El secuestro del periodista Noé Zavaleta en Guadalajara conmociona al mundo del periodismo. Aunque fue liberado horas después tras una confusión por parte de sus secuestradores, lo golpearon y extorsionaron.
El secuestro del periodista Noé Zavaleta ha puesto de nuevo el foco en la inseguridad que afecta a México, incluso en eventos internacionales como la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. Zavaleta, conocido por su trabajo periodístico sobre crimen organizado y corrupción, fue privado de su libertad en la madrugada de este miércoles por presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Tras horas de incertidumbre, fue liberado y se encuentra a salvo, aunque golpeado, según confirmó su colega Ricardo Ravelo.
Alrededor de la 1:40 de la mañana un grupo armado irrumpió en el lugar donde Zavaleta se encontraba. En un principio, el periodista pensó que se trataba de un robo, pero los agresores lo golpearon y comenzaron a extorsionar a sus familiares, exigiendo el pago de 35 mil pesos. Horas después, al darse cuenta de que se trataba de una confusión, los secuestradores lo liberaron. “Este no es el que andamos buscando”, dijeron antes de dejarlo ir. Ravelo, quien dio la alarma en redes sociales, confirmó la noticia de la liberación alrededor de las 7:00 de la mañana.
El secuestro del periodista Noé Zavaleta ocurrió mientras este se preparaba para presentar el libro México lindo y herido. Periodismo y crimen organizado desde la mirada de quienes informan, de Elba Díaz, en la FIL Guadalajara. Sin embargo, tras el secuestro, Zavaleta decidió cancelar su participación. Este ataque, aunque breve, pone de manifiesto el alto riesgo que enfrentan los periodistas en México, uno de los países más peligrosos para ejercer esta profesión.
La violencia contra la prensa en México
Organizaciones como Artículo 19 han documentado 168 asesinatos de periodistas desde el año 2000 y más de 30 desapariciones. Tan solo en 2023 se registraron 561 agresiones contra comunicadores, lo que equivale a un ataque cada 16 horas. El secuestro de Zavaleta es el más reciente en una larga lista de atentados que buscan silenciar voces críticas. En marzo de este año, Jaime Barrera, otro destacado periodista, también fue secuestrado en Zapopan y liberado tras 36 horas de cautiverio. Y apenas ayer fue asesinado el periodista Adriano Bachega en Nuevo León.
Zavaleta es una figura clave del periodismo de investigación en Veracruz. Autor de libros como El infierno de Javier Duarte, ImpuneMex y Las Buscadoras, ha documentado los vínculos entre el crimen organizado y el poder político. Colabora con medios como AlJazeera y La Opinión de México, donde su trabajo se centra en visibilizar las violaciones a los derechos humanos en un país marcado por la impunidad.
La FIL Guadalajara, el evento literario más importante en español, se desarrolla este año bajo la sombra de la violencia. En Jalisco, estado sede del evento, los asesinatos y desapariciones son alarmantes: más de 2,000 homicidios y 15,000 desaparecidos en lo que va de 2024. El secuestro del periodista Noé Zavaleta evidencia que ni siquiera un espacio dedicado a la cultura y el pensamiento crítico está exento del azote del crimen organizado. Organizaciones y colegas exigen justicia y garantías de seguridad, no solo para Zavaleta, sino para todo el gremio.
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