Archivos del ejército mexicano, filtrados por el grupo “Guacamaya”, revelan que por lo menos siete feministas en Ciudad de México fueron espiadas por la Sedena en 2019. Los militares las vigilaron y las siguieron por diferentes puntos de la ciudad. ¿Por qué los grupos feministas son espiados?

Aquí puedes consultar el micrositio con todos los reportajes: Lo que no callaron las olas, de COCE.

El ejército mexicano espía a feministas. Antes lo hicieron la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), institución que el presidente Andrés Manuel López Obrador reemplazó por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) al inicio de su sexenio. La desaparición del CISEN estuvo acompañada de la promesa de que durante este gobierno no habría “espionaje a opositores ni a ciudadanos”, según dijo el mandatario el 1 de diciembre de 2018, al tomar posesión de su cargo en el zócalo capitalino.

Pero aun sin CISEN, el espionaje continúa. Y parte de estas labores de “inteligencia” están dirigidas a un grupo que ha sido blanco de la vigilancia gubernamental desde hace por lo menos medio siglo: las feministas. 

El ejército realiza labores de inteligencia para vigilar (entre otras personas) a mujeres feministas en la Ciudad de México, algunas de ellas, menores de edad (de 16 años) y estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Así lo revelan documentos internos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) filtrados por el grupo “Guacamaya” en septiembre de 2022, cuando el servicio de correo electrónico del ejército mexicano fue vulnerado por estos hackers. 

La información analizada por Colectivas Organizadas Contra el Espionaje (COCE) está consignada en fichas dentro de una presentación de Power Point compartida por la Sedena de manera interna a través de un correo electrónico. Estas fichas, que forman parte de la filtración conocida como “Guacamaya leaks” no serán publicadas como parte de este proyecto para proteger la privacidad de las mujeres. La siguiente es una representación de elaboración propia con información ficticia para ilustrar la estructura y el contenido de esos archivos:

De esta manera, los documentos filtrados confirman que el ejército mexicano espía a feministas durante este sexenio y recaba datos personales como los siguientes: 

• Nombre completo
• Apodos
• Número de teléfono celular
• Clave Única de Registro de Población (CURP)
• Número de Registro Federal de Contribuyentes (RFC)
• Fecha de nacimiento
• Acta de nacimiento (en algunos casos)
• Dirección
• Coordenadas geográficas de su domicilio
• Indicaciones para llegar a su casa (incluyen indicaciones para llegar en transporte público y en auto particular)
• Descripción de su casa y lugares aledaños
• Números de identificación de las cámaras públicas de vigilancia cercanas a su casa
• Datos de sus padres (nombres, direcciones, profesiones y números de teléfonos celulares)
• Enlaces a sus perfiles en redes sociales
• Número de seguidores en redes sociales
• Gustos e intereses reportados en redes sociales
• Lugares que visita según lo reportado en redes sociales
• Actividades de activismo 
• Marchas en las que ha participado
• Actividades que ha realizado en las marchas
• Activistas a las que conoce y con las que se ha relacionado

Además, estas fichas contienen, por lo general, las siguientes fotografías:

• Fotografías de la mujer saliendo de su casa o en diferentes puntos de la ciudad (que demuestran que las mujeres fueron seguidas y vigiladas por la Sedena)
• Fotografía de rostro completo de la mujer (generalmente de algún perfil en redes sociales)
• Fotografías de la mujer en una o varias marchas
• Fotografías de la fachada de su casa
• Fotografías de las cámaras de vigilancia cercanas al domicilio
• Fotografías del interior de los edificios en donde viven (en algunos casos)
• Fotografías que ella ha publicado en redes sociales, en donde aparece dentro de su casa 
• Fotografías satelitales de su casa (en algunos casos)
• Mapas satelitales con la ubicación exacta de su domicilio
• Planos con la ubicación de su domicilio

Colectivas organizadas contra el espionaje (COCE) encontró este documento dentro de la filtración del grupo “Guacamaya” y, al compararlos con archivos desclasificados de la DFS, pudo comprobar que las feministas mexicanas han sido espiadas por diversas entidades del gobierno desde 1947 hasta por lo menos 2019, según estos documentos. No obstante, no hay elementos para asegurar que estas labores de inteligencia hayan cesado después del primer año de gobierno de López Obrador. 

“Hay una larga tradición en el ejército mexicano de llevar a cabo labores de inteligencia, sin duda. Ellos son encargados junto con el CNI -que antes fue el Cisen y la DFS- de realizar actividades de inteligencia pensando en la seguridad nacional”, dice Otto René Cáceres Parra, doctor en Ciencia Política, jefe del Departamento de Especialización y Posgrado en la Universidad Mexiquense de Seguridad y coautor del libro “Los servicios de inteligencia en México: ayer y hoy”. 

No obstante, “no está dentro de sus facultades llevar a cabo (labores de) inteligencia en el sentido de perseguir a civiles”, dice Cáceres. 

COCE solicitó una entrevista con la Sedena para aclarar este y otros puntos, pero hasta el cierre de edición de esta publicación, la secretaría no ha respondido al requerimiento. 

Medio siglo de espionaje a feministas

“Al finalizar el acto que se efectuó en el Foro Abierto de la Casa del Bosque de Chapultepec, un grupo de mujeres invitó para el 31 del actual a las 1200 hrs a la celebración de una manifestación frente al Monumento a la Madre, a efecto de exigir ‘aborto libre y gratuito (sic)’”, se lee en una ficha de la DFS fechada el 26 de marzo de 1979. 

Las fichas de mujeres feministas compartidas por el ejército mexicano a través de correo electrónico en octubre de 2019 son similares. Pero 40 años después la Sedena consigna información que en la década de 1970 no existía, como los perfiles en redes sociales de las mujeres o los números de las cámaras públicas de vigilancia que están cerca de sus casas. En algunos de estos reportes, los militares incluso analizan si es posible instalar servicios de vigilancia fijos y móviles en la casa de estas mujeres.

Las razones de este espionaje, dirigido a mujeres y mujeres trans, fue haber hecho y colgado mantas con mensajes a favor del aborto en marchas que ocurrieron durante ese año o los anteriores, elaborar (mas no detonar) una “supuesta bomba molotov” y dañar mobiliario de un local comercial. 

Estos actos vandálicos (así catalogados por el ejército mexicano) resultaron en la puesta en marcha de operativos de vigilancia hacia por lo menos siete mujeres. Al menos dos de ellas eran menores de edad en el momento en que fueron vigiladas por miembros del ejército mexicano, según los datos que contiene el informe interno de la Sedena. 

Más peligroso que las feministas, solo Al Qaeda

Un artículo titulado “Liberación de la mujer. Maratón del aborto”, publicado en Cihuat (el medio informativo de la Coalición de Mujeres Feministas) en septiembre de 1977) y firmado por Erika Montiel consigna que las feministas de esa época no creían que el gobierno legalizaría el aborto “con solo mandarle firmas y cartas pidiéndole que lo haga. No debemos confiar en la “buena voluntad” de los funcionarios del Gobierno. Por ello, necesitamos realizar amplias movilizaciones que aglutinen a la mayor cantidad de mujeres para lograr que se legalice el aborto”. Esta publicación fue consultada por COCE en el Archivo General de la Nación. 

Recortes de este medio feminista son parte de los reportes de vigilancia de la DFS hacia finales de la década de 1970. Cuarenta años después todavía hay marchas anuales en todo el país para exigir que el gobierno garantice el aborto legal y gratuito a nivel nacional, un procedimiento que solo ha sido despenalizado en 10 de las 32 entidades. 

Las fichas de la Sedena en 2019 aún consignaban el activismo a favor del aborto como parte de las justificaciones para desplegar operativos de vigilancia dirigidos a mujeres feministas.

Las feministas “no van a tomar las armas, buscan sensibilizar a la población en temáticas muy específicas de reivindicación de derechos, pero no es algo que ponga en peligro la seguridad nacional ni de seguridad interior. En todo caso sería una cuestión de seguridad pública que le compete al gobierno de cada estado”, dice Cáceres. 

No obstante, las fichas localizadas por COCE dentro de los archivos filtrados por el grupo Guacamaya son solo uno de los casos en los que el ejército mexicano espía a feministas. En octubre de 2022 (días después de que se dio a conocer la filtración) diversos medios de comunicación locales y nacionales reportaron otros casos de espionaje a feministas desde el ejército. De acuerdo con estas notas, en los correos electrónicos hay también información de inteligencia sobre integrantes de colectivas feministas en San Luis Potosí y Puebla, por mencionar algunos.   

Esta filtración también contiene un documento de “evaluación de riesgos para el Aeropuerto Internacional ‘General Felipe Ángeles’” de acuerdo con el cual las colectivas feministas representan un riesgo “medio alto” y están a la par del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). 

En esta evaluación de riesgos, solo la organización Al Qaeda es más peligrosa que las feministas. Al Qaeda es el grupo paramilitar terrorista creado por Osama Bin Laden en 1988 al que le son atribuidos los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. 

Mientras tanto, en las fichas de las feministas espiadas por el ejército mexicano solo hay evidencia de estas mujeres portando pañuelos verdes (símbolo pro aborto) y participando en asambleas. En los casos más extremos, las fotografías las muestran rompiendo vidrios de establecimientos durante una marcha.

La Sedena no usa su presupuesto para fortalecer sus sistemas, pero sí para espiar a feministas

El presidente López Obrador ordenó la creación del CNI al inicio de su sexenio para reemplazar al Cisen. El CNI depende de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), un cambio de adscripción con respecto al organismo predecesor, que dependía de la Secretaría de Gobernación (Segob). 

En julio de 2018, después de ganar la elección para presidente de México, López Obrador aseguró en entrevista con el diario Excélsior que con el fin del Cisen se acabaría también el espionaje a los ciudadanos: “no se abrirán expedientes a adversarios. Eso se termina por completo. No actuaremos de manera facciosa. Se van a respetar las garantías de los ciudadanos”, dijo. 

Pero no fue así. 

La Sedena tiene un presupuesto de 11 mil 911 millones de pesos en 2023. Desde 2018, este monto ha oscilado entre los 80 mil y los 112 mil millones de pesos cada año, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). 

La filtración del grupo Guacamaya evidenció la vulnerabilidad de la ciberseguridad nacional. El servicio de correo electrónico del gobierno mexicano, que contiene información de seguridad nacional, fue infiltrado por un grupo externo, de acuerdo con las versiones dadas a conocer por medios nacionales y extranjeros en ese momento. 

Pero esa vulnerabilidad no era una novedad. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) ya le había advertido a la Sedena sobre las deficiencias de su sistema de seguridad, y había reportado anomalías en los servicios contratados. De acuerdo con la auditoría publicada en 2021, entre 2013 y 2019 no hubo fiscalización en el área de tecnologías de la información de la Sedena. Es decir, que en ese periodo no se examinaron sus actividades para comprobar si cumplía las normas. 

Además, en esta revisión la ASF advertía que el sistema no había sido actualizado, tampoco contaba con un manual operativo y no habían sido implementados mecanismos de seguridad para evitar el acceso no autorizado al portal del fabricante. 

Al mismo tiempo que el ejército mexicano descuidaba la seguridad de sus sistemas electrónicos, utilizaba su presupuesto para vigilar a feministas que exigían la legalización del aborto. ¿Cuánto costaron estas labores de inteligencia? 

Estos operativos “no son baratos, y habría que pensar por qué se justifica el uso de recursos públicos para recabar inteligencia sobre estos grupos feministas”, dice Cáceres Parra.

Pero esa no es información pública, y hasta el cierre de edición de esta publicación la Sedena no le ha concedido una entrevista a COCE. 

De acuerdo con Cáceres Parra, el gobierno mexicano realiza una Agenda Nacional de Riesgos cada año en la que enlista cuáles son las amenazas internas y externas para el gobierno del país. ¿Las feministas formaban parte de esa lista de peligros en 2019? No hay manera de saberlo, porque esos documentos son información reservada por cinco años de acuerdo con la respuesta del CNI a la solicitud de información con folio 0410000013921, consultada por Serendipia en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT).

La razón para reservar esos documentos hasta 2024, según la dictaminación del CNI, es que “representan un riesgo real, demostrable e identificable en perjuicio significativo a la seguridad nacional” porque abordan fenómenos como las actividades de grupos armados, organizaciones dedicadas al crimen organizado o al terrorismo. Organizaciones como, al parecer, los grupos feministas. 

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IMPORTANTE

En Colectivas Organizadas Contra el Espionaje (COCE) analizamos más 240 pruebas documentales de fuentes primarias como SEDENA, AGN y DFS, se emitieron 11 solicitudes de acceso a la información, se realizaron 9 entrevistas con activistas, defensoras de derechos humanos y colectivas feministas o de diversidad sexual. También se solicitó entrevista con las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México y todas las demás autoridades o empresas involucradas, sin respuesta alguna. Por motivos de seguridad de las personas espiadas, y por respeto a las leyes de protección de datos personales, COCE, decidió colectivamente no contactar a las civiles espiadas con el objetivo de garantizar su tranquilidad y evitar la inhibición de su activismo.

-Este trabajo es una colaboración entre Tor Project, Técnicas Rudas, Serendipia, Agencia Presentes y PODER Latam. Toda la información aquí plasmada es de libre acceso y tiene como único objetivo el cuidado colectivo de las personas defensoras de derechos humanos y periodistas.

La información que aparece en las fichas es meramente ilustrativa. Todos los datos fueron generados a través de Open ChatGPT, las fotografías de mapas y ubicaciones corresponde a la ubicación de Televisa en la Ciudad de México, las fotografías de fachadas fueron tomadas de Google Maps y las fotografías de las cámaras públicas de emergencia son de la página del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la Ciudad de México. Las fotografías de perfil de las mujeres fueron generadas con DiffusionBee. 

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TRANSPARENCIA

La solicitud de información con folio 0410000013921 puede ser consultada y descargada aquí: