¿El gobierno alteró los datos de COVID-19? Miles de casos cambiaron de estatus en una semana

El estatus de miles de casos de muertes por COVID-19 cambió en la base de datos de la SSa en una semana. Los funcionarios de esta dependencia no publicaron una aclaración al respecto ni hablaron con este medio digital para explicar las modificaciones. ¿El gobierno de México alteró sus datos de COVID?

El estatus de miles de casos de muertes por COVID-19 cambió en la base de datos de la SSa en una semana. Los funcionarios de esta dependencia no publicaron una aclaración al respecto ni hablaron con este medio digital para explicar las modificaciones. ¿El gobierno de México alteró sus datos de COVID?

Por Cristian Escobar
Análisis y visualización de datos por Marco Antonio Trujano y Hugo Osorio
Con información y edición de Alejandra Padilla
Ilustraciones por Carolina López-Tello

Un hombre de 42 años presentó síntomas de COVID-19 el 6 de enero de 2021 en Morelos. Una semana después acudió al hospital, en donde lo mandaron a tratar la enfermedad en su casa. Murió tres días después. Hasta ese momento, este hombre estaba registrado como una muerte ambulatoria (es decir, que permaneció en su hogar mientras estaba enfermo) por la enfermedad del nuevo coronavirus en la base de datos de casos de COVID-19 de la Secretaría de Salud (SSa). El 23 de abril de 2022, su estatus fue modificado: desde entonces aparece como un paciente que falleció por COVID mientras estaba hospitalizado. ¿Por qué cambió este registro? ¿El gobierno de México alteró los datos de COVID?

La base de datos de la SSa no tiene las respuestas a estas preguntas (y personas funcionarias de la dependencia se rehúsan a entrevistarse con este medio digital para explicar estos cambios), pero sí da cuenta de siete mil 115 casos en los que ocurrió exactamente lo mismo: fueron reclasificados para pasar de muertes de pacientes ambulatorios a muertes de pacientes hospitalizados. Todos estos cambios ocurrieron el 23 de abril de 2022. Cinco mil 823 de estos registros corresponden a muertes ocurridas en 2021 y los otros mil 293, en 2022. 

Pero, ¿cómo sabemos que esto sucedió? Boris Osmán Martínez, quien analiza los datos semanalmente y publica visualizaciones basadas en ellos, lo notó cuando actualizó los datos ese 23 de abril. Al principio creyó que se trataba de un error en su algoritmo, pero no era así.

Analista de datos
Analista de datos descubre algo
Base de datos de COVID del 16 de abril del 2022
Base de datos de COVID del 27 de abril del 2022
Analista verifica la información
Secretaría de salud no responde

Parecía un día cualquiera, pero al terminar de analizar los datos de casos de COVID, Boris se dio cuenta que más de 7 mil registros de pacientes ambulatorios fallecidos por COVID-19 habían “desaparecido” de la base de datos de la Secretaría de Salud.

Boris había hecho el proceso de siempre, pero el tablero que semanas atrás estaba lleno de gráficas que representaban a los pacientes ambulatorios fallecidos por COVID, ese día lucía en blanco.
Lo primero que pensó fue que se trataba de un error en su algoritmo, pero después de semanas de verificación, Boris comenzó a sospechar que los datos habían sido alterados.

Hasta el 16 de abril de 2022, había 12,743 pacientes ambulatorios fallecidos por COVID-19 en 2020. En 2021 había 7,000 casos y en 2022, 1,298.

A partir del 23 de abril, en 2021 había 1177 casos y en 2022, solo 5. El resto de los registros habían cambiado de “ambulatorios” a “hospitalizados”.

En Serendipia hicimos nuestro propio análisis. Comparamos la base de datos del 16 de abril de 2022 con la del 27 de diciembre del mismo año y encontramos lo mismo: una gran proporción de las personas que murieron por esta enfermedad y cuyo estatus era “ambulatorio” fueron modificadas para aparecer como “hospitalizadas”.

La Secretaría de Salud no ha explicado estos cambios. Desde Serendipia hemos escrito correos electrónicos, hecho llamadas telefónicas y publicado tuits, pero no hay respuesta por parte de la dependencia federal.

Así que la incógnita continúa: ¿este fue un error humano, una complicación en el sistema de captura de datos o un cambio que el gobierno realizó a propósito?

Expertos señalan que una alteración de esta magnitud en la bae de datos de la SSa, sin que exista aclaración alguna al respecto, podría repercutir en la fiabilidad de lo que sucede en el país con un virus tan cambiante como el SARS-CoV-2. Esto, a su vez, podría llevar a subestimar la magnitud de la pandemia de COVID-19 en México por no tener información precisa al momento.

Más de 7 mil fallecidos pasaron de ser ambulatorios a hospitalizados en una semana

De acuerdo con esta base de datos, en el pico de la segunda ola de la pandemia en México se llegaron a registrar 713 defunciones por COVID-19 en pacientes ambulatorios durante una sola semana. Después del 16 de enero de 2021, las muertes en pacientes ambulatorios fueron decreciendo de manera gradual: 658 defunciones ambulatorias del 18 al 24 de enero; luego 544 defunciones del 25 al 31 del mismo mes; y del 1 al 17 de febrero hubo 418. 

En la siguiente gráfica se puede apreciar cómo en la base de datos abiertos con fecha de corte del 16 de abril del 2022 —es decir, antes de que ocurrieran los cambios masivos—, el número de pacientes ambulatorios fallecidos a causa de la COVID-19 obedece un patrón similar al número de muertes totales por la pandemia.

A finales de febrero del 2021, cuando, de acuerdo con la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud la pandemia de COVID-19 en México comenzaba a salir de la segunda ola y entraba en un período interepidémico, las cifras de defunciones en pacientes ambulatorios también disminuían: 233 del 15 al 21 de febrero; 204 del 22 al 28 de febrero; 200 del 1 al 7 de marzo… Así hasta llegar a la cifra más baja a comienzos de junio del 2021: 20 defunciones ambulatorias en una sola semana. 

Muertes por COVID-19 de pacientes atendidos en casa

No obstante, hoy en día las cifras lucen muy diferentes, pues a partir del 3 de enero de 2021 (cuando se contabilizaron 501 muertes de COVID-19 en pacientes ambulatorios) el número de fallecidos en sus hogares disminuyó a 463 en la semana posterior, luego a 262 en la semana siguiente, y más tarde a 110 en la semana que abarca del 18 al 24 de enero del 2021, esto de acuerdo con la base de datos abiertos sobre COVID-19 con fecha de corte del 27 de diciembre de 2022. 

Es decir, que el número de pacientes ambulatorios —aquellos que se atendieron en sus casas y no en unidades de salud— fallecidos a causa de la COVID-19 disminuyó de manera abrupta o repentina durante los meses de enero y febrero de 2021 (y no de manera progresiva como reflejaba la base de datos de abril). Según esta base de datos, a partir del 21 de febrero del mismo año, no se volvieron a registrar más de 3 casos de personas fallecidas en sus hogares a causa del nuevo coronavirus por semana. Juana María de los Lagos Martínez Cadeñanes, Ingeniera de datos y Co Directora en el Health Data Science Program de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tecnológico de Monterrey, menciona que la forma en la que se comportan los datos después del 23 de abril podría reflejar una manipulación, aunque el motivo es desconocido.

¿El gobierno alteró datos de COVID-19?

Rosaura Idania Gutiérrez Vargas, jefa del Departamento de Análisis de Información Epidemiológica, de la Dirección General de Epidemiología de la SSa, mencionó a este medio digital mediante llamada telefónica que debido a la carga de trabajo de 2020 y 2021 las autoridades sanitarias no pudieron revisar y actualizar los casos de pacientes ambulatorios, lo cual no le permitió hacer los análisis precisos. Fue hasta 2022 y por recomendación de la Auditoría Superior de la Federación, que tuvieron más oportunidad de revisar la base de datos y “corregir” el registro de pacientes ambulatorios. Gutiérrez Vargas refirió que en la base de datos había pacientes que fueron remitidos a otras unidades, pero que habían sido catalogados como remitidos a sus hogares (ambulatorios). 

Aunque Gutiérrez Vargas no especificó en qué documento está plasmada la recomendación de la ASF ni en qué consiste la misma, Serendipia encontró que en la Auditoría de Desempeño 2020-0-12100-07-0230-2021 230-DS la ASF emitió la recomendación 2020-0-12100-07-0230-07-003 para que la Secretaría de Salud concluyera la migración de datos de la plataforma de vigilancia centinela del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de enfermedades Respiratorias (SISVER) a la plataforma de Ambiente para la Administración y Manejo de Atenciones en Salud (AAMATES) para la vigilancia epidemiológica por laboratorio.

Con el uso de la plataforma AAMATES, una herramienta informática para el registro de atenciones médicas para unidades no USMER, se buscaba que el sistema de salud vinculara la información sobre atenciones hospitalarias y corrigiera los errores en los registros sin perder trazabilidad y evitar la duplicidad de registros.

Del mismo modo, en la recomendación 2020-0-12100-07-0230-07-003, la ASF instruyó a la Secretaría de Salud federal a perfeccionar su sistema de información asociado al SISVER de manera que no se registre la información duplicada de un mismo evento y se cuente con información confiable sobre los certificados de defunción relacionados con las causas de muerte sujetas a vigilancia epidemiológica, esto con la finalidad de mejorar la información en que se sustenta la toma de decisiones respecto de las acciones de prevención, tratamiento y control de las enfermedades y contar con los estándares de calidad que requiere la metodología centinela de vigilancia epidemiológica. 

Por su parte, Gutiérrez Vargas refirió que la base de datos del 2022 contiene cifras preliminares y debido a esto, los cambios de registros de forma masiva pueden seguir ocurriendo.

“Estamos todavía trabajando en la base de datos de 2022. Mientras tanto, los estados nos pueden decir que detectaron fallas y corregirlas. La base está viva y puede tener cambios masivos”.

Rosaura Idania Gutiérrez Vargas, jefa del Departamento de Análisis de Información Epidemiológica, de la Dirección General de Epidemiología de la SSa

No obstante, la mayoría de los cambios detectados en la base de datos corresponde a casos de 2021, no de 2022. 

Hasta el momento, la Secretaría de Salud no ha accedido a entrevistarse con Serendipia para aclarar por qué fue modificada la base de datos. El primer intercambio de correos electrónicos con la Subdirectora de Información de la Secretaría de Salud, Thalia Monroy Lugo, ocurrió el 2 de enero de este año y a partir de entonces autoridades de la SSa no han atendido llamadas ni tuits para brindar una aclaración sobre estos cambios en la base de datos. La única interacción con personal de esta dependencia fue la llamada con Gutiérrez Vargas, quien respondió la consulta brevemente, sin ofrecer más detalles ni remitir a un documento oficial. Esto a pesar de que este medio digital ha dirigido correos electrónicos a la Secretaría en donde se detallan las inconsistencias detectadas y se solicita de manera formal una entrevista con la o el funcionario de la SSa que pueda aclarar este tema.

Juana María De los Lagos menciona que no es suficiente con dar una explicación, sino que se debería comenzar a cuestionar qué acciones pondrán en marcha las autoridades encargadas de la recolección, captura y publicación de la base de datos para disminuir la brecha de errores.

“No creo que debamos detenernos solo en la explicación; deberíamos comenzar a cuestionar a las autoridades acerca de qué van a hacer para que eso no vuelva a pasar, porque las decisiones que se toman acerca de salud deben ser basadas en información exacta en el momento correcto”, menciona Martínez Cadeñanes.

¿Cuándo y dónde ocurrieron estos cambios?

En la base de datos sobre COVID-19 de la SSa el 16 de abril de 2022 había 12 mil 743 pacientes ambulatorios fallecidos por esta enfermedad durante 2020. En esta misma base de datos, los registros de fallecidos ambulatorios durante 2021 eran siete mil y en 2022, mil 298. 

Por su parte, en la base de datos con corte del 27 de diciembre de 2022, en lugar de haber aumentado, como se esperaría, el número de  fallecidos ambulatorios era de mil 177 en 2021, y de solo 5 en 2022. Por su parte, las cifras de pacientes ambulatorios fallecidos por COVID-19 durante el 2020 (primer año de la pandemia) se mantuvieron sin modificaciones. 

Tabla - registros de modificados

Como se puede apreciar en la tabla, el porcentaje de cambio en los registros de pacientes ambulatorios den 2020 es igual a cero (pues no hubo cambios). Sin embargo, para 2021, más del 83 por ciento de los registros de pacientes ambulatorios habían pasado a ser clasificados como hospitalizados y en 2022 el cambio de registros fue superior al 99 por ciento. 

En la siguiente gráfica se puede observar cómo a partir del 23 de abril, el número de fallecidos hospitalizados a nivel nacional aumenta, mientras el de los ambulatorios disminuye (tanto en el 2021 como en 2022); pero los casos en 2020 permanecen sin cambios tanto en las bases de datos anteriores como posteriores al 23 de abril. 

Así, los estados que más cambios de registros concentraron fueron: la Ciudad de México, con 972 casos de fallecidos ambulatorios que pasaron a ser hospitalizados; seguido del Estado de México, con 796 cambios; Nuevo León con 739; y San Luis Potosí con 590 casos modificados.

Total de muertes de pacientes ambulatorios y hospitalizados con COVID-19

Casos de fallecidos ambulatorios

Casos de fallecidos hospitalizados

En contraparte, Zacatecas, con 6 casos reclasificados; Chiapas, con 4; y Tabasco con 3; fueron las entidades en donde menos cambios de registros se observaron después del 23 de abril. 

No obstante, Morelos fue el estado donde más porcentaje de cambios de registros hubo respecto al número de pacientes fallecidos por COVID-19 en esa entidad, con 9.3 por ciento (comparar el porcentaje de cambios respecto al número de pacientes fallecidos por COVID-19 en cada entidad nos permite comparar de mejor forma la incidencia de estos cambios por estado). Le siguen San Luis Potosí con 7.8 por ciento; Baja California Sur, con 5.2; y Nuevo León con 4.9 por ciento.

Por otra parte, de acuerdo con el análisis de la base de datos elaborado por Serendipia, el 58 por ciento del total de las modificaciones que la Secretaría de Salud cambió de ambulatorio a hospitalizado, fueron aquellos registrados en enero y febrero de 2021, pues en enero se modificaron mil 633 y en febrero, mil 67.

Fechas de defunción de los registros que fueron modificados (de ambulatorio a hospitalizado)

Después le sigue el mes de agosto de 2021 con 820 casos modificados y marzo de 2021, con 696 casos modificados ese mes.

Solo 5 pacientes ambulatorios fallecieron en 2022: Secretaría de Salud

Hasta el 27 de diciembre de 2022, la Secretaría de Salud registraba 27 mil 75 decesos a causa del nuevo coronavirus en México. Según estas cifras, 27 mil 70 habían fallecido en una unidad de salud; pero sólo cinco habían ocurrido dentro de sus hogares

Thalía García Téllez, inmunóloga especialista en enfermedades infecciosas mencionó a Serendipia que a pesar de que la mayoría de las defunciones por COVID-19 sea en pacientes hospitalizados que padecen alguna comorbilidad, la cifra de cinco defunciones ambulatorias por COVID-19 ocurridas en 2022, parece estar fuera de lo que se esperaría.  

“Desde la óptica del tipo de infecciones que actualmente tenemos, la mayoría de las muertes son en pacientes hospitalizados, pues las infecciones ambulatorias no se suelen agravar hasta el fallecimiento. Para todo un año sí me parecen pocas. Pero tampoco esperaría que la cifra correcta (si cinco no lo es), representara un porcentaje mayoritario de las muertes por COVID-19”. 

Por su parte, Carlos Alonso Reynoso, epidemiólogo y académico de la Universidad de Guadalajara, considera que las muertes ocurridas en 2022 probablemente sean más de cinco. No obstante, debido al subregistro de casos, esa información no se ve reflejada en la base de datos de la SSa.

“Muy probablemente haya más de 5 defunciones ambulatorias, o sea en su domicilio, pero no podemos determinar esto con la base de datos. Muchos de los pacientes que han fallecido en sus domicilios no necesariamente acudieron a recibir atención médica al sector salud. Probablemente recibieron atención médica en un consultorio anexo a una farmacia de genéricos o en el sector privado y al fallecer de esa manera, ya sea en su domicilio o en una institución privada, casi nunca se realiza el estudio epidemiológico”, mencionó Alonso Reynoso.

Este medio digital habló con Sarah, familiar de un paciente ambulatorio fallecido por COVID-19 en enero de 2022, en el estado de Puebla. Sarah menciona que su familiar, de entonces 86 años, se atendió con médicos particulares en su domicilio, luego de ha​​ber dado positivo al virus SARS-CoV-2 mediante prueba PCR. Una semana después, el familiar de Sarah falleció por la enfermedad, pero el personal que expidió el certificado de defunción no consideró COVID-19 como la causa y registró “problemas de pulmón por complicaciones de la edad”, en el certificado de defunción. 

La Ssa tampoco ha ofrecido una explicación sobre esto.

Pero, ¿de dónde vienen los datos de COVID-19 y cómo funciona la base de la SSa?

Los datos abiertos sobre COVID-19 en México —es decir aquellos que pueden ser reutilizados y se encuentran en un formatos como txt, rtf, csv, html, por ejemplo— los publica la Dirección General de Epidemiología y se pueden encontrar en esta dirección electrónica

Estos datos son los que “alimentan” a los reportes técnico diarios y semanales (incluyendo las diapositivas mostradas en “El Pulso de la Salud” todos los martes en la conferencia del presidente), así como al Informe mensual de COVID-19 en México y el resto de reportes sobre el estado que guarda la pandemia de COVID-19 en nuestro país.

Gracias a estos datos, en los momentos más álgidos de la pandemia (aquellos donde los contagios y muertes diarias por la COVID-19 se contaban por miles), podíamos conocer cuándo una entidad federativa podía pasar de un color a otro en el semáforo epidemiológico, lo cual, a su vez, repercutía en el cierre o apertura de actividades, negocios y comercios. También gracias a esta base de datos se toman decisiones como la programación de las jornadas de vacunación a diferentes sectores y grupos de la sociedad o la disposición de recomendar o no el uso de cubrebocas en espacios reducidos.

De acuerdo con la Dirección General de Promoción de la Salud (DGPS) estos datos provienen de los “estudios epidemiológicos” que cada una de las 475 Unidades de Salud Monitoras de Enfermedad Respiratoria viral (USMER) del país informa al Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedad Respiratoria Viral, así como del resto de unidades médicas del Sistema Nacional de Salud Pública. 

Según especifica la DGPS, la captura de los datos de estos estudios varía según los procesos y el personal disponible en cada institución y por lo mismo, los datos pueden contener “errores de origen”. Por esta razón, menciona la dirección, los datos están sujetos a revisión y validación por la Secretaría de Salud y las propias personas usuarias o autoridades estatales de salud son quienes solicitan cualquier tipo de corrección por escrito.

Así, Serendipia consultó con un par de médicos (los cuales pidieron permanecer en el anonimato con el fin de evitar represalias de cualquier tipo) quienes laboran en distintas unidades de salud pública del país, mismos que nos refirieron el procedimiento de llenado de estos estudios epidemiológicos.

Comic llenado de estudios epidemiologicos

El médico A trabaja en una unidad de gran tamaño y se encarga del llenado de los estudios antes mencionados. Él menciona que no se tratan de expedientes clínicos, sino que son un pequeño resumen que contiene los datos del paciente (sexo, edad, si tiene alguna comorbilidad y fecha de los síntomas) Estos datos epidemiológicos deben ser capturados en una plataforma con la ayuda de un capturista. Así, ambos (personal de epidemiología y capturistas) son quienes tienen acceso a la plataforma federal. Es decir, no hay acceso a esta plataforma por parte de médicos particulares ni laboratorios.

El médico mencionó que el proceso de captura continúa siendo arcaico, manual, es decir que no es electrónico. Además, dependiendo del tamaño de las unidades —hay unidades que atienden a unos cuantos cientos de derechohabientes al día, y hay otros que atienden a miles o decenas de miles— los epidemiólogos pueden contar o no con el apoyo de capturistas.

En unidades de menor tamaño, como la del médico B, quien trabaja en el área de urgencias de una unidad médica familiar en donde no hay un epidemiólogo que haga estos llenados, son los médicos quienes realizan el estudio epidemiológicos tras haber solicitado una prueba de detección de COVID-19. Después, menciona, son los Auxiliares Universales de Oficina —quienes realizan actividades como la captura de facturas de almacén, organización y administración de nóminas de trabajadores y control de la contabilidad— quienes realizan la captura en el Sistema de Notificación en Línea para la Vigilancia Epidemiológica de Influenza (SINOLAVE) bajo la supervisión de la directora de la unidad médica.  

Ambos médicos coinciden en que de manera diaria estos datos son transferidos al Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) de la Dirección General de Epidemiología, donde se concentran y posteriormente se publican en la base de datos federal.

Pero en unidades de mayor tamaño como la del médico A suele existir solamente una persona en todo el hospital encargada de esta área y esa persona solo trabaja en un turno. Por esto, de acuerdo con el médico A, la información puede perderse o atrasarse.

“Desafortunadamente, no considero que contemos en la actualidad ni con los recursos técnicos ni recursos humanos para dar un seguimiento puntual a los casos ambulatorios”, refirió en entrevista el médico A. 

Así, en los casos en que una persona ingresa a una USMER y es sospechosa de enfermedad respiratoria viral, se le realiza la prueba COVID-19. Dependiendo del resultado y de su sintomatología es que se clasifica a la persona como ambulatorio u hospitalizado. Todo esto queda asentado en el estudio epidemiológico del paciente. 

Uno de los criterios para que el paciente sea hospitalizado es que tenga síntomas de insuficiencia respiratoria, es decir, que la saturación de oxígeno se encuentre por debajo de 90 u 87 por ciento, que presente comorbilidades o sea población de riesgo.

“Si el paciente se puede ir a recuperar a su casa se clasifica como caso de infección respiratoria aguda ambulatoria (IRAA), y si se hospitaliza se clasifica infección respiratoria aguda grave (IRAG)”, refirió el médico B. También menciona que en el caso de pacientes ambulatorios, es decir aquellos que por no presentar un cuadro grave de COVID-19 son “referidos” a sus hogares, se les tiene que hacer un seguimiento vía telefónica para monitorear el desarrollo de la enfermedad. 

“Se les proporciona un kit, se le piden los datos (hay una base de datos con los números de celular de los pacientes) y se les llama por teléfono, para preguntarles su estado de salud”, dice el médico B. Este proceso es conocido como vigilancia epidemiológica, en donde el personal encargado lleva una actualización del caso desde que se detecta, hasta que se recupera o fallece y actualiza ese registro en el SINOLAVE O SINAVE, según sea el caso. 

No obstante, para Carlos Alonso Reynoso, Epidemiólogo académico de la Universidad de Guadalajara y doctor en Ciencias de la Salud Pública, uno de los problemas para llevar un registro adecuado de los pacientes ambulatorios es la falta de seguimiento a los mismos.

“Este es un proceso manual que se hace caso por caso. En el que las coordinaciones de vigilancia de cada entidad mandan las solicitudes a las unidades correspondientes en donde se registró la defunción para validar si el paciente efectivamente falleció de manera ambulatoria o no. Entonces este proceso se hace posterior y de manera gradual. Y por eso es que los pacientes ambulatorios pudieran cambiar de categoría o registro”.

En ese sentido, en la serie de Auditorías de Desempeño de número 2020-0-12100-07-0220-2021 que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) realizó a la Secretaría de Salud y los integrantes del Sistema Nacional de Salud, la ASF identificó que de 2020 a 2021 el IMSS reportó  946 ingresos hospitalarios en las clínicas a su cargo, de las cuales 267 (193 del régimen ordinario y 74 del IMSS-Bienestar) formaron parte del proceso de reconversión hospitalaria para tratar la COVID-19. No obstante, según la ASF, el Instituto no dispuso del reporte sobre el seguimiento realizado a los casos ambulatorios que fueron remitidos a resguardo domiciliario en ese periodo. 

Por su parte, el ISSSTE, desconoció la conclusión de los cinco mil 458 casos a los que les dio seguimiento. Además no evidenció las altas médicas por mejoría o defunción, ni la clasificación de los datos respecto de si los pacientes eran o no derechohabientes, esto según la ASF. 

Alonso Reynoso menciona que al no ser un expediente electrónico, la actualización requiere de procesos de validación posterior para poder definir si el paciente falleció en su domicilio o en un hospital, la cual suele tener un proceso largo y no está exenta de errores.

De acuerdo con la Auditoría de Desempeño: 2020-0-12100-07-0230-2021 230-DS, acerca de la vigilancia epidemiológica, la ASF señaló durante que entre las fechas de recolección de información, inicio y conclusión de la investigación epidemiológica transcurrió más de un año, contrario a lo establecido en el Manual de Procedimientos Estandarizados para el Sistema Epidemiológico y Estadístico de Defunciones que establece 22 días hábiles establecido para ese proceso (7 días para la recolección de información y 15 días para la investigación epidemiológica).

De las 191 mil 181 defunciones a causa de la COVID-19 reflejadas en el Registro electrónico de las Defunciones Sujetas a Vigilancia Epidemiológica (REDVE) de la SSa, en 10 mil 858 casos tardaron entre 31 a 60 días para concluir el proceso de vigilancia epidemiológica; en 9 mil 227 casos duró entre 61 y 100 días; en 4 mil 608 casos duró 4 mil 608 días; y en 825 casos, el proceso de investigación epidemiológica duró un año o más, según la ASF.

“Yo entiendo la incertidumbre al respecto de estos cambios súbitos de ambulatorios y hospitalizados. Pero yo no lo veo como algo oculto, lo veo más bien como una falla en el proceso de origen, es decir, las fuentes de información. Al ser un estudio epidemiológico muy restringido, no permite actualizar los datos de manera precisa”, menciona Carlos Alonso Reinoso. Epidemiólogo y Doctor en Ciencias de la Salud Pública.

El IMSS, con la mayoría de los registros modificados

El 46.8 por ciento de los 7 mil 116 casos que cambiaron de registro ocurrieron en unidades médicas del IMSS. Esta cifra, menciona Alonso Reynoso, es entendible al tratarse del Instituto de salud pública más grande del país y con mayor número de derechohabientes.

Según datos de la Encuesta Intercensal de 2020, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 51.1 por ciento de la población mexicana con seguridad social, eran derechohabientes del IMSS. 

En segundo lugar entre las instituciones de salud que más cambios de registros concentraron, fueron las unidades de la Secretaría de Salud federal, pues estas concentraron 37.3 por ciento de todos los cambios, es decir 2 mil 658 casos. Después le sigue el ISSSTE, con el 7.8 por ciento de los casos (557); luego las clínicas de salud privadas y las unidades de salud estatales, con  2.5 y 2 por ciento, respectivamente, del total de los casos. 

Por su parte, los servicios de salud de la Secretaría de Marina, Pemex, y hospitales universitarios y Cruz Roja, concentran menos del 1 por ciento de los casos modificados en la base de datos COVID de la SSa. 

Esta no es la primera irregularidad en la base de datos de COVID

Cualquier actualización de este tamaño, en donde hay un cambio de más del 90 por ciento de casos ambulatorios, tendría que ser explicada con un addendum, un anexo en donde las autoridades de epidemiología y salud especifiquen que se ha hecho una actualización en determinada fecha y la explicación de la actualización, de acuerdo con Alonso Reynoso. 

“En varias ocasiones se hizo. En el transcurso de 2020 y 2021 se hicieron recategorización de casos, sobre todo cuando incluyeron una nueva categoría que era la calificación de confirmado por asociación epidemiológica. Estos eran casos en los que no necesitabas tener una prueba rápida o una PCR para ser considerado como un hecho confirmado”, dice Alonso. 

Otro ejemplo de esto es que el 7 de abril de 2022, la Secretaría de Salud reportó un aumento de 32 mil 216 casos confirmados de COVID-19 de un día para otro. Según refirió la SSa en un comunicado, el aumento registrado ese día, se debía a la migración de casos extemporáneos realizada por el IMSS, pues el 89.6 por ciento de los casos migrados ese día (28 mil 865) cuentan con fecha de inicio de síntomas en el año 2021. Este número de casos contrasta con los reportados tan solo un día antes, pues del 4 al 5 de abril del 2022, solo habían sido reportados 4 mil 223 casos nuevos.

Lamentablemente no es la primera vez que la SSa presenta irregularidades en su base de datos abiertos sobre COVID-19. Serendipia ha registrado que desde que la base fue publicada, han existido una serie de inconsistencias. A inicios de la pandemia, por ejemplo, en el mapa que la SSa publicaba, se indicaba que la información correspondía a casos acumulados por entidad de residencia. No obstante, la cifra de muertes correspondía, en realidad, a la entidad de la Unidad Médica donde había sucedido el deceso. 

Además, en la base de datos de COVID-19 de la Secretaría de Salud Pública, es recurrente encontrar errores de registros como pacientes que enferman después de fallecidos. En realidad se tratan de 273 casos en donde, de acuerdo con la captura en la base de datos, los pacientes ingresaron a la unidad médico después de fallecidos.

“Cuando se detecta un error lo corriges, porque no puedes trabajar con el error ni alrededor del error. Si el error sobrevive constantemente y no hay cambios ni alrededor, para mí no es profesional”, menciona Juana María De los lagos Martínez Cadeñanes, Ingeniera de datos y Co Directora en Health Data Science Program

Y es que para compartir la información de datos médicos, menciona Martínez Cadeñanes, existen protocolos como el HL7, el cual es un  estándar de comunicación entre los sistemas de salud

“En un escenario utópico, todas las entidades de salud deberían trabajar bajo este formato o sus versiones próximas o anteriores. Pero eso no obliga que al momento en que se comparten los datos para el área de datos públicos vayan bajo este mismo protocolo. 

El uso de este protocolo, de acuerdo con la ingeniera de datos, elimina una gran brecha en la que los errores humanos son posibles. Y aunque en un escenario utópico, todas las entidades de salud deberían estar bajo un protocolo definido e internacional para el tratamiento de los datos, como el protocolo HL7. Lo cierto es que la Dirección de Epidemiología y la Secretaría de Salud trabajan con sistema que han estado manteniendo desde hace tiempo.

En concreto, el sistema con el que la Secretaría de Salud captura los datos sobre COVID-19, no es reciente, sino que su creación se remonta a 2009, durante la pandemia de influenza, según explicó Ricardo Cortés Alcalá, director general de Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud a Serendipia en mayo de 2020

Corregir ahora para enfrentar la siguiente emergencia

“El objetivo de la información es poder tomar decisiones. Y para poder tomar decisiones se requiere de información confiable y precisa. Si esa información no es precisa, entonces las decisiones no van a ser las adecuadas”, menciona Alonso Reynoso. Y añade que las repercusiones podrían no notarse en este momento, sino surgir a futuro. 

“El problema es que si no aprendemos del proceso de las circunstancias que estamos viviendo actualmente, los errores que se están cometiendo se seguirán cometiendo en futuras circunstancias que nos hagan tomar decisiones de manera equivocada, es decir, que podemos subestimar la magnitud de un problema por no tener la información precisa al momento. Por eso es importante actualizar los sistemas de servicio, seguimiento y notificación”.

Carlos Alonso Reynoso epidemiólogo y académico de la Universidad de Guadalajara

Y es que actualmente hay una especie de crisis de fiabilidad de algunos datos, pues no todos tienen un proceso adecuado de verificación. “Hoy en día, el problema radica en que tenemos demasiados datos, pero muy pocos son de calidad, y es urgente atender esta problemática”, dice Éder Ávila Barrientos, investigador en el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información de la Universidad Autónoma de México (UAM).

De esta manera, mejorar los sistemas de captura, registro y seguimiento de esta información y en general de todos los datos capturados y almacenados por el gobierno es urgente. “Sería un error creer que esta será la última pandemia que vamos a vivir”, dice Alonso Reynoso.

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Comentarios

4 comentarios en la nota: ¿El gobierno alteró los datos de COVID-19? Miles de casos cambiaron de estatus en una semana


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  1. Danae dice:

    Excelente investigación, excelente apoyo visual. Felicidades y muchas gracias por la información..

    1. Serendipia dice:

      ¡Muchas gracias por elegir informarte en Serendipia!
      💛

  2. angélica dice:

    Recordé los primeros meses de pandemia en el 2020, todos estábamos muy pendientes, los números estaban muy visibles. Ahora parece que nuestra vida continúa y ya no ponemos tanta atención en las cifras. Qué difícil manejar, analizar y explicar tantos datos, sobre todo resultan tan confusos y poca comunicación con la parte oficial. Muchas gracias por seguir dando seguimiento 🙂 !!!

    1. Serendipia dice:

      ¡Hola, Angélica!
      Como mencionas, al inicio de la pandemia eran muchos ojos sobre las cifras y la información que se generaba al momento, pero nosotras hemos decidido no soltar el tema. Nos parece importante continuar dándole seguimiento a los datos, y es que creemos firmemente que merecemos tener datos confiables, sobre todo al paso del tiempo.

      ¡Muchas gracias por visitarnos!