El gobierno federal ofrece créditos por 25 mil pesos para personas trabajadoras del hogar que hayan sido afectadas por la crisis sanitaria por COVID-19. Para obtenerlo, las trabajadoras deben estar afiliadas al IMSS, requisito con el que cuenta solo 0.9 por ciento de las personas ocupadas en esta actividad.

El lunes 11 de mayo, el gobierno federal anunció la entrega de créditos por 25 mil pesos a personas trabajadoras del hogar y trabajadores independientes que estén afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El registro para estos créditos empezó el miércoles 13 de mayo por medio del sitio web oficial del IMSS. 

“Entiendo que el Seguro Social actúa en la medida de sus facultades y solo puede otorgarle créditos a quienes están afiliadas, (pero) hay un problema previo: el IMSS no ha hecho suficientes esfuerzos para que se afilien a los trabajadores del hogar y el modelo piloto que tenía no funciona como debería”, dice Ana Farías, directora de la organización Parvada Estrategias Comunitarias, A.C.

En México hay 2.3 millones de personas dedicadas al trabajo del hogar, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del nstituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Pero solo 22 mil 300 de estas trabajadoras están afiliadas al IMSS, de acuerdo con datos de ese instituto. Es decir, solo 0.9 por ciento de las trabajadores del hogar en México cuentan con seguridad social y por lo tanto son candidatas a este crédito. 

Al presentar el programa “Crédito solidario a la palabra: trabajadoras del hogar”, Zoé Robledo, director del IMSS, dijo que hasta ahora 21 mil 300 trabajadoras del hogar han sido inscritas en el programa piloto y que hay otras mil vigentes en el esquema de aseguramiento anterior, quienes también pueden ser beneficiarias del crédito. 

“El gobierno federal está pensando en llegar a este sector de la población a través de una institución que no logra la cobertura que debería. El error es del IMSS, pero también del gobierno federal por no implementar estrategias complementarias”, dice Farías. 

“¿Por qué no nos ayudan?“

El programa de créditos solidarios a la palabra para trabajadoras del hogar y trabajadores independientes empezó el 13 de mayo y concluirá el 15 de junio. Hasta el 20 de mayo, el IMSS reportó haber recibido dos mil 685 solicitudes, de las cuales mil 655 fueron realizadas por trabajadoras del hogar y el resto, por trabajadores independientes. 

Es decir que a una semana de la presentación del programa, 7.4 por ciento del universo de personas elegibles para este préstamo lo han tramitado. 

Serendipia publicó un video sobre el proceso para solicitar este crédito. Las personas que lo han visto han dejado comentarios sobre lo injusto que es reducir el universo de posibles beneficiarias a las trabajadoras del hogar que están afiliadas al IMSS: “Señor presidente, y las trabajadoras del hogar que no estamos aseguradas, ¿por qué no nos ayudan?”, dice uno de estos comentarios, que apela a Andrés Manuel López Obrador. 

“Hay trabajadoras que están jubiladas y tienen IMSS porque antes trabajaban en otra cosa, pero para ellas no aplica tampoco, porque tienen que estar bajo este régimen específico”, dice Ana Farías. 

Aunque en 2019 el gobierno federal puso en marcha un programa piloto para la incorporación de los trabajadores del hogar al Seguro Social, las condiciones en las que trabajan aún no son las ideales. 

En 2017, 87 por ciento de las trabajadoras del hogar trabajan sin prestaciones laborales y 96 por ciento de ellas trabajaban sin un contrato escrito que especificara sus actividades, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS 2017) del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

El programa “Crédito solidario a la palabra” pretende que las personas que trabajan en estas condiciones paguen 823 pesos al mes durante tres años. Al respecto, Ana Farías dice que este podría ser un gasto catastrófico para las trabajadoras del hogar, porque ese es el monto aproximado que ganan en una semana y “muchas son jefas de familia, no solo se mantienen a ellas, por lo que pagarlo podría ser incluso un gasto catastrófico”. 

Para que este programa signifique un verdadero apoyo para las personas trabajadoras del hogar, “no tendría que ser a modo de crédito”, dice Ana Farías, “además tendría que ser una política no focalizada y tal vez programas que tengan que ver con la entrega de alimentos de calidad. Hay que asegurar la disponibilidad de alimento fresco, sano y de calidad”. 

Afiliación de las trabajadoras del hogar al IMSS

En 1 de abril de 2019, el IMSS puso en marcha el programa piloto “Incorporación de las trabajadoras del hogar” para garantizar el acceso a la seguridad social a este sector de la población y lograr que estuviera en igualdad de condiciones que el resto de los trabajadores. 

Un año después, el programa solo ha logrado afiliar a 21 mil 300 personas trabajadoras del hogar: 0.9 por ciento de las personas ocupadas en esta actividad en México. 

Las personas que emplean a trabajadoras del hogar “a veces ni siquiera conocían la página para afiliación. Además, las personas físicas no podían pagar en línea, tenían que ir al banco”, y todo esto supone trabas para el proceso de afiliación, dice Ana Farías. 

Además, si la trabajadora tiene varios empleadores, todos debían pagar la cuota en el IMSS, o la trabajadora debía absorber ese gasto. Ana Farías dice que “quienes terminan pagando el costo de estos errores de diseño son las trabajadoras”. 

Para Farías, la afiliación de las trabajadoras del hogar al IMSS no debería ser voluntaria porque no es posible “diseñar una política pública a partir de la buena voluntad de la gente, ese es otro error (en el diseño del programa). Si el trabajo del hogar es como cualquier otro, pues que sea así en la práctica”.