Asesinato del líder limonero en Michoacán: el hallazgo del cuerpo de Bernardo Bravo Manríquez, con huellas de tortura y un disparo en la cabeza, evidencia la violencia y las extorsiones que enfrentan los productores agrícolas en Tierra Caliente.
El asesinato del líder limonero en Michoacán, Bernardo Bravo Manríquez, ha generado indignación en el país y vuelve a poner en evidencia la violencia y las extorsiones que enfrentan los productores agrícolas del estado.
Bravo, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán e integrante de la Asociación Nacional de Citricultores, fue hallado sin vida el lunes 20 de octubre de 2025 en la carretera Apatzingán–Presa del Rosario. Su cuerpo presentaba huellas de tortura y un disparo en la cabeza, luego de haber denunciado amenazas de muerte y exigir la intervención del gobierno ante el cobro de piso y la extorsión del crimen organizado.
Cronología del asesinato del líder limonero Bernardo Bravo
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Michoacán, estos fueron los últimos momentos del líder limonero:
Domingo 19 de octubre de 2025
- 11:00 a.m.: Bernardo sale de su casa en Morelia rumbo a Apatzingán para reunirse con productores agrícolas.
- 14:00 p.m.: Llega al tianguis limonero de Apatzingán y cambia de vehículo, abordando una camioneta Toyota gris.
- 16:00 p.m.: Se dirige hacia la localidad de Cenobio Moreno, una zona con fuerte presencia criminal. Su teléfono registra llamadas desde ese punto.
- 21:40 p.m.: Cámaras urbanas detectan nuevamente su camioneta en Apatzingán, rumbo a la zona rural de Loma de Hoyos.
- Entre 21:40 y 22:30 p.m.: Según las investigaciones, su cuerpo habría sido colocado en el asiento del conductor para simular que manejaba hasta el lugar donde fue hallado.
Lunes 20 de octubre
- 8:15 a.m.: La policía municipal recibe un reporte de una camioneta estacionada con el motor encendido. Dentro encuentran el cuerpo sin vida de Bravo con un disparo en la frente.
- 9:00 a.m.: La Fiscalía confirma que había muerto al menos 12 horas antes del hallazgo.
Detienen a un presunto responsable del asesinato del líder limonero
Un día después del crimen, el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, informó sobre la detención de Rigoberto “N”, alias “El Pantano”, presunto responsable del asesinato del líder limonero en Michoacán.
Según las autoridades, “El Pantano” sería jefe operativo de la célula criminal “Los Blancos de Troya”, grupo aliado de “Los Viagras” y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Su captura fue resultado de un operativo conjunto entre la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional en la región de Tierra Caliente.
El detenido también es señalado por coordinar las extorsiones y cobros de piso a los productores limoneros de Apatzingán y Buenavista.
Reacción del gobierno federal y estatal
Durante su conferencia matutina del 21 de octubre, la presidenta Claudia Sheinbaum lamentó el asesinato y pidió al secretario de Seguridad un informe detallado del caso. También instruyó al gobierno federal a brindar apoyo y protección a la familia de Bernardo Bravo.
Los gobiernos estatal y municipal de Michoacán emitieron comunicados de condolencias, reconociendo la labor del empresario agrícola y reiterando su compromiso con la seguridad del sector productivo. Sin embargo, los productores aseguran que los operativos son temporales y que la impunidad sigue siendo la regla.
¿Quién era Bernardo Bravo Manríquez?
Bernardo Bravo se convirtió en uno de los principales portavoces de los productores limoneros en Michoacán. En los últimos meses encabezó manifestaciones para exigir al gobierno estatal y federal que actuaran contra las extorsiones del crimen organizado, las cuales afectan directamente al precio del limón y a la seguridad de los agricultores.
Bravo también impulsaba una política de precios justos tanto en el mercado nacional como internacional. Su labor lo había convertido en una figura incómoda para los grupos criminales que controlan parte del negocio agrícola en Tierra Caliente.
Extorsiones al sector limonero: una crisis que lleva años
Desde 2022, los productores de limón en Michoacán han denunciado públicamente la extorsión y el cobro de piso impuesto por grupos criminales. En algunas regiones, estos grupos exigen pagos de entre 10 y 15 mil pesos por hectárea, o un porcentaje del valor de cada tonelada vendida.
A pesar de las denuncias, las autoridades no han logrado desmantelar las redes de extorsión que operan en la zona de Apatzingán, Buenavista y Parácuaro. En ese contexto, el asesinato del líder limonero Bernardo Bravo en Michoacán se interpreta como una represalia por su activismo y resistencia frente a estos grupos.
Un patrón de violencia contra líderes agrícolas
La tragedia de Bernardo Bravo no es un caso aislado. En 2016, su padre (también líder limonero) fue asesinado en circunstancias similares, luego de denunciar extorsiones y exigir mayor seguridad para los productores.
Desde 2024, al menos otros cuatro líderes limoneros han sido asesinados en Michoacán:
- Septiembre 2024: José Luis Aguiñaga Escalera, asesinado a tiros en Buenavista.
- Noviembre de 2024: Rogelio Escobedo Peñaloza fue asesinado sobre la carretera estatal Cuatro Caminos-Apatzingán.
- Enero de 2025: El productor de limón y profesor rural Ramón Paz Salinas murió al estallarle un artefacto explosivo improvisado tipo mina, mientras se dirigía de su huerta a dar clases a una localidad del municipio de Apatzingán.
- Febrero 2025: Un productor de 43 años falleció por otro explosivo en Buenavista.
- Septiembre 2025: Un productor fue ejecutado en la carretera Parácuaro–Cuatro Caminos.
Estos casos muestran cómo los grupos criminales mantienen el control territorial y económico del negocio del limón, mientras que los agricultores que se organizan o denuncian suelen convertirse en blancos de represalias.
Un llamado urgente a la protección del campo michoacano
El asesinato del líder limonero en Michoacán representa no solo una pérdida para el gremio agrícola, sino un golpe al derecho de los ciudadanos a exigir justicia y seguridad.
La familia de Bernardo Bravo, marcada por la violencia desde hace casi una década, exige que su muerte no quede impune y que el Estado actúe para proteger a los productores que mantienen viva una de las principales actividades económicas de la región.
Mientras tanto, los agricultores continúan su lucha, entre el miedo, la precariedad y la esperanza de que un día cultivar limón en Michoacán no signifique arriesgar la vida.



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