El acoso callejero es una realidad diaria que muchas enfrentan en silencio, con miedo e impotencia. ¿Qué puedes hacer si te encuentras en esta situación? Aquí te explicamos cómo actuar y protegerte.

El acoso callejero no es una broma, es una forma de violencia que afecta a miles de niñas y mujeres mexicanas día con día. Aunque salir a la calle no debería ser un acto de valentía, estas agresiones provocan que niñas, adolescentes y mujeres tengan miedo de hacer algo tan cotidiano como tomar el transporte público. 

Y es un problema generalizado en México. 2024 fue el año con el mayor número de llamadas de emergencia por acoso u hostigamiento sexual a nivel nacional. De acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en ese periodo 12 mil 923 personas llamaron al 911 para denunciar acoso. Esto representa por lo menos 35 llamadas de emergencia por acoso sexual al día. 

Pero el número podría ser mayor. La cifra negra de delitos como la violencia sexual, dentro de la cual se encuentra el acoso callejero, es de 95.7 por ciento, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2024 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Esto quiere decir que, en promedio, solo cuatro de cada 100 casos de acoso callejero son denunciados en México. 

“Es  necesario  reconocer  que  las  tendencias  de denuncia responden más a las necesidades de la persona agredida, así como a la confianza que  tiene  en las autoridades, más que al nivel de incidencia en sí mismo. Más denuncias no implican menos impunidad, es necesario analizar cómo  prosiguen  los  casos  y  si  estos  se  judicializan.  También  es  importante  pensar  en  la resolución y si existe reparación para las víctimas. La denuncia en sí misma no es una vía que asegure que se cubrirán las necesidades de reparación y justicia”.

-Fernanda Torres, Oficial de Datos de Intersecta. 

¿Te has detenido a pensar en cuál es el protocolo de acción ante esta forma de violencia? En estas situaciones, el miedo es paralizante, pero tener herramientas para actuar y defenderte es crucial y podría salvar tu vida. Esta es una guía para actuar en casos de acoso callejero. 

¿Qué es el acoso callejero? Guía rápida para reaccionar

Antes de empezar, recuerda que no hay excusas para el acoso: nada ni nadie puede justificar el abuso contra tu cuerpo y tu integridad. La forma en que vistes o te comportas (siempre y cuando no vulnere los derechos de otras personas) es tu decisión y no debe ser cuestionada bajo ningún motivo. El acoso es responsabilidad de quien lo comete, no de quien lo recibe.

De acuerdo con las especialistas, no hay acciones correctas o universales ante una situación de  acoso  callejero. “Es  necesario  evaluar  el  entorno  inmediato,  la  persona  agresora  y  las  capacidades de actuar ante el escenario específico.  Una primera acción a evaluar es decidir si responder o no a la persona agresora, reclamando espacio  o  cuestionando comportamientos. Esto es funcional sí y solo sí hay oportunidad de moverse a un espacio seguro (con más personas o con autoridades)”, explica Fernanda Torres en entrevista con Serendipia. 

Particularmente, el acoso callejero incluye comportamientos como los siguientes: 

1. Miradas invasivas.
2. Comentarios lascivos o no deseados.
3. Tocamientos indebidos.
4. Cualquier otra conducta que te haga sentir incómoda o insegura. 

Si te has sentido perseguida por alguien que te mira de una forma incómoda, o si has tenido que cambiar tus hábitos, como tu forma de vestir o la ruta que tomas para evitar a esa persona, es probable que estés enfrentando un caso de acoso.

Pero en la vía pública hay muchas personas que no volverás a ver. Por eso, es crucial que tengas los ojos abiertos. Esta es una guía sencilla para actuar contra el acoso callejero, con información del protocolo oficial del Instituto de las Mujeres (INMUJERES) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH): 

1. La prevención y recopilación de pruebas empieza desde tu primer instinto. Si te sientes incómoda en la calle por alguna conducta extraña, no dudes en compartir lo que estás viviendo. Nunca pienses que estás exagerando. 
2. Si vas en el transporte público, puedes sacar la cámara de tu teléfono celular para estar lista y grabar las pruebas de la agresión. 
3. Mientras haces eso, acércate a las autoridades del transporte, ya sea el conductor o los vigilantes.
   1. Si vas caminando en la calle y te están siguiendo, entra a un negocio con clientes o policías. Es esencial que te alejes de la persona agresora y encuentres un espacio seguro, con más personas y con autoridad. 
4. En ese momento, llama al 911 y explica cómo te están acosando. Aunque esto no es una denuncia sino un reporte, es necesario para garantizar tu seguridad, en algunos casos tu propia vida. Así, las autoridades tendrán registro de la fecha, la hora y el lugar de la agresión.
5. Procura mantener la calma y grabar las evidencias que necesites. Este protocolo funciona en espacios públicos o con mucha gente. Por ejemplo: 

• Si una persona te toca sexualmente en el transporte público. 
• Si alguien te está siguiendo mientras caminas. 

Es importante que reconozcas que no eres culpable. El acoso no depende de tu vestimenta ni de cómo te comportes; nadie tiene derecho a invadir tu espacio de esta manera. Guarda las evidencias y no te alejes de las autoridades hasta que tu seguridad esté garantizada o alguna persona de confianza pueda ir por ti y acompañarte a tu destino. 

¿Qué hacer si sufres acoso callejero continuamente?

Si una persona te acosa constantemente en la calle, debes tomar medidas inmediatamente. 

1. Recaba información: si es seguro hacerlo, toma nota de los detalles del incidente. Esto puede incluir la descripción del agresor, si hay testigos, grabaciones, fotos, o mensajes que puedan ayudar a probar las veces que te ha acosado. 
2. Habla con las autoridades: si te sientes en riesgo o si el acoso se repite constantemente en tu ruta cotidiana, es importante denunciar. Las autoridades pueden ayudarte a tomar las medidas necesarias para protegerte. Si lo prefieres, hay servicios especializados donde puedes denunciar el acoso de forma confidencial.
   1. Además, habla con las autoridades de tu trabajo o escuela para que estén enteradas y planteen medidas de seguridad. 
3. Si decides denunciar, es importante contar con el apoyo de las personas cercanas que te brindan compañía emocional. No estás sola, las organizaciones locales o instituciones públicas también pueden ser de gran ayuda.
4. Puedes acudir al ministerio público, a la policía o a centros de justicia especializados en casos de violencia de género. Si no sabes qué hacer, no dudes en preguntar por el protocolo adecuado para presentar una denuncia.

Recuerda que las pruebas son importantes, si tienes evidencia (mensajes, grabaciones, testigos), compártela con las autoridades. Pero recuerda que lo que has vivido y tu historia personal no deben ser cuestionados ni juzgados durante el proceso. Tu ropa y aspecto no deben ser juzgados bajo ningún motivo. 

Cuando presentes la denuncia, se abrirá una carpeta de investigación donde se incluirá tu testimonio y toda la información relevante para poder identificar al agresor. Es posible que te pidan que detalles cómo ocurrió el acoso y que describas al agresor, en caso de que lo conozcas.

• Si el hecho ocurrió en un lugar público y existen cámaras de seguridad, puedes solicitar que revisen las grabaciones. Recuerda que muchos de estos videos se eliminan después de pocos días, es crucial pedir que los resguarden lo más pronto posible. 

No estás sola y no es tu culpa: haz tu denuncia

El acoso es una violación a tus derechos, y como tal, debes recibir apoyo y protección. A lo largo de tu denuncia o reporte, asegúrate de anotar el número de la carpeta de investigación o de seguimiento del caso, así como el nombre de la persona que te atendió. 

Recuerda:

• Si algo te incomoda, tienes derecho a decirlo y a que se respete tu decisión.
• Nadie puede justificar el abuso con la manera en que vistes o te comportas. El acoso es responsabilidad del agresor, no de la víctima. 
• No dudes en compartir lo que estás viviendo. Ya sea con familiares, amigos, o en espacios especializados, no estás sola.

Denunciar el acoso y defender tus derechos es un paso importante para que todas y todos vivamos en un entorno más seguro y respetuoso.