El secuestro del Mayo Zambada fue orquestado por Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo Guzmán” con la esperanza de obtener crédito de colaboración en su juicio.

El secuestro del Mayo Zambada fue planeado y ejecutado por Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, con la expectativa de obtener beneficios judiciales en Estados Unidos. Sin embargo, la operación que incluyó engaños, sedantes y una falsa negociación no le garantizó ningún acuerdo de cooperación.

De acuerdo con documentos judiciales, el secuestro del Mayo Zambada también tenía como objetivo favorecer legalmente a Ovidio Guzmán López, “El Ratón”, detenido en enero de 2023 en México y posteriormente extraditado a Estados Unidos, donde se declaró culpable en julio de 2025.

El pasado 1 de diciembre de 2025, Joaquín Guzmán López se declaró culpable ante una corte federal en Illinois por cargos de narcotráfico, crimen organizado y por su participación directa en el secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes históricos del Cártel de Sinaloa.

Este hecho detonó una guerra interna en Sinaloa entre las facciones de “Los Chapitos” y “La Mayiza”, conflicto que continúa activo y que, de acuerdo con cifras oficiales y reportes periodísticos, ha dejado miles de víctimas en la entidad.

¿Cómo fue el secuestro del Mayo Zambada?

Según la declaración judicial presentada el 1 de diciembre de 2025, Guzmán López conocido como “El Güero Moreno” convenció a Ismael Zambada de salir de su escondite mediante un engaño cuidadosamente planeado.

La reunión se pactó para el 25 de julio de 2024 en Sinaloa, bajo el pretexto de mediar un conflicto político entre Rubén Rocha Moya, gobernador del estado, y Héctor Melesio Cuén Ojeda, entonces alcalde de Culiacán. En realidad, se trataba de una emboscada.

De acuerdo con una carta difundida posteriormente por Zambada a través de su abogado, fue citado en el rancho “Huertos del Pedregal”, ubicado a las afueras de Culiacán, alrededor de las 11:00 horas. En el encuentro también estaría Iván Archivaldo Guzmán Salazar, primogénito de “El Chapo”, a quien Zambada conocía desde su nacimiento, pues era compadre de su padre.

Antes de iniciar la supuesta reunión, Guzmán López pidió hablar a solas con Zambada en un cuarto que ya había sido acondicionado para el secuestro. Una vez dentro, varios hombres ingresaron por una ventana, le colocaron una bolsa negra en la cabeza y esposas de plástico. Posteriormente fue subido a una camioneta que lo trasladó a una pista de aterrizaje cercana.

Ahí lo esperaba un avión privado. Antes del despegue, Guzmán López le retiró la bolsa, lo amarró al asiento y le ofreció una bebida con sedantes, que él mismo consumió y administró a Zambada.

El avión aterrizó en Nuevo México, donde autoridades estadounidenses detuvieron a ambos capos sin que se registraran disparos, persecuciones o disturbios.

El motivo detrás del secuestro del Mayo Zambada

En su testimonio, Joaquín Guzmán López reconoció que el secuestro del Mayo Zambada tenía como finalidad obtener beneficios judiciales tanto para él como para su hermano Ovidio Guzmán.

No obstante, también admitió que el Gobierno de Estados Unidos no solicitó, indujo, aprobó ni toleró el secuestro. Además, confirmó que ni él ni su hermano recibirán reducciones de sentencia ni beneficios legales derivados de este acto.

Esta versión coincide con la carta de Ismael Zambada, difundida el 21 de febrero de 2025, en la que asegura haber sido secuestrado y afirma que desconocía el destino y la situación de las personas que lo acompañaban a la reunión.

¿Por qué no habían detenido antes a “El Mayo” Zambada?

Durante más de cuatro décadas, Ismael Zambada logró evadir tanto a autoridades mexicanas como estadounidenses. Fue el único de los líderes fundadores de los grandes cárteles mexicanos que nunca había pisado una prisión antes de su captura en 2024.

Estados Unidos lo mantuvo en su lista de los criminales más buscados, ofreciendo una recompensa de 15 millones de dólares por información que condujera a su detención.

Especialistas señalan que la principal razón de su prolongada impunidad fue la protección social y política que construyó con recursos económicos. En zonas serranas de Sinaloa, su organización ofrecía empleo, seguridad, atención médica y servicios básicos que el Estado no garantizaba, lo que le permitió tejer redes de apoyo comunitario.

Además, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) indicó que Zambada rara vez recurría a la violencia para expandir mercados. Su modelo de operación era principalmente empresarial, enfocado en la corrupción y la compra de protección institucional.

La entrevista de Julio Scherer con Ismael “El Mayo” Zambada

En 2010, el periodista Julio Scherer García publicó en la revista Proceso una entrevista histórica con Ismael Zambada. Fue una de las pocas ocasiones en que un capo de tan alto perfil, buscado por México y Estados Unidos, habló directamente con la prensa.

Durante la conversación, Zambada se mostró como un hombre metódico y discreto. El momento más contundente ocurrió cuando afirmó que su captura o muerte no cambiarían “absolutamente nada” en el narcotráfico, pues dijo que la red de corrupción que lo sostiene está profundamente arraigada en el sistema político.Años después, tras el secuestro del Mayo Zambada, esas palabras adquieren una nueva dimensión: la caída de uno de los líderes históricos del crimen organizado no solo reconfiguró al Cártel de Sinaloa, sino que evidenció las fracturas internas y el costo humano de una guerra que sigue cobrando vidas.