Se cumplieron los primeros 100 días de este gobierno. ¿Lo están haciendo bien? Es muy corto el tiempo para hablar de resultados, pero podemos hablar claramente de las expectativas y por supuesto de las acciones iniciales. En estos primeros 100 días, el actual gobierno ha dejado claro que su prioridad es el combate a la corrupción y el bienestar social. Esto puede implicar que el desarrollo económico, por ejemplo, pase a segundo plano.
Cambios presupuestales: transferencias monetarias directas
El gobierno de AMLO realizó cambios presupuestales redirigiendo el gasto público a programas de transferencias monetarias directas -sin intermediarios- dirigidas a sectores vulnerables. Este gobierno comenzó el programa de soporte a jóvenes que no estudian ni trabajan (Jóvenes Construyendo el Futuro) o que estudian la preparatoria (Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez).
Aumentó el monto y la cobertura de apoyo a adultos mayores (Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores), creó una pensión para personas con discapacidad (Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente) y ha mencionado el comienzo de programas de siembra de árboles (Sembrando Vida) y Tandas del Bienestar, programas que, aunque no tenemos certezas sobre su impacto, se esperaría que tuvieran efectos positivos en el bienestar de las familias.
Por otra parte, la confianza del consumidor está en sus máximos. Este indicador normalmente nos habla de lo que pasará en el futuro próximo, por lo que, si esta vez refleja ese futuro incierto, estaría prediciendo un buen escenario económico para los próximos meses.
Sin embargo, aunque la inflación dejó de aumentar durante enero y febrero, el tipo de cambio se ha mantenido en una banda de entre 18.9 y 19.6 pesos por dólar; esto sin contar el alto nivel que tuvo ante la incertidumbre previa a las elecciones, en el que alcanzó los 20.5 pesos por dólar.
Los mercados financieros y las calificadoras de inversión se han mantenido alerta y han apostado a una mayor volatilidad. Lo que ha resultado en bajas en las perspectivas de calificación de deuda soberana, una baja en la calificación de Petróleos Mexicanos, y en una salida de inversión de los mercados de deuda y activos.
Expectativas de estabilidad macroeconómica y la comunicación del Presidente y su equipo
Los mensajes del presidente y de su gabinete, así como de los principales voceros de Morena en las Cámaras legislativas, son importantes para mantener las expectativas de estabilidad macroeconómica. Sin embargo, algunos de ellos han propuesto iniciativas o han hecho comentarios -a viva voz o mediante redes sociales- en los que sus afirmaciones inyectan desconfianza a los mercados. Es el caso de las menciones sobre el uso de las reservas internacionales para el pago de la deuda, o las modificaciones al sistema financiero en las que cortarían las comisiones bancarias o peor, cuando un senador dijo que querían proponer vetar a las calificadoras que restaran estabilidad al gobierno.
En estos casos, los mercados no toman en cuenta el nombre de la persona, sino el papel que representa. De esta manera, estos comentarios desafortunados e irresponsables pudieran llevar a una situación comprometedora, que hasta este momento se ha controlado, pero que pudiera derivar, en el peor de los casos, en una salida de capitales. Por rumores en sistemas financieros se han desplomado economías de países. En ese sentido, el gobierno debe acelerar su curva de aprendizaje en materia de manejo de expectativas.
Expectativas que forman y moldean a través de sus numerosos mensajes. Este es un gobierno que informa de manera diaria, directa y frontal, a través de la televisión, redes sociales y multiplataformas para la reproducción de música y video vía streaming. Es importante que revalore sus mensajes y se rodee de un equipo capacitado que le permita tomar mejores decisiones en política económica y en las expectativas económico-financieras que quiere mostrar.
Si transmite estabilidad y los datos mensuales la corroboran, los mercados tendrán confianza en nuestro gobierno por lo que confiarán más en nuestros mercados y en nuestras empresas, lo que se traduce en mayor empleo, en mayores ganancias que se convertirán en impuestos, mismos que servirán para mantener la carga presupuestal de los programas de bienestar social que promueve. Se trata de construir círculos virtuosos que consoliden la estrategia trazada.
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