¿Dónde es legal abortar en México? La legalización del aborto en México no es un capricho, se trata de una necesidad urgente de salud pública y reproductiva para las niñas y mujeres. En 2024, 14 de las 32 entidades del país han despenalizado la interrupción del embarazo hasta las 12 semanas de gestación, en promedio. Sin embargo, en más de la mitad del país persiste la lucha de las mujeres por el derecho a decidir sobre sus cuerpos. 

El 28 de septiembre se conmemora el Día por la Despenalización y Legalización del Aborto. Este movimiento inició con las voces de las mujeres del quinto Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en 1990. 34 años después, solo 70 países del mundo han contemplado la Interrupción Legal del Embarazo en sus legislaciones. Muchos de ellos con trabas y leyes fragmentadas, como ocurre con México. 

En el resto del país, las mujeres todavía se enfrentan a numerosos obstáculos para ejercer sus derechos reproductivos, y el aborto sigue siendo objeto de criminalización. 

88 mil mujeres han viajado a la CDMX para interrumpir un embarazo

Desde 2007, con la legalización del aborto en la Ciudad de México, 87 mil 743 mujeres que viven en otras entidades han viajado a la capital para ejercer su derecho a decidir sin ser castigadas ni estigmatizadas.

Los datos de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (la única entidad que cuenta con una base de datos abiertos sobre las interrupciones) muestra que entre mayo de 2007 y agosto de 2024, han sido realizadas 277 mil 268 interrupciones legales del embarazo (ILE) en las clínicas públicas de la capital del país.

De estas, el 31.65 por ciento han sido mujeres que residen en las otras 31 entidades del país, la mayoría en el Estado de México y Puebla. 

El aborto es parte del derecho a la salud

No importa por qué motivo decidan hacerlo, las mujeres abortan. Y si no viajan a una entidad en donde la interrupción del embarazo está despenalizada, siguen métodos de acompañamiento con amigas, manuales y asesoría de colectivas como la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de México, Ddeser. 

“Esto (el aborto) es parte del derecho constitucional de decidir cuándo, con quién y cómo tener o no hijos o hijas. Es parte de un derecho humano a la salud y, por lo tanto, no debe ser considerado un delito”, dijo Patricia López, coordinadora de la red Ddeser en entrevista con Serendipia. 

Generalmente, se piensa que el aborto es un procedimiento en el que deben cortar o mutilar un ser plenamente formado. Sin embargo, esto es una creencia falsa. En México, ocho de cada 10 abortos son realizados con medicamentos. Los dos restantes son hechos por Aspiración manual endouterina (AMEU) como alternativa al “legrado”; desde 2021, la OMS determinó que el legrado uterino es un método obsoleto, mismo que podría tener consecuencias como laceraciones cervicales o perforación uterina. 

Sin embargo, solo alrededor de la mitad de los abortos en el mundo se realizan en esas condiciones, y los abortos no seguros causan alrededor de 39 mil muertes al año a nivel mundial, de acuerdo con la OMS. En México, el aborto inseguro representa una de las principales causas de mortalidad materna, según la Secretaría de Salud. 

Para las mujeres, no morir por decidir sobre sus cuerpos es motivo de gastos exorbitantes, dolor y rechazo. 

Si en tu entidad está penalizado el aborto, solo te queda pagar para no morir

Amelia recuerda su viaje a la Ciudad de México en el verano de 2023. Vivía en el estado de Puebla y estaba en el último semestre de la Licenciatura en Filosofía. Después de tener un retraso en su periodo menstrual y síntomas de malestar, Amelia (pseudónimo utilizado para proteger su privacidad) se hizo una prueba de embarazo en el baño de la universidad y resultó positiva. 

“Sentía mucho miedo y mucha tristeza al mismo tiempo. Ya lo había pensado. Cuando te haces la prueba, ya piensas qué vas a hacer en caso de que salga positiva”, dice, recordando que la decisión no le pareció desconocida. El aborto era un tema familiar en las conversaciones con sus amigas y compañeras, y aunque no sabía qué métodos existían, “me dolió mucho, pero sabía qué hacer”. 

Tenía 23 años y no contempló la interrupción del embarazo como una alternativa, sino como su única opción. No tenía ingresos económicos, estaba escribiendo su tesis para titularse y la relación con su novio era buena, pero no era el momento adecuado para ninguno de los dos. 

Como ella, el 43 por ciento de las mujeres que solicitan la ILE cuenta con estudios completos de preparatoria.

En segundo lugar, el 30 por ciento de las mujeres que deciden abortar terminaron la secundaria; y el 19 por ciento cuenta con estudios universitarios. Mientras tanto, solo el uno por ciento de las mujeres que deciden interrumpir sus embarazos no cuentan con estudios de ningún nivel. 

Amelia todavía asistía a clases. Después de tomar la decisión, recuerda que en alguna sesión de la universidad escuchó que las víctimas de violación podían abortar legalmente en Puebla, pero no era su caso. Comenzó a buscar en dónde es legal abortar en México en internet, pero la información era “muy extraña” y solo la confundía. 

La interrupción voluntaria del embarazo fue despenalizada en Puebla el 15 de julio de 2024. Cuando Amelia se enteró de que estaba embarazada, el aborto todavía era ilegal en esa entidad. 

Por este motivo, Amelia y su novio decidieron no arriesgarse y viajar a la capital del país. Los gastos del viaje correrían por parte de su novio: casetas, gasolina, estacionamiento y alimentos. Y ella tendría que pagar dos mil 700 pesos para interrumpir el embarazo en una clínica privada. Solo el costo de su procedimiento representó 13 días del salario mínimo diario en 2023.

Todo comenzó con una solicitud por internet, en la que Amelia otorgó datos como su edad y estado de residencia, y generó un código y una palabra de seguridad. “El procedimiento estaba muy estructurado, en la clínica te dan las instrucciones muy claras de cómo tienes que llegar y dónde tienes que poner el código”.

El procedimiento duró dos horas, y aunque se sentía asustada, su inseguridad se disipó en el trayecto a la clínica. “Pensaba que iba a ser un proceso oscuro o algo así, pero todo es muy médico”, explica. 

Una vez dentro de la clínica, Amelia recibió atención particular para realizar un aborto con medicamentos, uno de los dos métodos recomendados por la OMS. Primero, le hicieron una prueba de sangre para asegurarse de que no tuviera anemia. Después, una prueba de orina. Finalmente, un ultrasonido para determinar el número de semanas de gestación. En ese momento, se enteró de que tenía seis semanas. 

Después de las pruebas, tomó una dosis de mifepristona en la clínica y le otorgaron la dosis de misoprostol que tendría que tomar en casa de 24 a 32 horas después. Amelia dice que no sintió nada con el primer medicamento, pero el efecto del “miso” fue inmediato. 

“Para mí fue como si tuviera unos cólicos muy fuertes, y como si tuviera mucho más sangrado de lo normal. (El sangrado) duró como una semana y poco a poco iba disminuyendo, hasta que me recuperé”, expresó. 

Dos semanas después de abortar, se hizo una prueba de embarazo y salió negativa. En la clínica privada de CDMX le ofrecieron un dispositivo intrauterino (DIU) de cobre como método anticonceptivo “gratuito”, pero la cita para ponérselo le iba a costar 600 pesos adicionales. Esto más los gastos de gasolina, casetas y otros viáticos, era un gasto que no podía hacer, así que esperó un mes y se lo puso en Puebla con un médico particular. Le costó mil quinientos pesos más. 

Amelia, una estudiante de 23 años, sin trabajo ni ingresos, gastó cuatro mil doscientos pesos para interrumpir su embarazo y colocarse un método anticonceptivo. Esto representa 20 días del salario mínimo en 2023. 

La interrupción del embarazo de Amelia fue compleja porque tuvo que transportarse y pagar un servicio privado para evitar ser castigada o tener complicaciones de salud por ejercer sus derechos humanos. Sin embargo, el apoyo de su pareja y sus recursos económicos fueron la diferencia con muchas mujeres que abortan en secreto, acompañadas por sus amigas, que ganan el salario mínimo y no pueden permitirse desembolsar 20 días de jornadas de nueve horas, más los viáticos y el tiempo de recuperación.

Los lugares en donde es legal abortar en México deben asegurar un servicio respetuoso, gratuito y accesible

Para la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de México, la legalización del aborto en México es el primer paso para entender que la interrupción del embarazo no es un debate criminal, sino un “asunto de acceso a la salud”. 

Es decir, el aborto debe ser considerado como “un servicio de salud gratuito, accesible y seguro” para que las mujeres ejerzan sus decisiones “de manera libre y acompañada, ya sea en un espacio público o en un servicio privado, que esté bien establecido y no en clínicas que cobren cantidades impagables por información que debería ser gratuita y accesible en los centros públicos”, explica López. 

De acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud capitalina, existen 15 Unidades Públicas que brindan el Servicio de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) en CDMX: