Después de un mes del accidente aéreo, los cuatro niños desaparecidos en la selva colombiana aún no han sido encontrados.
Continúa la búsqueda de los niños desaparecidos en la selva de Colombia tras haber encontrado nuevos rastros que indican que sobrevivieron al percance.
El 1 de mayo una avioneta Cessna 206, con matrícula HK 2803 en la que viajaban 7 pasajeros, salió del pueblo de Araracuara con destino a San José del Guaviare. Sin embargo, mientras sobrevolaban la región del Caquetá sobre el río Apaporis en la selva amazónica, el piloto dio aviso a la torre de control que el único motor de la nave estaba fallando.
No se supo nada más de ellos hasta 16 días después, cuando fue encontrada la avioneta estrellada. Al interior y alrededor de esta se encontraban los cadáveres de los tres adultos que viajaban: el piloto Hernando Murcia Morales, Magdalena Mucutuy, esposa y madre de cuatro niños, y el líder indígena Hermán Mendoza Hernández. Cuentan que este último estaba preocupado por Magdalena y por eso decidió acompañarla.
En cambio, no había rastro de los cuatro menores que se encontraban a bordo: Lesly Jacobo Bonbaire (13 años), Solecni Ranoque Mucutuy (9 años), Tien Noriel Ronoque Mucutuy (4 años) y Cristian Neryman Ranoque Mucutuy (11 meses).
Manuel Ranoque, gobernador del resguardo indígena de Puerto Sábalo, padre de los niños y padrastro de las niñas, huyó sin su familia por la amenaza de guerrilleros hasta la ciudad de Villavicencio. Tiempo después llamó a su familia para que lo encontraran en la misma ciudad y de ahí se trasladaran a Bogotá para iniciar una nueva vida. Así, el 1 de mayo, su familia abordó una avioneta y nunca llegó a su destino.
El presidente da información falsa
El día 17 de esta búsqueda, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció que los cuatro niños ya habían sido encontrados sanos y salvos, según fue informado por Bienestar Familiar, una institución encargada de la prevención y protección integral de las infancias. Debido a la falta de confirmación por parte de las Fuerzas Militares, se presumía que la información podía ser falsa.
Y efectivamente, la información resultó ser falsa; Petro borró el tuit e hizo una declaración al respecto lamentando lo sucedido.
A través de la Operación Esperanza, donde participan más de 100 hombres de las Fuerzas Militares rastreando un perímetro de 30 kilómetros, siguen buscando rastros para encontrar a los menores.
Hallazgos hasta el momento
El 22 de mayo se dio a conocer el hallazgo de un refugio construido con palos y ramas donde había unas tijeras, una goma de pelo y una manzana mordida, así como unas huellas de pisadas cerca de un caño.
El mismo día en una entrevista con Blu Radio, el general Pedro Sánchez –comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares– señaló que “de acuerdo a los rastreadores, tanto de nuestras tropas como de don Manuel, el padre de los dos niños y padrastro de las dos niñas, nos decían que las huellas son muy frescas, de unas 24 a 48 horas. En toda esa área han volado helicópteros, se ha hecho ruido y decimos que están a pocas horas”.
Además, el 24 de mayo hallaron diferentes objetos que indicarían que los niños desaparecidos en la selva colombiana, siguen con vida. Elementos militares y una mujer nukak –perteneciente a un pueblo indígena– encontraron pañales, un accesorio de móvil, una toalla y unos tenis que parecen pertenecer al niño de cuatro años a aproximadamente 400 metros del accidente. Por el desgaste de estos objetos, se cree que los menores estuvieron ahí entre el 3 y el 8 de mayo.
Operación Esperanza
Las Fuerzas Militares de Colombia han llevado a cabo las siguientes estrategias de búsqueda para dar con el paradero de Lesly, Solecni, Tien y Cristian:
- Sobrevuelo de la selva amazónica.
- Recorridos a pie del terreno.
- Reproducción de audios de su abuela hablando en su idioma natal a través de altavoces.
- Búsqueda por satélite y aeronaves que detectan calor.
- Colocación de cintas amarillas para guiar a los menores hasta los militares.
- Colocación de silbatos para que los niños los utilicen y puedan identificarlos.
Sin embargo esta búsqueda se ha dificultado por las condiciones de la selva, donde llueve la mayor parte del día y es muy oscura pues las plantas y árboles dificultan el paso de la luz. Se mantiene la esperanza de que los niños sigan con vida porque están familiarizados con la selva y hay alimentos que podrían consumir.
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