Con cada gota, el eco de la escasez de agua en México resuena con más fuerza en 2024. En poco más de 15 años, el nivel de llenado de los acuíferos mexicanos ha disminuido en 32 puntos porcentuales. En 2008, el promedio de abasto de las 125 presas más importantes del país era de 76.69 por ciento; sin embargo, en febrero de 2024 apenas alcanza el 43.84 por ciento. Este descenso drástico no solo es una señal de alarma, sino un llamado urgente a la acción y la reflexión sobre nuestro papel en su cuidado. 

Además, en 2015 la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) reportaba que 448 acuíferos tenían agua disponible. En 2020, la cifra bajó a 378 y para 2022 (el año más reciente reportado por la CONAGUA), ya era de 367. 

En consecuencia, los acuíferos sin disponibilidad han incrementado. Pasamos de tener 205 acuíferos sin el volumen de agua necesario para poder ser utilizados en 2015, a 286 en 2022. Pero, ¿por qué es tan importante hablar acerca de la crisis y los acuíferos de nuestro país?

El Día Cero se acerca, y no solo en la Ciudad de México

Más de dos terceras partes del territorio mexicano tienen un clima árido, de acuerdo con Ernesto Panecatl, ingeniero en Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Por lo tanto, la única forma que tenemos de obtener recursos hídricos en estas zonas del país es a través de acuíferos (cuerpos de agua subterráneos) y presas, que son conectadas mediante cauces para abastecer las ciudades mexicanas.

Según el reporte más reciente de la Conagua, en 2022 había 286 acuíferos sin disponibilidad de agua, una cifra que ha aumentado desde 2015. Panecatl dice que los acuíferos sin disponibilidad son un indicador importante de escasez, ya que los estudios de balance hídrico determinan la cantidad de agua que ingresa y se extrae. De esta manera, las autoridades establecen un caudal mínimo para garantizar que la extracción no exceda la recarga del acuífero, evitando así la disminución progresiva de su almacenamiento. 

Actualmente la disponibilidad de agua en la capital del país ha sido noticia nacional porque se estima que el Sistema Cutzamala, que abastece a buena parte de esta entidad, llegue al Día Cero el próximo 26 de junio. 

Entidades como la Ciudad de México se enfrentan a un desafío significativo: la extracción supera con creces la capacidad de recarga de sus acuíferos. Según el geólogo, esto conduce a un problema doble: el agotamiento del recurso y dificultades operativas.

A medida que la extracción se profundiza, se requiere una mayor inversión para mantener el suministro, lo que subraya la importancia de gestionar de manera sostenible este recurso vital. “En muchos lugares, por ejemplo, en la Ciudad de México, se extrae muchísima más agua de la que el acuífero puede restablecer. ¿Qué problema nos trae esto? Que cada año el nivel de agua del acuífero va haciéndose cada vez más profundo”, declaró Panecatl. 

Las presas en México no están ni a la mitad de su capacidad

Los cambios de temporada y fenómenos extremos como como El Niño y La Niña, afectan el volumen de agua debido a los niveles de humedad y precipitación, así como las temperaturas altas y calor extremo, según explica el Monitor de Sequía de la CONAGUA. 

En 2010 las 125 presas más importantes del país promediaron un volumen de llenado del 77.61 por ciento. En 2013 este promedio disminuyó hasta el 57.13 por ciento. A partir de entonces aumentó paulatinamente, pero a partir de 2015 empezó el descenso: de 81.30 por ciento en ese año, para 2023 la proporción fue de 49.57 y actualmente se ubica en 43.84 por ciento.

En 2024, el reflejo del agua en las presas de México muestra un panorama inquietante. Desde los altos niveles registrados en 2010, con un volumen de 77.61 por ciento, nos enfrentamos a un descenso que apenas supera el 43.84 por ciento de llenado. La escasez de agua en México en 2024 ha sido la más pronunciada desde 2008. 

“Hay que mencionar que una presa es una obra de ingeniería que tiene muchos usos. Puede utilizarse para el almacenamiento de agua, pero por lo general también se usa para la protección de energía eléctrica e incluso para evitar que en temporada de lluvias extremas las poblaciones que están río abajo se vean afectadas y no sufran de inundaciones”, explicó Ernesto para Serendipia. 

Las presas monitoreadas por CONAGUA no son solo gráficas. Son el principal recurso para nuestra vida y nuestro hogar.  La disminución en los niveles de agua plantea preocupaciones sobre el suministro para el consumo humano, la agricultura y otras actividades vitales, de acuerdo con Estephany Flores, ingeniera geofísica. 

Según los datos actualizados a febrero de 2024, algunas de las presas con niveles de llenado más críticos en el país son las siguientes: 

1. La Llave, Querétaro, 0 por ciento.
2. La Venta, Querétaro, 0 por ciento.
3. El Potosino, San Luis Potosí, 1 por ciento.
4. Constitución de 1917, Querétaro, 3 por ciento.
5. Cuauhtemoc, Sonora, promedio de 3 por ciento.
6. Huapango, Ciudad de México, con 4 por ciento.
7. El Palote, Guanajuato, con 8 por ciento
8. Plutarco Elías Calles, Aguascalientes, con 12 por ciento
9. El Molino, México, con 12.35 por ciento
10. El cuarenta, Jalisco, con 18 por ciento. 

Al observar las gráficas de la presa La Llave en Querétaro, es posible notar que la sequía fue agresiva. En 2023, la presa registró 98.40 por ciento menos agua comparada con 2022. Para 2024, La Llave se encuentra en un nivel de sequía excepcional. 

Presas como “Emilio López Zamora” en Baja California, han tenido un efecto contrario. En 2022, el promedio de llenado era de 4.26. Para 2024, es de 85.39 por ciento. Panecatl explicó que es complicado que el nivel de llenado de las presas pueda cambiar de manera muy rápida, sin embargo, es posible debido a los fenómenos meteorológicos extremos.

La escasez de agua es extrema en 2024

A partir de 2016, la tendencia de estados con sequía moderada, severa y extrema es contundente para todo el país, a excepción de las regiones de Baja California y Baja California Sur en 2024. 

Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el nivel más crítico de sequía es el de “sequía excepcional”. En esta categoría, las consecuencias (pérdida de cultivos, riesgo excepcional de incendios y escasez total de agua) pueden ser irreversibles. 

Aunque hasta febrero de 2024 ninguna entidad se encuentra en estado de sequía excepcional, la mayor parte del país tiene condiciones de sequía. 

Según el Monitor de Sequía en México (MSM) de la CONAGUA, los estados con sequía extrema en 2024 son: 

1. Aguascalientes
2. Chihuahua
3. Durango
4. Michoacán 
5. Querétaro
6. Guanajuato
7. San Luis Potosí 
8. Sinaloa 
9. Sonora

Las condiciones de sequía y los bajos niveles de llenado en las presas representan un desafío para la seguridad hídrica del país. Pero, ¿cuál es nuestro papel en el desabasto de agua? 

A contrarreloj contra el Día Cero 

La participación gubernamental y ciudadana en el cuidado del agua es un pilar fundamental para garantizar su sostenibilidad. “En recursos como la energía hay alternativas de creación, pero el agua no se puede crear. Entonces, es importante que haya una actitud de participación y que la información se muestre clara, que sea concisa y que se comparta”, dijo Flores en entrevista para Serendipia. 

No obstante, el desabasto de agua en México es un problema administrativo, ya que no se han invertido los suficientes recursos económicos y científicos para tener un sistema de abastecimiento eficiente a nivel nacional, de acuerdo con Ernesto Panecatl.

Ambos profesionales coinciden en que la colaboración institucional y la participación ciudadana son cruciales para crear una cultura del agua digna y consciente. 

Estephany Flores hace estas recomendaciones para fomentar el cuidado y la consciencia del agua desde la ciudadanía, para contrarrestar la escasez de agua en México en 2024:

1. Atención a las fugas: Vigila constantemente posibles fugas en tus instalaciones y reporta cualquier anomalía a tu operador de agua. Las fugas representan una pérdida significativa de agua potable.
2. Utilizar medidores de agua: Instala medidores de agua para monitorear tu consumo y poder implementar estrategias de ahorro eficaces.
3. Adoptar tecnologías ahorradoras: Opta por aditamentos y llaves de baño con tecnología ahorradora para reducir el consumo de agua en tus actividades diarias.
4. Actualizar infraestructura: Apoya la actualización de la infraestructura de distribución de agua para mejorar la eficiencia y reducir las pérdidas.
5. Implementar estrategias en infraestructura antigua: Aunque tengas infraestructura antigua, puedes adoptar estrategias y hábitos que minimicen el desperdicio de agua, como reparar fugas y utilizar dispositivos ahorradores.
6. No desperdiciar: Asegúrate de no desperdiciar agua en actividades innecesarias. Si no es un uso provechoso, evita gastar agua de manera irresponsable.
7. Ser responsable y consciente: Infórmate y promueve una cultura del cuidado del agua en tu entorno cercano. Sé consciente de tu consumo y fomenta prácticas responsables entre tus amigos y familiares.

La participación ciudadana e institucional es crucial para generar consciencia acerca de la crisis. La involucración de todos los sectores es necesaria para reconocer la escasez del agua y tomar medidas urgentes. Es difícil cuidar las cosas que no conocemos.