Datos del día de la tierra 2024 muestran que en seis años el calentamiento global podría ser irreversible; continuamos sin cumplir los objetivos ambientales de 2020.
El día de la tierra en 2024 reúne los esfuerzos de más de 190 países para crear conciencia sobre la crisis climática, así como promover un cambio de comportamiento para la protección del medioambiente. De acuerdo con el World Academic Forum (WAF), en 2030 se superará un umbral de calentamiento global que desencadenará cambios irreversibles para el planeta.
La conmemoración anual del 22 de abril busca ampliar el conocimiento sobre los desafíos internacionales que enfrenta cada uno de los países del planeta. Así como unir individuos y grupos con intereses similares, para abordar desafíos como la deforestación, la pérdida de biodiversidad y la sequía causada por actos humanos y naturales. Estos eventos recuerdan la importancia vital de adoptar prácticas sostenibles para preservar la tierra.
De acuerdo con el Reporte de Riesgos Globales del World Academic Forum (WAF), se estima que la crisis más peligrosa que enfrentará la tierra en la próxima década, será sobrepasar el punto de inflexión climática. Esto significa que el calentamiento global se excederá hasta 3 grados centígrados, lo que representa una temperatura irreversible. Las preocupaciones ambientales son todavía más críticas que aquellas que se relacionan con la economía y la guerra, ya que ambas se desencadenan por la carencia de recursos naturales.
¿Por qué es importante el Día de la Tierra?
Según el Reporte de Riesgos Globales del World Academic Forum (WAF), el principal problema que enfrentan las naciones y la sociedad es el clima extremo. Esta categoría supera los peligros de la desinformación en materia política y la crisis de pobreza. Además, cinco de los diez riesgos más urgentes y severos para la tierra, la economía y la sociedad en un lapso de diez años, tienen que ver con las consecuencias del cambio climático.
Estos son los diez principales riesgos que enfrentará la tierra en el lapso de una década:
- Eventos climáticos extremos.
- Cambios críticos y extinción de ecosistemas
- Colapso y pérdida de la biodiversidad
- Carencia de recursos naturales
- Desinformación y creación de falsas noticias
- Consecuencias negativas de la Inteligencia Artificial sin regulación
- Migración involuntaria
- Inseguridad virtual
- Polarización social
- Contaminación irreversible
Entonces, ¿qué consecuencias tiene la contaminación y el cambio climático? De acuerdo con el estudio, el potencial de los riesgos ambientales se relaciona directamente con las crisis sociales, políticas y económicas alrededor de la tierra.
La pérdida de biodiversidad y la carencia de recursos naturales aceleran el cambio climático a través de la liberación de emisiones de carbono. De esta manera, se amplifican los impactos relacionados con las sociedades y cada vez se generan más poblaciones vulnerables al clima.
Lo anterior, explica que la capacidad colectiva de las sociedades para adaptarse también padecería una crisis, generando polarización social, inseguridad y una necesidad de renovar o destruir toda la infraestructura que ya no sea funcional por la crisis de agua, la falta de recursos y el clima extremo.
En 2030, las consecuencias serán irreversibles
De acuerdo con la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), a pesar del progreso mediático en la conservación de la naturaleza y la implementación de políticas ambientales, los objetivos establecidos para la protección de la Biodiversidad de las Naciones Unidas no lograron cumplirse desde 2020.
Además, según el informe de la IPBES, los objetivos establecidos para 2030 sólo serán posibles si se realizan cambios transformadores que involucren la participación de los factores económicos, sociales, políticos y tecnológicos de las naciones.
Nuestra participación en el Día de la Tierra puede adoptar distintas formas, desde pequeños proyectos en el hogar o en las escuelas y la limpieza de basura en nuestra localidad. Hasta acciones más amplias como la plantación de árboles, la colaboración en iniciativas ecológicas o la participación ciudadana a favor del cuidado y respeto por la tierra.
El cambio no solo es urgente, es obligatorio para nuestra supervivencia y la del hogar que todas y todos habitamos.
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