Aunque el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador se sostiene principalmente en la lucha contra la corrupción, a dos años de terminar su sexenio el Índice de Percepción de la Corrupción muestra que la corrupción en México no ha disminuido y, de hecho, se encuentra estancada desde el inicio de su gobierno. 

En 2022 la percepción de corrupción en México se mantuvo igual que durante los tres años anteriores, de acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana. El país obtuvo un puntaje de 31, donde 100 sería la mejor calificación posible y cero la peor. 

De acuerdo con esta medición, México sigue siendo el país peor evaluado entre las 38 naciones que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y es el segundo peor evaluado en el G20, sólo superado por Rusia, que obtuvo 28 puntos. 

El IPC es realizado por Transparencia Internacional y su presentación en México la hace Transparencia Mexicana. Este instrumento registra la opinión de especialistas, analistas de riesgo financiero, mujeres y hombres de la academia y los negocios sobre la situación que guarda la corrupción en cada uno de los 180 países evaluados. 

De esa lista de 180 países, México ocupa el puesto 126, y obtuvo el mismo puntaje que Bolivia, Laos (país vecino de China, Tailandia y Vietnam) y Uzbekistán (país vecino de Kazajistán y Afganistán)

Los países mejor evaluados en 2022 fueron Dinamarca (90 puntos), Finlandia y Nueva Zelanda (87 puntos), seguidos de Noruega (84 puntos), Singapur y Suecia (83 puntos). Los países peor evaluados fueron Siria y Sudán del Sur con 13 puntos, y Somalia, el peor calificado, con 12 puntos.

Este es el tercer año consecutivo en el que México obtiene 31 puntos, sin embargo, desde 2012 que se mide este índice tampoco ha tenido variaciones importantes. 2018 fue el año con la peor evaluación hasta ahora con 28 puntos, y alcanzó su puntuación más alta de 35 puntos en 2014. 

No hay justicia frente a la corrupción en México

Transparencia México concluye que una de las principales razones por las que la evaluación para México ha estado estancada durante los últimos años es la ausencia de sentencias firmes para los involucrados en los grandes casos de corrupción como Odebrecht, la Estafa Maestra, o los vinculados con el caso de Agronitrogenados en PEMEX o de Segalmex, que “han puesto en duda la capacidad de la Fiscalía General de la República para ir más allá de la denuncia y llevar a los responsables a juicio”.

Además, asegura que cada vez hay más evidencia pública de que las autoridades responsables de la impartición de justicia en esta materia podrían utilizar estas instituciones con un sesgo político-electoral.

Las recomendaciones de las organizaciones para que México mejore en el combate a la corrupción son: 

• Aprovechar el Sistema Nacional Anticorrupción y orientarlo a la sanción de los grandes casos de corrupción en el país
• Que el gobierno mexicano se encargue de devolver a las arcas del estado el dinero y los activos que han sido desviados 
• La estrategia anticorrupción debe poner energía en la reparación del daño a las víctimas y especialmente en la garantía de no repetición
• Garantizar la protección a denunciantes y alertadores de corrupción
• El uso de la anticorrupción con fines político-electorales es uno de los mayores riesgos para el trabajo de instituciones anti-lavado de dinero o de procuración de justicia, por lo que la autonomía constitucional de la Fiscalía General no puede ser pretexto para el abuso de poder.
• Las autoridades mexicanas tienen que actuar para sancionar la corrupción al interior del país, esto considerando que sólo en el extranjero se están encargando de investigar y sancionar casos que ocurrieron en México.