Amarande Riojas denunció a Javier Lozano Alarcón y Gabriel Castañeda Gómez Mont por violación. Casi 10 años después el proceso penal fue suspendido por el juez Edgar Agustín Rodríguez Beiza, un juez acusado, él mismo, de abuso sexual.
Amarande Riojas Orozco es abogada. Se especializa en el combate a la corrupción y a la protección de mujeres víctimas de violencia, dos causas que la atraviesan: ella fue víctima de violación en 2016 y desde 2021, cuando decidió denunciar, se ha enfrentado a un sistema que describe como “completamente podrido”. El 2 de junio su caso fue sobreseído por el juez Edgar Agustín Rodríguez Beiza, después de un proceso que Riojas califica como injusto.
El caso de Amarande enfrenta, principalmente, dos retos: los presuntos violadores son Javier Lozano Ponzanelli (hijo del exsecretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón) y el abogado penalista Gabriel Castañeda Gómez Mont. Además, el juez asignado al caso fue Edgar Agustín Rodríguez Beiza, quien también ha sido acusado de abuso sexual.
Amarande asegura que Lozano Ponzanelli le ofreció 800 mil pesos para cambiar su testimonio y, al negarse, la demandó por falsedad de declaración. “No puede ser que un juez y un despacho sean más fuertes que todo el Estado Mexicano”, dice Riojas, quien asegura que no va a descansar en su lucha por un México más justo.
“No denuncié porque tenía miedo”
“Tenía mucho miedo de que me mataran, de que buscaran a mi familia, de que les hicieran daño, porque yo estaba consciente del poder económico y político que tenían estas dos sujetos”, dice Amarande. Por eso en 2016, cuando sucedieron los hechos, no denunció.
Los hechos ocurrieron el 16 de diciembre de 2016 en la Ciudad de Méico. Ese día Amarande fue a una comida del despacho Nassar Nassar y Asociados, en donde había trabajado dos años antes. Horas después de que inició la comida, Gabriel Castañeda Gómez Mont se acercó a ofrecerle un shot. En el lugar también se encontraba Javier Lozano Ponzanelli, el otro presunto agresor.
Después de tomar la bebida, Amarande fue invitada a sentarse en una mesa donde estaban sus excompañeros. Aunque algo le generaba desconfianza, decidió quedarse: “Ahí es cuando uno debe de seguir su sexto sentido”, dice ahora. Poco después comenzaron a llegar más bebidas, que según su testimonio, fueron solicitadas por Gabriel.
Minutos después de haber ingerido esas bebidas, Amarande perdió la noción del tiempo y del espacio. Solo conserva recuerdos fragmentados: episodios de desorientación, náuseas, y el momento en que recobró la conciencia en una habitación del hotel donde recuerda que estaba siendo agredida sexualmente por Gabriel y Javier.
Intentó defenderse, pero recibió un golpe fuerte en el rostro que la hizo perder el conocimiento nuevamente. Al despertar estaba sola, acostada en una cama dentro de la misma habitación. Como pudo, se arrastró por la alfombra tratando de salir del lugar. No tenía su celular ni sus pertenencias. Desorientada y en estado de shock, bajó por el elevador (que luego supo salía del piso 12) hasta la recepción, donde comenzó a pedir ayuda. Aún sentía los efectos de lo que. según dice, fue una posible droga añadida a su bebida, además del alcohol que había consumido.
Han pasado casi nueve años desde ese día y hoy Amarande necesita tomar un momento para respirar después de recordar la agresión de la que fue víctima.
Su tía llegó por ella al hotel: “dice que me traté de aventar del coche”, recuerda Riojas. “Después me di cuenta que obviamente estaba estaba golpeada, pero no quería aceptar que había sido víctima de violencia sexual”.
Amarande dice que le contó a su familia que la habían subido a un cuarto y la habían golpeado, pero no se atrevió a contar que había sido víctima de violación. Esto quiere decir que no denunció la violación y por lo tanto no recibió atención médica ni psicológica en ese momento. Y también que las pruebas irrefutables sobre lo que había sucedido nunca fueron recabadas.
“Yo tenía mucho miedo porque el papá de uno de ellos (de Javier) y la familia de Gabriel, pues todos tenían mucho poder, muchas influencias”. Además, pensaba que denunciar esa agresión le cerraría las puertas de otros despachos y nunca podría ejercer su profesión.
Amarande Riojas decide denunciar: “Ese violador quiere tomar la bandera feminista”
En 2021, una de sus amigas le pidió ayuda porque había sido víctima de Ricardo González “Rix”, quien también abusó de la influencer Nath Campos. Amarande le dijo que ella podía llevar su caso, pero necesitaba saber quién defendía a Nathalia.
Era Gabriel Castañeda Gómez Mont. “Por mi culpa, por mi silencio, por mi, por mi falta de de de valor”, pensó Amarande. “Ahora este violador, este despacho de corruptos, quieren tomar la bandera feminista para protegerse de todas las atrocidades que hacen”.
Y entonces decidió denunciar. Habló con su familia, con su pareja y con sus jefes en el despacho de abogados al que había entrado a trabajar un mes antes. “Me corrieron sin pagarme absolutamente nada, sin darme ninguna explicación, porque yo les conté que había sido víctima de violación por Gabriel y por Javier y que iba a presentar una denuncia”.
Después de presentar su denuncia con identidad reservada, Amarande Riojas continuó el proceso legal. Tiempo después, fue llamada por la fiscalía para someterse a una evaluación psicológica. Aunque no recibió los resultados en ese momento, más tarde un conocido le advirtió que el dictamen (favorable para ella) iba a ser desaparecido.
Amarande acudió de inmediato a la fiscalía y, tras insistir, logró recuperar su carpeta de investigación, en la que efectivamente el dictamen psicológico había sido retirado y luego reincorporado. Ese hecho le hizo sospechar que el proceso estaba siendo manipulado.
A partir de ahí, comenzó lo que describe como una travesía de obstáculos, irregularidades y revictimización. Mientras ella presentaba pruebas, sus agresores también aportaban testimonios que buscaban desacreditarla, como declaraciones de asistentes a la comida y una supuesta “prueba” basada en su lenguaje corporal en un video.
En medio del proceso, Amarande recibió amenazas, sus abogados fueron hostigados, y la investigación fue entorpecida por funcionarios que (según su testimonio) actuaban con parcialidad. Aun así, logró que la fiscalía ejerciera acción penal contra los acusados.
Pero en una audiencia de control para determinar los plazos del proceso, el juez Edgar Agustín Rodríguez Beiza la descalificó públicamente, llamándola mentirosa, antes de que se resolviera cualquier aspecto del caso. Esta audiencia, afirma Amarande, fue clave para evidenciar que el sistema estaba operando en su contra.
Testigo clave cambia su versión
Una de las pruebas más importantes en el caso de Amarande era el testimonio de Paulina, amiga de Amarande, quien inicialmente había declarado haber estado presente fuera del cuarto donde Javier y Gabriel retuvieron a Riojas. Según la víctima, Paulina le había contado que los agresores no la dejaban salir y que ella tenía el celular de Amarande.
Además, ambas tuvieron conversaciones en Facebook donde Paulina confirmaba que la agresión ocurrió en una habitación con dos hombres, Javier y Gabriel. “Paulina iba a apoyarme y a presentar su testimonio en el proceso, pero luego cambió su versión”, dice Amarande. Ella misma grabó una conversación con Paulina para documentar la intención de esta última de colaborar con la denuncia.
Pero tras la supuesta intervención de amenazas o presiones, Paulina cambió su declaración y presentó una versión completamente distinta en contra de Amarande, quien desconoce si fue amenazada o si hubo alguna otra forma de coacción, pero no cree que Paulina haya sido sobornada.
Además, otra persona que trabajaba en intendencia y presenció cómo la víctima era trasladada durante esos momentos también cambió su declaración. Según Riojas esta persona intentó intervenir para que se le brindara ayuda médica, ya que ella estaba “en un estado completamente perdido”, pero terminó presentando una declaración diferente, aparentemente bajo presión.
Estas contradicciones en los testimonios, sumadas a otras pruebas psicológicas presentadas, forman parte del material que Amarande señala como insuficientemente valorado por la autoridad judicial.
800 mil pesos por su silencio
Tras solicitar que el juez Edgar Agustín Rodríguez Beiza fuera retirado del caso por presunta parcialidad, Riojas enfrentó un proceso legal que se extendió durante un año. Mientras tanto, Lozano Ponzanelli la denunció por falsedad de declaraciones y a su abogado por fraude procesal.
Según su testimonio, estas denuncias fueron ocultadas para ejercer presión: su abogado le informó que los agresores buscaban un acuerdo en el que ella modificara su declaración a cambio de 800 mil pesos, el pago de terapias y el cierre del caso. Ella se negó, y su abogado renunció, presuntamente por amenazas contra su familia.
Tras perder el amparo para separar al juez del caso, Amarande continuó el proceso con una nueva defensa legal, ahora encabezada por Carla Michel Salas, presidenta de la Red Digna Ochoa. Pese a integrar nuevos datos de prueba y lograr que se reprogramara la audiencia inicial, el juez Beiza fue nuevamente asignado al caso. La audiencia fue convocada con solo 48 horas de anticipación, pese a que se había solicitado otra fecha porque la abogada de Amarande no estaba en la ciudad.
Finalmente, en la última audiencia, celebrada el 2 de junio, Riojas afirma que se le negó el uso de la voz a su abogada y que el juez impidió al Ministerio Público exponer más de 30 datos de prueba que incluían peritajes y evidencias físicas. Finalmente, el juez resolvió no vincular a proceso a los acusados y sobreseyó el caso, impidiendo que la investigación continuara.
Rodríguez Beiza fue previamente imputado por abuso sexual y ha sido denunciado en otros casos por liberar a presuntos violadores sin permitir la participación de las asesorías jurídicas. El juez fue candidato a magistrado federal en la Elección Judicial lo que, según Riojas, ha limitado su capacidad de hablar públicamente sobre él, ya que ella también fue candidata.
Ante esta situación, presentará una apelación en busca de revertir la decisión judicial.
Amarande Riojas les pide romper el pacto patriarcal
Después de denunciar la agresión de la que fue víctima, Amarande perdió comunicación con Nath Campos, pero sabe que el despacho que originalmente llevaba su caso era Nassar Nassar y Asociados. “Este despacho recibía casos de violencia sexual, incluyendo algunos que presuntamente le fueron remitidos por Alessandra Rojo de la Vega”. Rojo de la Vega es la actual alcaldesa de Cuauhtémoc, en la Ciudad de México.
En este contexto, Amarande dice que la hermana de Gabriel es socia de la organización Reinserta y también tiene conexiones con Alessandra Rojo de la Vega y el despacho Nassar Nassar. Rojo de la Vega ha reconocido en otros casos que sus abogados pertenecen a este despacho y ha expresado públicamente su apoyo a ellos. Pero cuando Amarande buscó su ayuda durante la presión que enfrentaba en su caso, Rojo de la Vega solo insistió en obtener la carpeta de investigación, la cual Riojas se negó a entregar debido a la amistad pública de esa abogada con sus agresores.
La víctima cuestionó que, pese a la imagen pública de feminista que proyecta Rojo de la Vega, esta no rompió el llamado “pacto patriarcal” al no publicar el video que evidenciaba la violencia sufrida ni apoyar activamente la denuncia, manteniendo una relación cercana con los abogados Nazar.
Además, Amarande Riojas dice que la diputada María Teresa Ealy Díaz, hija del dueño del diario El Universal y exabogada del despacho Nassar Nassar, ha calificado a los abogados de esa firma como “excelentes personas” y “protectoras de mujeres víctimas de violencia”.
La diputada, quien es víctima de violencia sexual y dirige una fundación dedicada a este tema, habría acusado a Amarande de mentir y manipular la verdad. El conflicto escaló cuando, tras la resolución judicial que sobreseyó el asunto relacionado con la denuncia, la diputada hizo una publicación en la que defendió la actuación del despacho Nassar Nassar y cuestionó a Amarande, acusándola de usar el feminismo como escudo y fabricar culpables, aunque según la víctima, estas afirmaciones no correspondían con los hechos. En el mensaje, la diputada aseguró que su lucha es real y continuará desde su fundación, y advirtió que no permitiría que la oposición y quienes lucran con el dolor ajeno pasaran.
Serendipia solicitó las versiones de la diputada Ealy, la alcaldesa Rojo de la Vega y el despacho Nassar Nassar y asociados, pero hasta el cierre de edición de esta nota no recibió respuesta.
“Esto no es de dinero, esto es de dignidad”
Amarande asegura que desde que denunció a Javier Lozano Alarcón y Gabriel Castañeda Gómez Mont no quiere “ni un centavo”, porque su dignidad no tiene precio. “Si fuera mi intención el dinero, ¿por qué seguir un proceso de cinco años donde han lastimado a mi familia y sigo sobreviviendo y alzando la voz?
Dice que su principal objetivo es buscar justicia y alzar la voz. Busca un proceso justo, en el que jueces imparciales puedan conocer la verdad y que ningún otro caso como el suyo vuelva a repetirse. “Porque parece que en este país solo existe el derecho selectivo, donde el que tiene dinero es el que tiene la razón, aunque sea un homicida, aunque sea un violador, va a salir impune y personas que decimos la verdad, personas que luchamos por justicia, terminemos hasta acusadas por delitos que no cometimos”.
Aunque el caso fue desechado por Rodríguez Beiza, Amarande Riojas asegura que agotará todas las instancias legales hasta obtener justicia. Su intención es aportar un granito de arena para que este tipo de situaciones no sigan ocurriendo, y evitar que más mujeres y víctimas pasen por el mismo sufrimiento que ella ha enfrentado.
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