Militares mataron a jóvenes en Nuevo Laredo: investigaciones refieren que las víctimas estaban desarmadas

La Sedena asegura que militares dispararon contra siete jóvenes en Nuevo Laredo, Tamaulipas, al escuchar un “estruendo”. El testimonio de uno de los sobrevivientes del atentado, aunado a la declaración del capitán al mando en el momento de los hechos, refieren que las víctimas eran civiles y que no tenían armas ni drogas.

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La Sedena asegura que militares dispararon contra siete jóvenes en Nuevo Laredo, Tamaulipas, al escuchar un “estruendo”. El testimonio de uno de los sobrevivientes del atentado, aunado a la declaración del capitán al mando en el momento de los hechos, refieren que las víctimas eran civiles y que no tenían armas ni drogas.

Militares mataron a cinco jóvenes en Nuevo Laredo, Tamaulipas. ¿Los soldados fueron atacados primero? ¿Los hombres que fueron asesinados eran parte de un grupo de la delincuencia organizada?

Hasta ahora, el único hecho indiscutible es que elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) dispararon en contra de 7 jóvenes durante la madrugada del 26 de febrero. Esto sucedió en la colonia Manuel Cavazos Lerma, en Nuevo Laredo. El testimonio de uno de los dos sobrevivientes del atentado, aunado a documentos del Informe Policial Homologado del capitán al mando del operativo, al que El País tuvo acceso, refieren que los jóvenes eran civiles desarmados.

Militares dispararon al “escuchar un estruendo”: Sedena

El martes 28 de febrero la Sedena publicó un comunicado en el que describe lo que sucedió en Nuevo Laredo.

Según la versión oficial de la Secretaría, alrededor de las 4:50 de la mañana del domingo 26 de febrero, los militares realizaban “labores de reconocimiento” en ese municipio cuando oyeron disparos de armas de fuego. Esto hizo que se dirigieran a la dirección donde se escucharon las detonaciones. 

En el lugar se encontraron con el vehículo en donde viajaban los siete jóvenes: Gustavo Pérez, Wilberto Mata, Jonathan Aguilar, Gustavo Ángel Suárez, Alejandro Trujillo, Luis Gerardo y Alejandro Pérez Benítez (estos dos últimos son los únicos sobrevivientes del ataque). 

De acuerdo con la Sedena, los jóvenes supuestamente se trasladaban en el vehículo a exceso de velocidad con las luces apagadas y sin placas. Estos, al observar la presencia de los militares, aceleraron “de manera intempestiva y evasiva”, para luego detener su marcha tras impactarse contra un vehículo estacionado.

Luego de supuestamente “escuchar un estruendo”, el personal militar accionó sus armas de fuego y mató a cinco de los siete jóvenes. Uno de los hombres fue herido de gravedad y solo uno salió ileso.

A pesar de que los militares escucharon un supuesto “estruendo”, en el comunicado de la dependencia no se menciona que los jóvenes portaran armas, ni que al interior del vehículo se encontraran sustancias ilícitas o armamento.

“Nomás llegaron y nos balacearon”: sobreviviente

Alejandro Pérez Benitez, de 21 años de edad, es uno de los sobrevivientes del ataque en Nuevo Laredo. En entrevista para el medio N +menciona que ellos no portaban armas y que habían salido de un antro cercano y se encontraban de camino al aeropuerto, cuando los militares “nomás llegaron y nos balacearon”, sin mediar palabra alguna. 

Cuando me bajé de la camioneta me puse de rodillas y escuché cómo decían que me mataran, que me mataran. Nada más cuando volteé para todos lados vi que estaban todos muertos”, dijo en la entrevista. 

El testimonio de Pérez Benitez contradice los rumores de que los siete jóvenes eran supuestos miembros de un cártel del crimen organizado y que fueron asesinados durante un supuesto enfrentamiento con el ejército mexicano.

De hecho, el reportero Carlos Domínguez, del portal Nación 14, intervino en la conferencia matutina del presidente López Obrador del 1 de marzo para asegurar que lo que sucedió en Nuevo Laredo fue “un enfrentamiento entre unos jóvenes de un cártel con las Fuerzas Armadas, que simple y sencillamente estaban haciendo su trabajo y que gracias a Dios no perdieron la vida en esta ocasión, como lo han hecho en otras ocasiones”. 

Domínguez además utilizó este espacio para presentar un audio de una supuesta llamada entre Raymundo Ramos Vázquez, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, y Jorge Ezequiel Gutiérrez Pimentel, miembro del cártel del Noreste en Nuevo Laredo. 

Este reportero ha tenido otras intervenciones “polémicas” en las conferencias del presidente, como la del 14 de febrero de 2020, cuando al tomar la palabra mencionó que “ya se había hablado suficiente sobre feminicidio”. Esto después de que la activista Frida Guerrera cuestionara al presidente por la falta de políticas para atender los feminicidios en el país por más de 15 minutos.

Por otra parte, TV Azteca aseguró en una nota publicada el 1 de marzo que los cinco jóvenes asesinados supuestamente pertenecían al Cártel del Noreste o tenían antecedentes penales, sin que dieran muestra de ello, pues solo remitieron como fuente un “reporte de inteligencia al que tuvo acceso Fuerza Informativa Azteca”.

En la nota, TV Azteca también asegura que “de acuerdo con las pruebas periciales realizadas a los jóvenes fallecidos” (de las cuales no se muestra ninguna evidencia), los jóvenes sí habrían accionado algún arma, “a pesar de que no se encontraron armas o equipo táctico en el lugar”.

Sin embargo, la Sedena no ha confirmado estas afirmaciones y en su comunicado solo afirma que el supuesto estruendo que detonó que militares mataran a los jóvenes en Nuevo Laredo lo investigan diversas autoridades para determinar su veracidad.

Informe del capitán a cargo contradice leyes y reglamentos militares

El 28 de febrero, el presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Raymundo Ramos, habló con distintos medios nacionales sobre el testimonio de Pérez Benítez, los cuales, de acuerdo con el presidente del Comité, contradicen la versión del ejército en el caso. 

En entrevista con Azucena Uresti en Radio Fórmula, Ramos dijo que Pérez Benítez fue presentado como detenido después de los hechos, pero fue liberado tras rendir su declaración. 

Tres horas después del ataque, los militares llevaron a Pérez Benítez a la Fiscalía General de la República (FGR) para que rindiera su declaración. “Como si hubiera sido un delincuente, nunca se le trató como víctima”, dijo Raymundo Ramos en entrevista con Radio Fórmula

Existen dos documentos que avalan lo mencionado por el presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo. Uno de ellos es la declaración ante la Fiscalía General de República, con folio 435/2023, de la cual el medio N+ Focus muestra una copia en el este video

El otro documento es el Informe Policial Homologado que elaboraron los militares tras el suceso, del cual El País publicó una copia.

En el informe policial, Elio “N”, capitán de Caballería, reconoce que cuatro elementos a su mando fueron los responsables de haber disparado sin tener orden para hacerlo. Además en el informe no se menciona que el vehículo careciera de placas o que circulara con la luz apagada, como menciona el comunicado de la Sedena. 

En el relato del capitán Elio “N” se menciona que los militares realizaron una inspección y se dieron cuenta de que había dos muchachos sin vida en la banqueta y otros tres al interior de la camioneta. En la parte de atrás estaba una persona con vida: Alejandro Pérez Benitez. Al finalizar su informe, Elio “N” menciona que “en el interior del vehículo no se localizó nada ilícito”. 

De comprobarse lo mencionado tanto en el Informe Policial Homologado del Capitán Elio “N”, como en la declaración ante la FGR de Pérez Benitez, los elementos de la Sedena habrían violado por lo menos dos de las leyes que regulan a las Fuerzas Armadas Mexicanas.

La Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza regular el uso de la fuerza de los elementos de seguridad pública (policía) y las fuerzas armadas cuando actúan en tareas de seguridad pública. Esta legislación establece que “el uso de la fuerza letal será el último recurso en cualquier operativo” (artículo 13).

Además, antes de utilizar la fuerza letal (asesinar a las personas), las fuerzas armadas están obligadas a utilizar la fuerza de manera gradual, de la siguiente forma: 

  1. Persuasión
  2. Restricción de desplazamiento
  3. Sujeción
  4. Inmovilización
  5. Incapacitación
  6. Lesión grave
  7. Muerte (como acción excepcional)

Es decir, los militares tenían que transitar por seis manera del uso de la fuerza antes de matar a los jóvenes de Nuevo Laredo, algo que el comunicado de la Sedena no consigna que haya sucedido. 

Por otra parte, en el artículo 107 del Reglamento General de Deberes Militares se prohíbe a todo soldado disparar su arma y aún cargarla sin que lo disponga quien le mande. Y según el informe de Elio “N”, sus hombres dispararon sin que él lo autorizara.

Durante la conferencia del miércoles 1 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que a propuesta del titular de la Sedena, Luis Crescencio Sandoval, se pidió la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para que se investigue el caso y que en caso de resultar responsables los miembros del ejército se les castigue. No dio más detalles acerca del caso.

Estudios forenses revelan que militares dispararon más de 60 veces

Nuevas investigaciones sobre el caso revelarían “brutalidad” con que militares mataron a los jóvenes en Nuevo Laredo, lo cual deja más dudas acerca de la información vertida en el comunicado de la Sedena. 

El 2 de marzo, el diario El País dio a conocer una copia de los estudios forenses elaborados por peritos de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, realizados a los cinco jóvenes fallecidos a manos de militares en Nuevo Laredo. 

Las necropsias en manos de El País muestran que el jóven que iba manejando y su copiloto, sufrieron 12 y 10 heridas de bala respectivamente. Las otras tres víctimas se encontraban en la parte posterior de la camioneta: una recibió cinco impactos, otra dos y la tercera, uno. Estos documentos no muestran cuántas balas impactaron en el muchacho que está en el hospital, el cual se encuentra en coma. 

Todas estas agresiones, de acuerdo con los estudios forenses, se realizaron desde diferentes puntos. Es decir, los militares no dispararon únicamente desde atrás de la camioneta, como deja ver el comunicado que la Sedena compartió el 28 de febrero, sino que accionaron sus armas en contra de los jóvenes también desde frente y a un costado del vehículo. 

En ese sentido, el informe que el oficial Elio “N” rindió ante la FGR tampoco habla de disparos hechos desde el frente, pues solo menciona que las camionetas militares “se emparejaron” con la de los jóvenes y entonces escuchó los disparos de los militares a su mando.

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