Ejército mexicano espió a defensor de Derechos Humanos con Pegasus

A cinco meses de publicada la primera parte, la investigación Ejército Espía revela nuevos documentos internos de la Sedena sobre el espionaje al defensor Raymundo Ramos, con pleno conocimiento y participación de altos mandos.

Ejército mexicano espió a defensor de Derechos Humanos con Pegasus

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A cinco meses de publicada la primera parte, la investigación Ejército Espía revela nuevos documentos internos de la Sedena sobre el espionaje al defensor Raymundo Ramos, con pleno conocimiento y participación de altos mandos.

El Ejército mexicano espió al defensor de Derechos Humanos Raymundo Ramos Vázquez, esto de acuerdo con una investigación de la organización Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), en conjunto con SocialTIC y Article 19, con el apoyo de Citizen Lab

Esta investigación que un área secreta con funciones de inteligencia y espionaje de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), llamada Centro Militar de Inteligencia (CMI), ha intervenido las comunicaciones de Ramos Vázquez en reiteradas ocasiones mediante el malware Pegasus. De acuerdo con los documentos filtrados por el colectivo Guacamaya y publicados por R3D, el espionaje de la Sedena al activista y defensor de Derechos Humanos, ha tenido la intención de interferir en las investigaciones sobre ejecuciones extrajudiciales en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Además, la intervención de las comunicaciones privadas del defensor ha sido realizada con el conocimiento del titular de la dependencia: Luis Cresencio Sandoval González.

¿Por qué el ejército espió a Raymundo Ramos?

El 3 de julio de 2020, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, tuvo lugar un enfrentamiento entre soldados y supuestos integrantes del Cártel del Noreste. A través del comunicado de prensa 017/8ZM/2020, la Sedena informó que habían abatido a los 12 agresores como resultado del enfrentamiento entre fuerzas Armadas y supuestos criminales. 

No obstante, en días posteriores al enfrentamiento, el defensor de derechos humanos Raymundo Ramos Vázquez recibió información de una persona que había reconocido a su hijo como una de las víctimas de los militares. Días más tarde, dos padres de familia más identificaron a las víctimas. Todos ellos refirieron que los supuestos criminales en realidad eran un estudiante de Ingeniería de 19 años de edad; un migrante de Chiapas, de 18 años; y un mecánico de 27 años. Todos ellos habían sido secuestrados por el crimen organizado. 

Aunado al testimonio de los padres de las víctimas que buscaron a Raymundo, el 24 de agosto, el medio El Universal reveló un vídeo grabado por la cámara corporal de uno de los soldados, en la que se observa el uso excesivo de la fuerza por parte del Ejército, así como la ejecución extrajudicial de al menos una persona.

El caso llegó hasta el presidente López Obrador, quien ordenó que se realizaran las investigaciones necesarias para aclarar los hechos. Pero de acuerdo con la ​tarjeta informativa secreta publicada por R3D y elaborada por el Centro de Inteligencia Militar el 2 de septiembre de 2020 bajo el nombre “Actividades Raymundo Ramos”, la Sedena ya tenía intervenidas las comunicaciones de Raymundo Ramos y dan parte de las conversaciones que sostuvo con periodistas de El Universal, Televisa y El País en agosto de ese año. 

De acuerdo con el análisis forense de Citizen Lab, de la Universidad de Toronto, el teléfono de Raymundo Ramos precisamente había sido infectado con el malware Pegasus en agosto de ese año, mientras se realizaban las investigaciones del enfrentamiento. La muestra de ello es la tarjeta informativa elaborada por la Subjefatura de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional, en la, entre otras cosas, se intenta vincular a Raymundo Ramos Vázquez con el Cartel del Noreste. 

En la parte final de la tarjeta informativa se puede leer como recomendación: “que este producto de inteligencia se proporcione, con carácter confidencial, a la Policía Ministerial para que sirva como elemento de juicio para su investigación, sin agregarse a la carpeta de investigación”. 

En resumen, de acuerdo con la investigación Ejército Espía, la intención de la Sedena era calumniar al activista y defensor de Derechos Humanos, ​​e influir en la investigación que la Policía Ministerial Militar realizaba sobre la ejecución extrajudicial de los tres jóvenes secuestrados. 

Cabe recalcar que en días recientes y a raíz del asesinato de otros seis jóvenes en Nuevo Laredo a manos de soldados del Ejército mexicano, las declaraciones en contra de Raymundo que supuestamente lo vinculan con el crimen organizado, han vuelto a circular en redes sociales. 

El 1 de marzo el reportero del portal Nación 14, Carlos Domínguez, intervino en la conferencia matutina del presidente López Obrador para asegurar que lo que sucedió en Nuevo Laredo fue “un enfrentamiento entre unos jóvenes de un cártel con las Fuerzas Militares, que simple y sencillamente estaban haciendo su trabajo”. Incluso, en plena conferencia, Carlos Domínguez reprodujo un supuesto audio de Raymundo en el que sostenía una conversación con supuestos criminales del Cártel del Noroeste.

Ejército mexicano espió a defensor con la autorización de altos mandos

La tarjeta informativa filtrada por el grupo Guacamaya indica que fue elaborada por la Subjefatura de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional. En la parte superior del documento también se pueden aparecen las siglas C.M.I., que significan Centro Militar de Inteligencia.

Dicho Centro Militar es una dependencia que opera de manera secreta, es decir “fuera del ojo público”. En la investigación “Ejército Espía”, y gracias a una serie de documentos internos de la SEDENA filtrados por el colectivo Guacamaya, es posible saber los objetivos y actividades del CMI.

Por ejemplo, un documento interno del Centro Militar de Inteligencia revela que su objetivo es “aportar productos de inteligencia que se generen de la información obtenida en medios cerrados”. En otras palabras, obtienen la información a través de la intervención de comunicaciones privadas, pese a que las Fuerzas Armadas no tienen facultades legales para llevar a cabo dichas tareas.

Pero eso no es todo. La tarjeta informativa también brinda información de los funcionarios militares que aprobaron y participaron en el espionaje ilegal a Raymundo Ramos. Según la investigación Ejército Espía, estos son algunos de los altos mandos involucrados:

  • Homero Mendoza Ruiz, entonces Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional.
  • Conrado Bruno Pérez Esparza, entonces Subjefe de Inteligencia del Estado Mayor.
  • El entonces Director del CMI, y el Subdirector de Análisis del CMI. 

Además, la tarjeta informativa del 2 de septiembre de 2020, refiere que se realizó para el conocimiento de “la Superioridad”, es decir, para el Secretario de la Defensa Nacional. Ese mismo día, un documento de agenda, filtrado por el colectivo Guacamaya, revela que ese mismo 2 de septiembre, a las 20:00 horas, el general Secretario se reunió en su despacho con el Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, el Subjefe de Inteligencia, el titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la SEDENA y el Comandante de la Policía Ministerial Militar, para tratar el tema: “Nuevo Laredo Tamaulipas”.

Sedena compró Pegasus: primera parte de la investigación

El 2 de octubre de 2022, la primera parte de la investigación “Ejército Espía”, revelaba que además de Raymundo Ramos, la Sedena espió al periodista Ricardo Raphael y un periodista (su identidad permanece en el anonimato pero se dio a conocer que trabaja en el medio Animal Político) mediante el malware Pegasus entre 2019 y 2021.

Así, en la primera parte de la investigación, se publicó cómo la Sedena había ocultado sistemáticamente loscontratos con la empresa Comercializadora Antsua SA de CV, la cual forma parte de una red creada por el empresario israelí Uri Emmanuel Ansbacher Bendrama en México para vender equipo de espionaje y otros bienes al gobierno.

A cinco meses de publicada la primera parte, la investigación continúa y ahora se revelan nuevos documentos internos de la Sedena, los cuales prueban, que el Ejército mexicano espió al defensor de derechos humanos Raymundo Ramos utilizando el malware Pegasus y con pleno conocimiento y participación de altos mandos. Si quieres consultar la investigación completa, puedes seguir el siguiente enlace.

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