Las mujeres ganan menos, pero trabajan más: Coneval

Las mujeres ganan menos, pero siguen trabajando incluso al llegar a sus hogares, según muestra el informe de Pobreza y Género de Coneval. 

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Las mujeres ganan menos, pero siguen trabajando incluso al llegar a sus hogares, según muestra el informe de Pobreza y Género de Coneval. 

Las mujeres ganan menos y sus jornadas de trabajo son más extensas que las de los varones en México, según el informe del Sistema de Indicadores sobre Pobreza y Género (SIPyG) del periodo 2016-2022 (Coneval). Aunque aproximadamente un tercio de los hogares en el país son sustentados económicamente por mujeres, estas familias presentan mayor presión económica porque registran mayor población dependiente de sus trabajos. 

El SIPyG visibiliza la forma en la que el género incide en la desigualdad y la discriminación hacia las mujeres en el ámbito económico y laboral. Así como indicadores de carencia en aspectos vitales como la alimentación, la vivienda y el acceso a los derechos sociales. A pesar del extenso porcentaje de familias sustentadas por mujeres en México, sus jornadas de trabajo son más extensas, menos remuneradas e incluso no remuneradas cuando se trata de cuidados.

92 de cada 100 mujeres empleadas en situación de pobreza no tienen prestaciones laborales ni seguro social. Abordar la desigualdad de género y ampliar la protección hacia los grupos vulnerables no solo reconoce la disparidad de oportunidades y recursos entre hombres y mujeres, sino que también busca garantizar que los programas y políticas gubernamentales resuelvan las necesidades específicas de las mujeres y familias mexicanas. 

Ganamos menos, pero no dejamos de trabajar en el hogar

El SIPyG ofrece un análisis de la relación entre la pobreza y el género durante el periodo comprendido entre 2016-2022. En el informe, se destaca la influencia de la división sexual del trabajo para las mujeres. Este fenómeno las expone a un mayor riesgo de pobreza o perpetúa su situación en contextos desfavorecidos en comparación con los hombres.

Los resultados del SIPyG revelan los factores del panorama económico de las mujeres mexicanas, que limitan sus oportunidades en el mercado laboral, aumentando su vulnerabilidad ante la pobreza y la marginación. Estos son los principales indicadores del análisis: 

  1. Trabajo del hogar no remunerado
  2. Condición de ocupación
  3. Duración de la jornada laboral
  4. Empleo sin pago
  5. Segregación laboral
  6. Rezago educativo
  7. Salud
  8. Seguridad social
  9. Vivienda
  10. Alimentación
  11. Características de los hogares.

Asimismo, la inseguridad económica y laboral se manifiesta en la precarización de sus derechos fundamentales. En el caso de la salud, 92 de cada 100 mujeres empleadas en situación de pobreza no tienen prestaciones laborales ni seguro social. 

Algunas personas obtienen el derecho a recibir atención médica en el seguro social a través de familiares. El informe muestra que las mujeres suelen acceder a los servicios de salud a través de sus familias, posiblemente porque tienen menor participación en trabajos remunerados. 

A continuación, se presenta una lista de las principales consecuencias de la desigualdad causadas por la brecha de género de 2016 a 2022: 

Al regresar del trabajo, seguimos trabajando

  1. De 2016 a 2022, la jornada del trabajo del hogar no remunerado fue más extensa en mujeres, con un promedio de 32 horas para ellas, en contraste con las 14 horas observadas en los hombres.
  2. Las mujeres en situación de pobreza son quienes dedican más tiempo al trabajo del hogar no remunerado (34 horas semanales) y también quienes participan menos en el empleo.
  3. Indistintamente a la situación de pobreza, el trabajo al que las mujeres dedican mayor tiempo es al cuidado a otras personas del hogar, con 27 horas semanales en promedio.
  4. El trabajo del hogar no remunerado se intensificó en contextos de pobreza para las mujeres (con cinco horas más a la semana) pero no para los hombres. 
  5. A su vez, el empleo remunerado se redujo 8 horas semanales para las mujeres respecto al índice de los varones.

Trabajamos más y ganamos menos

  1. Los hogares con jefaturas de mujeres son los que presentan mayor presión económica para solventar sus necesidades, ya que registran mayor población dependiente de ellas.
  2. A pesar de que más personas dependen de ellas, el salario por hora que perciben las mujeres es menor al de los hombres, principalmente en contextos de pobreza.
  3. En promedio, las mujeres ganan 75 pesos por cada 100 pesos que ganan los hombres.

La maternidad

  1. Ser padre aumenta la inserción laboral a casi un cien por ciento, y se mantuvo en estos niveles independientemente de la edad de sus hijos y la situación de pobreza. 
  2. En cambio, ser madre implica un menor nivel de empleabilidad:
    1. Las madres de menores de cinco años participan menos en el mercado laboral (50 por ciento, aproximadamente). 
    2. A su vez, solo dos de cada cinco madres en situación de pobreza tienen un ingreso económico. 

El SIPyG resalta la desigualdad de género en el acceso a oportunidades económicas y laborales para las mujeres. Pero, ¿qué pasa con las mujeres que ya no tienen acceso al mercado laboral?

Las mujeres pensionadas también ganan menos

En el informe, se subraya la necesidad urgente de políticas que promuevan la equidad de género y la participación de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad. No obstante, la desigualdad económica en México es todavía más severa para las mujeres adultas mayores. 

De 2016 a 2022 se presentó una mejora en los ingresos de las personas adultas mayores. Las transferencias monetarias (o programas de pensión) incrementaron para la población en situación de no pobreza y para los hombres. Sin embargo, las transferencias para mujeres en situación de pobreza han disminuido desde el año 2022. 

Según el informe, las caídas de los porcentajes en apoyos monetarios han afectado de forma más severa a la población en situación de pobreza y a las mujeres, mientras que los aumentos de cobertura han sido mayores en la población en situación de no pobreza, así como para los hombres.

En 2022, la pensión para mujeres adultas mayores (en contexto de pobreza) se redujo 12.8 puntos porcentuales respecto a la cifra que recibían en 2018, siendo la población más afectada por la desigualdad en los programas sociales. Asimismo, las mujeres mayores que no viven en pobreza reciben menos ingresos que los hombres pensionados. Las pensiones para hombres han aumentado 44.8 por ciento desde 2018, a comparación de las mujeres, con un aumento de 33.5 por ciento. 

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Comentarios

1 comentario en la nota: Las mujeres ganan menos, pero trabajan más: Coneval


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  1. Danae... dice:

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