Las mañaneras de AMLO censuraron a la prensa mexicana al operar como un mecanismo de estigmatización desde el poder, determinó un tribunal federal tras conceder un amparo al periodista Raymundo Riva Palacio por violaciones a su libertad de expresión.
Las mañaneras de AMLO censuraron a la prensa mexicana y violentaron derechos fundamentales como la libertad de expresión, la legalidad y el acceso libre a la información. Así lo determinó el Vigésimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, al resolver el juicio de amparo promovido por el periodista Raymundo Riva Palacio contra el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
La resolución representa un precedente judicial de alto impacto que desmantela la narrativa de libertad y apertura que el exmandatario promovió durante su sexenio. Según el fallo, la sección “¿Quién es quién en las mentiras de la semana?”, transmitida cada miércoles como parte de las conferencias matutinas, operó sin sustento legal, sin reglas claras y con la finalidad de desacreditar, atacar y estigmatizar a miembros de la prensa crítica.
Riva Palacio interpuso un amparo luego de que el entonces presidente lo calificara públicamente como un “cretino desfachatado”, tras la publicación de una columna de opinión. El ataque ocurrió en una emisión de la sección mencionada, donde funcionarios del gobierno exponían a periodistas y medios que, a juicio del Ejecutivo, difundían noticias falsas. Lejos de corregir errores informativos o garantizar el derecho a réplica, esta estrategia fue utilizada sistemáticamente como una herramienta de señalamiento y propaganda.
Una maquinaria para deformar la verdad desde el poder
El tribunal resolvió que la sección violó los artículos 6, 7, 16, 39 y 40 de la Constitución, que garantizan libertades como la de pensamiento, expresión, prensa e información. El problema central, según los magistrados, fue que el gobierno federal creó una estructura de comunicación paralela, sin normas previas, sin marco legal y con recursos públicos, para influir en la opinión pública desde un discurso de poder que excluía la crítica y privilegiaba la descalificación.
La ausencia de un mandamiento escrito y anticipado que estableciera límites objetivos facilitó la manipulación de información y el ataque sistemático a quienes expresaban inconformidades, señala la sentencia. Las mañaneras de AMLO censuraron no solo al periodista que promovió el amparo, sino a una amplia gama de voces que, por ejercer su derecho a la crítica, fueron etiquetadas como mentirosas por el propio presidente.
El costo personal y profesional de la estigmatización
El periodista aseguró en declaraciones a medios de comunicación que las consecuencias de haber sido señalado desde la tribuna presidencial fueron reales y tangibles. Durante años vivió con el temor de ser agredido y enfrentó cuestionamientos a su credibilidad.
Durante su declaración a medios, Riva Palacio explicó que si bien el amparo le fue concedido desde marzo o abril, la decisión de hacerla pública responde a la gravedad del caso y a los daños sufridos: “Esa estigmatización es a través de mentiras, creando verdades alternas que no eran verdades, eran falsedades, difamando, provocando un daño reputacional”.
Un sexenio marcado por la censura indirecta
Las mañaneras de AMLO censuraron a medios que publicaban investigaciones críticas, editoriales incómodos o notas contrarias a la narrativa oficial. En lugar de abrir espacios al diálogo o permitir el derecho a la réplica, se consolidó un ambiente de hostilidad hacia la prensa, donde el disenso era interpretado como traición.
El tribunal reconoció que este tipo de prácticas tienen efectos graves no solo en la reputación de quienes son atacados, sino también en el derecho de la sociedad a recibir información libre, verificada y plural. Al usar recursos públicos para definir unilateralmente qué es verdad y qué no lo es, el gobierno de López Obrador cruzó la línea de la comunicación institucional para instalar una narrativa única al margen de la legalidad.
Justicia tardía, pero necesaria
Aunque la resolución llega en otro sexenio y con el exmandatario ya fuera del cargo, su impacto podría abrir la puerta a futuras exigencias de rendición de cuentas.
Para la prensa independiente, el fallo representa un llamado a resistir la estigmatización y a defender el derecho a informar. Para la sociedad, una oportunidad para reflexionar sobre el papel de la crítica en una democracia que no puede sostenerse sin libertad de expresión.Las mañaneras de AMLO censuraron bajo el disfraz de transparencia, pero hoy, gracias al fallo judicial, se reconoce lo que durante años se denunció desde los márgenes: que el poder no fue utilizado para informar, sino para silenciar.
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Dicho de manera más simple, pero DESCONOCIDA para quienes no tienen al menos unos 65 años de edad, el PRIejenarco se comportó como lo que es: todo un PRIista de cepa. Así se comportaban los presidentes hace más de 50 años. E igualmente podían hacerlo IMPUNEMENTE. Para eso tenían A SU SERVICIO al Congreso, a la PGR (hoy FGR) y al Poder Judicial, EXACTAMENTE EL MODELO AL QUE ESTAMOS REGRESANDO. Jovenazos, millenials, chicos generaciones alpha, beta, z, etc., por fin van a poder experimentar de primera mano lo que era el México de mediados del siglo pasado. Agradézcanselo al muy “didáctivo” macuspano.