ciento de las labores de cuidado son realizadas por mujeres, de acuerdo con la Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México (CSTNRHM) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Es decir, en siete de cada 10 casos es una mujer quien asume las tareas de cuidados a menudo sin la ayuda de la sociedad y frecuentemente, a pesar de las trabas sociales para hacerlo. 

Y no solo son las niñas y los niños: las personas adultas mayores, las personas con discapacidad, las personas que se someten a algunos tratamientos médicos (por mencionar algunas) también necesitan cuidados y, en la mayoría de los casos son las mujeres quienes realizan este trabajo. Casi siempre sin recibir una remuneración a cambio. ¿La razón? Según los estereotipos las mujeres son “naturalmente maternales”, “se les da” cuidar. 

Pero esta “naturaleza” perpetúa la inequidad, impone una sobrecarga laboral en las mujeres y les impide insertarse en el mercado laboral. Un sistema Nacional de Cuidados en México permitiría disminuir esa brecha al garantizar los derechos de todas y todos aquellos que necesitan y brindan cuidados y con ello incluso cambiar la condición socioeconómica de muchas personas, pues los cuidados infantiles y otros servicios de cuidados determinan el 11% de la desigualdad de oportunidades a nivel nacional, mientras que para las personas que se encuentran en los niveles socioeconómicos más bajos determina el 38%

“En este sexenio mucho se ha hablado sobre que ya existe un Sistema Nacional de Cuidados en México. Y sí, existe en la ley pero no tiene ni un solo peso asignado en el presupuesto de egresos [de 2023]”, dice Katia Guzmán, politóloga y Coordinadora de Datos de la organización México, ¿cómo Vamos? 

En 2020 la Cámara de Diputados aprobó una reforma al artículo 4 de la Constitución para reconocer el derecho al cuidado. La modificación indica que esto será garantizado por el Estado (en corresponsabilidad de los hombres, las familias, la comunidad y el mercado), y una adición en el artículo 73 que ordena al Congreso expedir la Ley General del Sistema Nacional de Cuidados en México.

Desde entonces, el tema está congelado en la Cámara de Senadores y también hay dos propuestas de ley en la misma materia esperando ser discutidas. La primera propuesta fue presentada en 2021 por un grupo plural de legisladoras de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el Partido del Trabajo (PT), Movimiento Ciudadano (MC) y legisladoras independientes. La segunda iniciativa fue presentada por la senadora Nuvia Mayorga, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a inicios de 2022.

Por otro lado, el CIEP analizó que de los 374 mil 821 millones de pesos destinados para la igualdad de género y la erradicación de la violencia y la discriminación, lo asignado a los programas para prevenir y atender la violencia de género, la salud materna y los programas de INMUJERES representan menos del 10% del presupuesto total, mientras que el 86% corresponden a programas de transferencias monetarias y programas dirigidos al sector con seguridad social que nada tienen que ver con la igualdad de género. 

“A pesar de un aumento generalizado de asignaciones presupuestales, la concentración en los programas sociales de transferencias económicas pone en cuestionamiento la pertinencia y efectividad del Anexo 13 para lograr la igualdad entre mujeres y hombres. Además, se advierte la ausencia de una asignación presupuestal para la implementación del Sistema Nacional de Cuidados (SNC)”, concluyen en su análisis.

La cuarta transformación que no cambió nada

Durante esta administración, la organización Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia (Equidad) ha realizado dos investigaciones para evaluar los avances del gobierno federal en temas del trabajo de cuidados no remunerado. 

La primera se realizó en 2018 en colaboración con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la segunda, en 2020 en colaboración con Lucía Pérez Fragoso, consultora de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

En la primera investigación se ponía sobre la mesa el trabajo pendiente en el tema de cuidados en el país, y en la segunda hicieron un mapeo de los programas vigentes, sus presupuestos asignados y un análisis a nivel legislativo del tema. 

Alma Colín explica que entre una y otra investigación, la conclusión fue que “estructuralmente no cambió nada”. 

Entre 2018 y 2020 fueron eliminados programas sociales del gobierno de México que Equidad consideraba potenciales y perfectibles “para lograr el objetivo de que esa carga de trabajo no estuviera tan desbalanceada”.

Un ejemplo son las Escuelas de Tiempo Completo que ahora están fusionadas en un proyecto llamado Nuestra Escuela. “Las escuelas de tiempo completo eran potencialmente factibles para que se lograra esa compatibilización de los horarios laborales de papás y mamás con los horarios escolares” dice Alma Colín Colín, Coordinadora de Políticas y Presupuestos para la Igualdad y el Desarrollo Sustentable en Equidad. 

Las infancias entraban a las 8 de la mañana y salían a las 4 de la tarde. Desde la perspectiva de Colín, era un programa que se tenía que seguir ampliando y perfeccionando, pues no había claridad respecto al contrato laboral de los docentes que cubrían esos horarios, por ejemplo. 

Aquel programa fue desapareciendo paulatinamente hasta ser eliminado. Pero su reemplazo, el programa “Nuestra Escuela”, parece estar encaminado a generar una mayor carga de trabajo para las mujeres, de acuerdo con Colín. 

Y es que una de las actividades del programa consiste en que madres de familia hagan la limpieza de los salones y todos los espacios de las escuelas, catalogándolo como una especie de trabajo comunitario.

”Yo te diría que el panorama (del Sistema Nacional de Cuidados en México), más que mejorar o por lo menos mantenerse (durante este sexenio), ha mermado”, dice Colín. 

La deuda del Estado con las mujeres indígenas y las mujeres del campo

Los datos del Inegi respaldan esta afirmación. Cuando se compara el valor económico que aportan las mujeres que viven en entornos rurales con las que viven en entornos rurales, son las mujeres del campo las que aportan más. 

Valor per cápita del trabajo no remunerado de los hogares por entidad de residencia

Mientras el valor económico aportado por una mujer en un entorno rural  equivale a 69 mil 141 pesos, el de una mujer en un entorno rural equivale a 79 mil 836 pesos, una diferencia de más de 10 mil pesos que se mantiene desde el año 2020.

Lo mismo sucede con el valor económico cuando se divide por mujeres que hablan una lengua indígena. 

En 2021 una mujer que no habla una lengua indígena aporta el trabajo que equivale a 70 mil 918 pesos, mientras que una mujer que sí habla una lengua indígena aporta el equivalente a 79 mil 341 pesos, una diferencia de más de ocho mil pesos. 

Valor per cápita del trabajo no remunerado de los hogares por condición de habla indígena

Cabe destacar que si se ven estos mismos valores en el caso de los hombres, sus aportaciones disminuyen a la inversa. Ellos aportan todavía menos cuando viven en entornos rurales y cuando hablan una lengua indígena. Lo que indica que si bien estas diferencias se deben a una desigualdad estructural, también están atravesadas por el género. 

Organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) difunden que con el cambio climático, son las mujeres las que se encargan del trabajo para evitar que sus familias se queden sin agua y sin combustible al acarrear distancias cada vez más largas para obtener los recursos. 

Para Equidad, en cualquier espacio donde no estén garantizados los servicios públicos, también tendría que atenderse esos temas desde un marco de derechos humanos.

“Estas economías están sustentadas y se sostienen por el trabajo de las mujeres”, dice Alma Colín, y agrega que las mujeres del campo y su trabajo es el que sostiene la economía alimentaria del país.

Un paso hacia delante y dos hacia atrás con el Sistema Nacional de Cuidados en México

En Equidad revisaron el Anexo 13 de Erogaciones para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, tratando de identificar qué acciones o programas podrían abonar a esta agenda del trabajo no remunerado para las mujeres, sin embargo, encontraron que más del 80% de este presupuesto ya está asignado para transferencias monetarias no condicionadas.

“[Eso] nada tiene que ver con la Igualdad de género. No hay un instrumento técnico que te diga realmente que se partió de un diagnóstico para haber incorporado todos los programas que están ahí. El que lo encabeza es el Programa de pensión para adultos mayores, las cinco modalidades de la beca Benito Juárez, el programa de Sembrando Vida y realmente es un monto muy pequeño el que está recibiendo el Instituto Nacional de las Mujeres o la Conavim, las cabezas del sector para la igualdad de género en el país”.

Por su parte, Katia Guzmán, politóloga y Coordinadora de Datos de la organización México ¿Cómo Vamos? señala que actualmente, la infraestructura pública de cuidados solo consiste en dos programas: el servicio de guarderías del IMSS, al que únicamente pueden acceder madres y padres de familia afiliados a este Instituto; y el programa de apoyo para el bienestar de niños, hijos de madres trabajadoras (antes estancias infantiles). 

Pese a ser los únicos programas de ese estilo, su presupuesto asignado para 2023 no subió respecto a lo aprobado en 2022. 

Guzmán explica que el programa que antes era estancias infantiles y que se convirtió en plan de apoyo para hijos e hijas de madres trabajadoras, perdió funciones y evaluaciones al cambiar sus reglas de operación y volverlo un programa de transferencias directas. 

Como ejemplo, antes el programa era evaluado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). En su última evaluación declaró que el programa no solo cumplía su objetivo (incorporar a las madres que maternaban al empleo formal), sino que tenía externalidades positivas, como que las infancias beneficiadas habían mejorado en su nutrición, y que presentaban mejoras también en su desarrollo psicomotriz de la primera infancia. 

Con el cambio, ya no puede asegurarse si asuntos como la nutrición o el desarrollo psicomotriz están siendo procuradas desde el nuevo programa. 

“Y ya no podemos hablar solo de niños y niñas [en los programas de cuidados], tenemos que empezar a hablar de cuidados hacia personas adultas mayores porque ya en unos años la pirámide demográfica se va a invertir”, advierte Katia Guzmán. 

Las mujeres de la sociedad civil siguen al pie del cañón para impulsar el Sistema Nacional de Cuidados en México

Equidad pertenece a dos espacios de la sociedad civil que trabajan el tema de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado: La Red de Cuidados México y la Coalición por el Derecho al Cuidado Digno y al Tiempo Propio de las Mujeres, de acuerdo con Alma Colín.

Desde ambos flancos las y los miembros de la sociedad civil están dialogando con el gobierno y el Poder Legislativo en lo que respecta al Sistema Nacional de Cuidados y la ley congelada en el Senado. 

“Hay mucho de enunciado, mucho de buenas intenciones, hay muchos documentos normativos [internacionales] que lo mandatan pero en términos reales, programáticos y presupuestales, que es donde se ven las prioridades de acción de un país, nosotras no pensamos que vaya a cambiar. Si no ha venido sucediendo en los últimos años, no creemos que en los últimos dos años vaya a cambiar”, dice Colín.

Aún así, a Alma Colin le parece importante “la discusión que está dando la sociedad civil, la interlocución que se sigue buscando a pesar de todas las resistencias con las distintas instancias de gobierno”.

Con el gobierno, el diálogo ha sido intermitente y no ha llevado a establecer metas de trabajo, cuenta Colín. “Tampoco es que antes de esta gestión hubiese estado todo maravilloso, pero sí es evidente que se han cerrado mucho más las puertas al diálogo”, dice.

Desde las dos coaliciones a las que pertenece Equidad, Colín afirma que se trabaja en una propuesta de ley con los criterios mínimos que consideran tendría que incluir el Sistema Nacional de Cuidados, considerando que la diversidad del país, en su contexto de desigualdad e injusticia va a demandar un sistema inclusivo, que incorpore toda la diversidad de hombres y mujeres que están dedicando su tiempo al trabajo de cuidados. 

“Ese porcentaje de mujeres que se está encargando de estas labores también tienen sus diferencias. Sabemos que las mujeres que están en el campo, las mujeres indígenas, afrodescendientes, o en las primeras etapas de la vida, es decir en la infancia, son quienes más desprotección viven, quienes menos acceso a derechos tienen y son quienes más recargadas tienen estas actividades”, de acuerdo con Colín. 

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Comentarios

8 comentarios en la nota: El Sistema Nacional de Cuidados en México existe solo en papel


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  1. Danae Ramirez Denegri dice:

    Excelente trabajo..!

    1. Serendipia dice:

      ¡Muchas gracias por leernos, Danae!