Ovidio Guzmán no está en la cárcel. Tras declararse culpable en Estados Unidos y comenzar a colaborar con las autoridades como testigo protegido fue trasladado a una locación no revelada.
Ovidio Guzmán no está en la cárcel, al menos no en una prisión convencional. El hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán desapareció del registro oficial del Buró Federal de Prisiones (BOP, por sus siglas en inglés) luego de declararse culpable de narcotráfico y otros delitos en una corte de Estados Unidos. Su paradero actual es desconocido, pero las autoridades confirman que se encuentra bajo custodia federal en un lugar no revelado como parte de un acuerdo de colaboración con el gobierno estadounidense.
El pasado 11 de julio, Guzmán López, alias “El Ratón”, se presentó ante la jueza Sharon Coleman en una corte federal de Chicago y aceptó su responsabilidad en cuatro cargos criminales, entre ellos tráfico de drogas, lavado de dinero y participación en una organización delictiva. Con ello, renunció al derecho a un juicio, se comprometió a cooperar con las autoridades y abrió la posibilidad de obtener una sentencia reducida.
Desde entonces, su nombre dejó de aparecer en el sistema de seguimiento penitenciario del BOP. Según la actualización más reciente, el hijo del capo sinaloense “ya no está bajo custodia” desde el lunes 14 de julio. Esta desaparición del registro no significa que se encuentre en libertad, sino que fue transferido a una instalación secreta, posiblemente en el marco del Programa de Protección a Testigos de Estados Unidos.
¿Qué implica la cooperación de Ovidio Guzmán?
Al declararse culpable, Ovidio Guzmán accedió a colaborar con las autoridades estadounidenses, entregando información relevante que podría servir para procesar a otros integrantes del Cártel de Sinaloa o incluso a organizaciones aliadas. Si los fiscales consideran que su asistencia es “sustancial”, se comprometieron a recomendar a la jueza que su condena no sea cadena perpetua, sino una pena más baja. La sentencia será anunciada hasta enero de 2026.
Los detalles del acuerdo de culpabilidad permanecen bajo reserva. Sin embargo, el abogado defensor del narcotraficante, Jeffrey Lichtman, reconoció que su cliente ha iniciado un proceso de colaboración. “No puedo compartir la naturaleza de la cooperación, pero cumpliremos con lo que se espera”, declaró a medios tras la audiencia. Lichtman aclaró también que la llegada de algunos familiares de Guzmán López a territorio estadounidense no forma parte del trato con la fiscalía.
Esta no es la primera vez que Ovidio Guzmán desaparece de los registros del BOP. Una situación similar ocurrió en octubre del año pasado, cuando se encontraba en negociaciones con el gobierno estadounidense. En ambas ocasiones, su ausencia del sistema penitenciario encendió especulaciones sobre su liberación, aunque funcionarios confirmaron que seguía bajo vigilancia en centros alternos.
“El Ratón” como testigo clave
El hecho de que Ovidio Guzmán no está en la cárcel y esté bajo resguardo especial apunta a que se ha convertido en un testigo valioso para las autoridades. Esto no es inusual en Estados Unidos: muchos exmiembros de organizaciones criminales han recibido sentencias reducidas a cambio de proporcionar información crítica que permita desmantelar redes de narcotráfico.
En este contexto, la cooperación de “El Ratón” podría significar un golpe severo para “Los Chapitos”, la facción del Cártel de Sinaloa que él lideraba junto con sus hermanos Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Joaquín Guzmán López. De acuerdo con documentos del Departamento de Justicia, este grupo controlaba al menos 11 laboratorios de metanfetaminas en Sinaloa y distribuía grandes cantidades de droga a Estados Unidos y Canadá.
La información que pueda proporcionar Ovidio sobre la estructura del cártel, sus rutas, colaboradores, contactos internacionales e incluso presuntos vínculos con funcionarios podría tener consecuencias significativas en las estrategias contra el crimen organizado a nivel transnacional.
El caso de su hermano y otras colaboraciones
Joaquín Guzmán López, hermano de Ovidio, también se encuentra en una situación legal parecida. Según informes, se entregó voluntariamente a las autoridades estadounidenses en julio de 2024 y actualmente está negociando un posible acuerdo de culpabilidad. Al igual que Ovidio, su nombre no figura en el sistema del BOP desde octubre de 2024, lo que sugiere que también fue trasladado a una ubicación protegida.
Ambos casos muestran un cambio notable en la dinámica de los hijos del “Chapo”, quienes durante años evitaron la extradición y se mantuvieron en posiciones de poder dentro del cártel. Su disposición a colaborar podría deberse tanto a la presión de las investigaciones como al interés por reducir sus propias condenas.
En medio de estos movimientos, ha resurgido el debate sobre el tratamiento legal que se otorga a capos confesos que acceden a colaborar. Organizaciones defensoras de víctimas en México cuestionan que criminales de alto perfil puedan obtener sentencias reducidas sin enfrentar plenamente la justicia por los delitos cometidos en su país de origen.
Ovidio Guzmán no está en la cárcel y tendrá sentencia en 2026
El acuerdo de culpabilidad contempla que Ovidio Guzmán no está en la cárcel en condiciones convencionales durante el periodo previo a su sentencia, la cual se dictará en enero de 2026. Hasta entonces, permanecerá bajo custodia, posiblemente en una instalación controlada por el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, quienes administran el resguardo de testigos protegidos y cooperantes de alto perfil.
Mientras tanto, la Fiscalía continúa evaluando la magnitud de la colaboración del exlíder criminal y si esta contribuye significativamente a los objetivos judiciales del país. De ser así, la recomendación de una condena por debajo de la cadena perpetua será validada por la jueza Coleman.
Lo cierto es que la frase “Ovidio Guzmán no está en la cárcel” se convierte en símbolo de una nueva etapa en la estrategia estadounidense contra el narcotráfico. No se trata de impunidad, sino de una apuesta por obtener información privilegiada que permita alcanzar a actores clave dentro de la organización criminal más poderosa de México.
El destino de “El Ratón” aún no está sellado, pero lo que ocurra en los próximos meses podría cambiar no solo su historia, sino también el curso del combate internacional contra el Cártel de Sinaloa.
“testigo valioso para las autoridades”. ¡MUY VALIOSO! Y en el pejedesgobierno hay quienes ya deben estar buscando cómo la libran. No son sólo los cárteles de la droga, sino TODOS los involucrados. Y ahí es donde esos narcomorenos se deben empezar a preocupar.