Por Cristian Escobar
Edición por Alejandra Padilla
Ilustraciones y diseño por Carolina López Tello Araiza
Análisis de datos por Marco Antonio Trujano y Hugo Osorio

En México existe la creencia de que todos somos mestizos y que por lo tanto no hay racismo. En realidad, hay una jerarquía basada en el color de piel que influye en los derechos básicos a los que las personas pueden tener acceso.

La discriminación racial en México no se limita a actitudes despectivas en contra de personas morenas o afromexicanas. El racismo en el país limita las oportunidades y los derechos de las personas. Pero, ¿cómo y por qué sucede esto?

En México existe la creencia de que las personas morenas tienen menos oportunidades porque siempre ha sido así “y así debería de seguir”. Hay una confusión generalizada respecto a que la situación económica y social de las personas de piel oscura se debe únicamente a su marginalidad histórica, de acuerdo con Emiko Saldívar, miembro fundadora del Colectivo para la Eliminación del Racismo en México (COPERA).

Pero, dice Saldívar, lo que hay detrás de todo esto es una forma de organizar las sociedades a través del color de la piel para que un grupo de personas no puedan tener sus propios proyectos de vida, mientras que otros puedan conservar sus privilegios: esto es el racismo.

Discriminación en México: color de piel y escolaridad

Una de las muchas formas en que se expresa el racismo es la discriminación racial, la cual se refleja en prácticas intencionales de maltrato, dice Saldívar. 

En ese sentido, el ámbito escolar es un foco de discriminación para la población de piel oscura. De acuerdo con los datos de los expedientes de queja y reclamaciones​ presentados ante el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) entre 2010 y 2019, uno de los lugares en los que más personas han referido ser víctimas de discriminación en México es en la escuela o el trabajo, pues un 20.5 por ciento de todos los actos de discriminación registrados por el Conapred sucedieron allí. 

En junio de 2022, a Juan Zamorano, hijo de padres otomíes, sus compañeros de primaria lo rociaron de alcohol y le prendieron fuego. El ataque a Juan llegó después de múltiples abusos, agresiones y burlas en contra de él y su familia. Los padres del menor ​​mencionaron al medio El País que esa no era la primera vez que alguno de sus hijos sufría este tipo de ataques debido a su origen y color de piel.

En el ámbito universitario, las experiencias de discriminación no cesan. Para Juan Carlos, un estudiante universitario que se identifica como “moreno”, su experiencia en la universidad estuvo atravesada muchas veces por la discriminación racial. 

“Mis experiencias han sido desagradables en cuanto a lo anímico, de pensar que no soy aceptado en ciertos círculos o espacios en los que la gente blanca se te puede quedar viendo feo o extraño. Incluso en la universidad, que es un espacio público donde se exponen ideas con diferentes perspectivas y se presta al diálogo, allí algunas personas se cerraban o burlaban de lo que uno podía decir”.

Juan Carlos, estudiante universitario

Incluso con los profesores, refiere Juan Carlos, sentía que debía argumentar más que una persona de tez blanca para que su opinión fuera tomada en cuenta.

No obstante, según explica Emiko Saldívar en entrevista con Serendipia, el racismo no solo se manifiesta en las expresiones de discriminación, sino que está presente, de forma sistemática, en la manera en que un grupo de personas organiza su vida. 

En 2017, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) realizó la Encuesta Nacional Sobre Discriminación (ENADIS). En ella categorizó a las personas según ellas mismas se percibían en las tonalidades de la escala PERLA.

Como resultado, la ENADIS 2017 reveló que las personas con tonos de piel más claros son quienes cursan con más frecuencia una carrera universitaria o un posgrado a diferencia de las personas con tonos de piel más oscuros. Según la encuesta, 3 de cada 10 personas de piel blanca llegan a la educación superior, mientras que solo 1 de cada 10 personas con piel oscura lo hace. 

Es más, la mayoría de las personas con los tonos de piel más oscuros suelen dejar sus estudios de educación básica incompletos (33.5%), mientras que sólo el 16 por ciento de las personas de tez clara dejan sus estudios incompletos en la educación básica.

Discriminación en México: Acceso a la Salud

En cuanto al acceso a los servicios de salud en México también existe una desproporción según el color de piel, pues de acuerdo con la ENADIS 2017, solo el 30 por ciento de las personas con color de piel oscuro reciben atención médica mediante seguridad social proporcionada por el IMSS, ISSSTE, PEMEX, Ejército Nacional o Marina. En contraparte, el 40 por ciento de las  personas cuya tez se encontraba en las tonalidades más claras de la escala se atendían con seguridad social. 

La mayoría (44 por ciento) de la población cuyo tono de piel se encuentra entre los más oscuros de la escala dijeron atenderse en una clínica u hospital del Seguro Popular; mientras que solo un 12.5 por ciento recurrió a un médico privado. 

En contraparte, la mayoría de las personas de piel clara refirieron atenderse mediante seguridad social; el 25 por ciento mencionó que sus servicios de salud estaban cubiertos por el Seguro Popular; y un 22 por ciento recurre a médicos privados. 

Además, el porcentaje de las personas cuya tonalidad de piel era más oscura y que dejaron de atenderse por cualquier servicio de salud es el doble del porcentaje que las personas con color de piel más clara que no se atendieron clínicamente. 

La discriminación en cuanto al acceso a servicios de salud se puede ver reflejada en las constantes mujeres indígenas que son víctimas de violencia obstétrica, dice Natividad Gutiérrez Chong, investigadora de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y Vicepresidenta del Comité de Investigación Ethnic, Race and Minority Relations.

“El sufrimiento que genera el racismo es mucho más acentuado en las mujeres que en los hombres en gran medida por las madres indígenas que llegan a los centros de salud a solicitar ayuda muchas veces son excluidas y maltratadas”, mencionó Gutiérrez Chong. 

¿Por qué existe el racismo?

Pero, ¿por qué discriminamos, de dónde provienen las actitudes racistas y qué es lo que se gana al reproducirlas? Para Emiko Saldívar, el racismo ha existido y existe hoy en día porque permite que las personas de piel blanca se beneficien de ello, asegurando las riquezas y privilegios. 

“El racismo justifica y legitima el privilegio; responde a la pregunta «por qué unos merecen una buena vida y otros no»”, menciona Saldívar. 

Para Natividad Gutiérrez Chong, el racismo sirve sobre todo para evitar la movilidad social, es decir, para impedir que un individuo o grupo de personas tengan la posibilidad de pasar de un estrato socioeconómico a otro, o en otras palabras para imposibilitar su “progreso” como seres humanos.  

“El racismo sirve para distribuir los recursos y para recordarle a las personas racializadas «su lugar». Y [según la lógica del racismo] su lugar no es moverse a otra clase, su lugar no es moverse de barrio, su lugar no es aspirar a otra escuela, a tener un mejor trabajo”, menciona Gutierrez Chong. 

De acuerdo con el Módulo de Movilidad Social Intergeneracional 2016 del Inegi, las personas con las tonalidades de piel más oscura son quienes menos reportan tener una situación socioeconómica actual mejor respecto a la de su familia de origen. De hecho, las personas con los tonos de piel más oscuros fueron quienes más refirieron que su situación socioeconómica actual era igual respecto a la de su familia de origen, es decir, en donde menos  “movilidad social” hubo.

Entonces sí, en México tu color de piel determina tus posibilidades, y lo hace en pro de seguir perpetuando los privilegios de unos pocos. 

Además, los datos de la ENADIS 2017 revelan que en todos los tipos de discriminación (peso o estatura, creencias religiosas, forma de vestir, sexo, edad, manera de hablar, entre otras además del tono de piel) las mujeres son quienes más reportan haber sido objeto de estas prácticas, en algunos casos abarcando el 70 por ciento o más de la proporción con respecto a los hombres.

En ese sentido, para Saldívar, el problema del racismo nos debe interesar a todas y todos, pues eliminando el racismo de nuestras vidas y sociedades es clave, porque mientras sigamos creyendo que hay vidas más valiosas que otras entonces no vamos a resolver todos los otros graves problemas que como sociedad tenemos que resolver.