Serendipia llega a su quinto aniversario como medio de periodismo de datos en México.

El periodismo de datos en México es poco común. Y muy necesario. Hace cinco años, el 26 de septiembre de 2017, Serendipia publicó su primera investigación: una serie de reportajes y visualizaciones de datos sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en el marco del tercer aniversario del día en que los jóvenes fueron vistos por última vez.

Esta primera publicación, que también fue la presentación de Serendipia como medio digital de periodismo de datos en México, se encontró con algo imposible de predecir: el terremoto del 19 de septiembre de 2017. El reportaje sobre Ayotzinapa había sido un trabajo de meses cuya publicación estaba programada y tenía alianzas con otro medios digitales para incrementar su alcance.

Entonces llegó el sismo. El país estaba herido otra vez por una nueva tragedia, y no era realista pedirle que pusiera su atención y su corazón de nuevo en Ayotzinapa cuando había personas que lo habían perdido todo el 19 de septiembre. El segundo 19 de septiembre.

Pero publicamos. Porque el sismo ya estaba siendo cubierto por todos los medios del país, y porque el análisis del único informe que hasta ese momento había hecho público el gobierno sobre la desaparición de los 43 era -y es- importante. Porque los documentos estaban ahí, eran públicos, pero analizarlos, sistematizarlos y visualizarlos es un lujo que la mayoría de los medios de comunicación mexicanos no se puede dar.

También, porque Serendipia no podía -ni puede, ni quiere- competir con quienes publican las noticias en “tiempo real”. Las investigaciones de Serendipia necesitan tiempo. Para saber qué pasa al instante hay muchas opciones en el país, pero no para entender el análisis de los datos y las historias detrás de ellos.

Mucho ha cambiado desde ese 26 de septiembre, y mucho se mantiene igual.

Este año otra vez hubo un sismo el 19 de septiembre, aunque con consecuencias significativamente menores a las de 2017, y un medio nacional publicó el 24 de septiembre una columna (“Ayotzinapa: el encubrimiento”, de la periodista Peniley Ramírez, en Reforma) que podría ser el inicio de la “verdadera verdad” de Ayotzinapa, la que refute para siempre la “verdad histórica” construida (entre otros) por el ex procurador Jesús Murillo Karam durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Y mucho se mantiene igual. De nuevo, Serendipia no es un medio en el que nuestra audiencia se entere antes que nadie del sismo. No publicamos el “minuto a minuto”del temblor. Pero, unos días después, analizamos y visualizamos los datos del Servicio Sismológico Nacional para responder una pregunta: ¿es cierto que tiembla más en septiembre en México?

Y tanto se mantiene igual. El informe en el que basamos nuestra primera publicación no explicaba qué había pasado con los 43 normalistas de Ayotzinapa, era apenas un recuento de las acciones reportadas de manera oficial por la entonces Procuraduría General de la República (PGR) durante la investigación del caso. Este documento dice que, hasta 2016, conforme pasó el tiempo disminuyeron las acciones de las autoridades mexicanas para encontrar a los estudiantes. Nada más. Pero este era el único documento público hasta ese momento. Este medio digital intentó obtener más detalles por medio de solicitudes de acceso a la información. Casi todas fueron rechazadas.

En agosto de 2022, la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del caso Ayotzinapa publicó un nuevo informe. La mayoría de la información en este documento está testada (oculta con cuadros, rectángulos o franjas negras). Ocho años después, con un nuevo gobierno al mando (que por cierto, prometió esclarecer el caso Ayotzinapa), las madres y los padres aún no saben qué pasó con sus hijos, la ciudadanía aún no sabe qué pasó con los 43 estudiantes.

La columna de Peniley Ramírez no solo nos ayudaría a llegar a esa “verdad verdadera” del caso Ayotzinapa, sino que haría evidente que la Comisión para la Verdad, y el gobierno actual, testaron información pública. No se trataba de datos personales que pusieran en peligro la vida de alguien, no se trataba de información sensible que debiera ser protegida bajo algún supuesto contemplado en la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

El primer gobierno (el de Peña Nieto) construyó una “verdad” ficticia”, y el segundo (el de López Obrador), dijo que esclarecería el caso y sería totalmente transparente al respecto, pero no lo fue. En lugar de eso, publicó un informe en el que eliminó las partes que nos hubieran ayudado a entender qué pasó esa noche hace ocho años.

Aunque tanto ha cambiado, mucho se mantiene igual. Y por eso hoy, más que nunca, el periodismo de datos en México es urgente. Serendipia no es un diario en donde las personas pueden encontrar lo que sucede en el país segundo a segundo, es un lugar en donde pueden entender cómo avanza la pandemia de COVID-19, por qué el país atravesó un periodo de sequía hace unos meses, en qué gastan los gobiernos locales el presupuesto destinado a la Alerta de Género o cómo avanza el presidente López Obrador en el cumplimiento de sus 100 promesas de gobierno.

Serendipia es un medio que utiliza todos los días los mecanismos de acceso a la información pública, y que le explica a su audiencia cómo hacer solicitudes de información y por qué tener acceso a información pública es un derecho humano. Serendipia analiza y visualiza datos, y al mismo tiempo explica qué son los datos abiertos y por qué son parte esencial del derecho de acceso a la información.

Serendipia es un medio de periodismo de datos en México, un medio que cuenta las historias detrás de los datos y cuyo objetivo es darle a su audiencia la información que necesita para tomar mejores decisiones.

Esto ha sido durante cinco años. Y esto seguirá siendo.