La Red por una Política Fiscal Feminista (RPFF) señala que para lograr una transformación social real, es necesario incorporar una perspectiva feminista en la política fiscal con un enfoque redistributivo que beneficie a las mujeres y niñas, especialmente a aquellas en situación de vulnerabilidad.
Organizaciones agrupadas en la Red por una Política Fiscal Feminista (RPFF) han hecho un llamado al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum para que el Paquete Económico 2025 incluya una verdadera política fiscal feminista. Según estas organizaciones, la transformación social que promete la actual administración no será posible sin un enfoque fiscal que reduzca las desigualdades y garantice el bienestar integral de las personas, especialmente de mujeres y niñas.
La RPFF señala que el presupuesto federal no ha priorizado históricamente la igualdad de género, lo que evidencia que esta no ha sido un tema central para el Estado mexicano. A pesar de los esfuerzos del gobierno por abordar las necesidades más urgentes de la población a través de programas sociales, las organizaciones advierten que estos no resuelven las desigualdades estructurales, incluyendo las de género. Además, critican la austeridad fiscal que caracterizó al sexenio anterior, la cual debilitó las políticas públicas dirigidas a la igualdad de género y la erradicación de la violencia hacia las mujeres.
Ante esta situación, la RPFF pide al gobierno de Sheinbaum implementar una serie de medidas para garantizar que la política fiscal se convierta en un verdadero motor de cambio social. Las demandas principales de las organizaciones son las siguientes:
- Reconocimiento del potencial redistributivo de la política fiscal: Se debe destacar el papel transformador de la política fiscal, reconociendo que sus efectos impactan de manera diferente a distintos grupos sociales, especialmente a las mujeres.
- Metodología clara para el Anexo 13: Es necesario construir una metodología transparente para la integración del Anexo 13, un apartado del presupuesto destinado a la igualdad de género, junto con indicadores específicos que permitan evaluar el impacto de los programas etiquetados.
- Asignación de recursos suficientes más allá del Anexo 13: La RPFF exige una verdadera transversalidad de la perspectiva de género en todas las decisiones fiscales, lo que implica destinar recursos públicos adecuados para impulsar esta agenda.
- Financiamiento de políticas integrales de cuidado: Piden un financiamiento suficiente y progresivo para políticas que reconozcan, redistribuyan y remuneren el trabajo de cuidados, sin depender del estatus laboral de las personas.
- Mejora en la recolección de datos desagregados: Las organizaciones demandan la creación de mecanismos para recoger datos desde una perspectiva interseccional que permitan una mejor comprensión de las desigualdades, incluyendo las de género.
- Diálogo constante y colaborativo: Se propone fomentar la participación activa de diferentes sectores, incluyendo al gobierno, el poder legislativo, las organizaciones de la sociedad civil y el movimiento feminista, en la toma de decisiones fiscales.
Para la RPFF, la política fiscal no debe ser un mecanismo que perpetúe las desigualdades, sino una herramienta que promueva la justicia social. Consideran que México recauda pocos recursos y gasta de forma ineficiente, lo que incrementa las desigualdades que afectan a millones de personas, especialmente a mujeres y niñas en situación de vulnerabilidad. Por ello, exigen que el Paquete Económico 2025 considere una política fiscal feminista que incorpore una perspectiva de género, un enfoque interseccional e intercultural, y una ética feminista que logre cerrar las brechas de desigualdad y mejorar la calidad de vida de toda la población.
Las organizaciones que integran la RPFF están dispuestas a colaborar con el gobierno en la elaboración de una política fiscal que responda a estas demandas y asegure una transformación genuina en México.
Excelente!! 💛💛💛…
¿Política fiscal… feminista? ¡Ah no, bueno! Y al rato querrán un país EXCLUSIVO para ELLAS. ¿Y dónde quedó la IGUALDAD DE GÉNERO?