El Golfo de América ya está en Google Maps. ¿Pero un presidente puede cambiar el nombre del océano con un decreto? Esto dicen los expertos.
El Golfo de América ya está en Google Maps, una de las aplicaciones más utilizadas a nivel mundial. Después de tomar protesta como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ordenó rebautizar el Golfo de México como “Golfo de América” mediante un decreto nacional. A pesar de las protestas de México y la postura de rechazo de la presidenta Claudia Sheinbaum, la multinacional Google fue de las primeras empresas en acatar la orden y actualizar el nombre de su mapa para los usuarios de Estados Unidos.
Pero, ¿qué derecho tiene el presidente de un país para cambiar el nombre de esta parte del océano? De acuerdo con el Doctor Armando Azúa García, del Departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana (IBERO), no existe un documento interno ni un tratado internacional que establezca el nombre de “Golfo de México”. En realidad se trata de una convención nacional, y su cambio obedece a conflictos de poder.
El cambio de nombre fue una de las primeras decisiones de Trump al asumir el cargo, pero viene acompañada de otras medidas que podrían tener un impacto agresivo en las relaciones internacionales, como los aranceles y las deportaciones de migrantes. El 24 de enero de 2025, el Departamento del Interior anunció que el nuevo nombre del “Golfo de América” ya es oficial en Estados Unidos. Esto no aplica para México y según la IBERO, no afectaría los derechos de nuestro país sobre esta región.
Google Maps ya tiene “Golfo de América”, pero solo aplica para Estados Unidos
De acuerdo con Google, la decisión de actualizar el nombre del Golfo de México a “Golfo de América” en sus plataformas se basa en “fuentes gubernamentales oficiales”, específicamente en el Sistema de Información de Nombres Geográficos (GNIS) que regula los nombres geográficos en Estados Unidos.
Sin embargo, las decisiones de un solo presidente sobre el territorio marítimo que comparte con otros países no tendrían por qué ser así de determinantes. El Golfo de México no le “pertenece” ni a México ni a Estados Unidos. Esta cuenca oceánica cubre más de 1.6 millones de kilómetros cuadrados y está contenida entre el océano Atlántico y el mar Caribe. Sus orillas están delimitadas por el este de México, el sureste de Estados Unidos y el occidente de Cuba, explica la cadena de noticias BBC.
Aunque el nombre del Golfo de México cambiará en los mapas de Google para los usuarios estadounidenses, la compañía aclaró que fuera de Estados Unidos se mantendrán ambas denominaciones. “Cuando los nombres oficiales varían entre países, los usuarios de Maps ven el nombre oficial local. En el resto del mundo, todos verán ambos nombres”, señaló Google en su cuenta de noticias en X.
En este caso, solo Estados Unidos verá el nombre “Golfo de América”, mientras en territorio mexicano seguirá siendo Golfo de México y el resto del mundo podrá ver ambos nombres al consultar el mapa.
¿Qué tendría que pasar para cambiar el nombre del golfo oficialmente?
A pesar de la importancia política del Golfo de México para México, el cambio de nombre no tiene un impacto legal directo en el país, según expertos. Azúa García explica que no existe un tratado internacional que establezca el nombre oficial del golfo, en este sentido, si Estados Unidos decide llamarlo Golfo de América, no afecta directamente a México.
Lo que podría resultar más problemático es si Estados Unidos decidiera declarar el Golfo de México como mar territorial, es decir, un mar en el que solo determinado país (en este caso Estados Unidos) tiene soberanía completa sobre sus aguas, espacio aéreo y recursos.
Esto “podría impedir el paso “inocente”, que consiste en que los barcos de todos los Estados pueden navegar por el mar territorial de otro, siempre que se trate de un paso rápido y sin detenciones. “Los patrullajes marítimos serían costosos”, explica la IBERO.
Hasta el momento, ese no es el caso. Pero para que el nombre del “Golfo de América” sea oficial internacionalmente, Trump necesitaría la autorización de México y de Cuba, así como de varias entidades internacionales, como la Organización Hidrográfica Internacional, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el Grupo de Expertos de Naciones Unidas en Nombres Geográficos (UNGEGN), indica la BBC.
Por su parte, México no parece dispuesto a negociar. La presidenta Claudia Sheinbaum reaccionó a la propuesta de Trump sugiriendo: “¿Por qué no le llamamos América Mexicana (a Estados Unidos)? Se oye bonito” en su conferencia mañanera del 24 de enero. Días después, anunció que había enviado una carta a Google en la que le pide delimitar la zona del Golfo que le corresponde a cada país; también solicitó que la empresa incluya el mapa de 1607 que aparece en Mapa de América Mexicana en el buscador de Google ante las palabras ‘América Mexicana’.
Y el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aseguró que existen otras cosas más importantes. “Lo que nos importa es proteger la relación entre ambos países”, dijo también en la mañanera de la presidenta.
El cambio del Golfo de América es simbólico, ¿pero afecta a México?
Aunque el cambio de nombre es un gesto político y simbólico de la administración de Trump, su efecto en términos legales y territoriales parece limitado. Lo que sigue siendo importante es cómo este tipo de decisiones arbitrarias pueden generar tensión en las relaciones internacionales, especialmente en una región tan estratégica como la del Golfo de México.
Para Google, este es solo un capítulo más de una práctica en donde los mapas y las denominaciones geográficas se adaptan a las normativas internas de cada país. Pero el Golfo de México es un área que alberga diversos ecosistemas marinos y costeros. Y cualquier cambio de nombre implicaría modificaciones legales en cartas náuticas, mapas oficiales y normativas nacionales que los países implicados tendrían que ajustar.
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